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J. F.
Martes, 21 de enero 2025, 13:30
La periodista y escritora Cristina Fallarás ha lanzado una dura crítica contra el juez Adolfo Carretero, del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, tras la filtración del interrogatorio a la actriz Elisa Mouliaá, quien denunció a Íñigo Errejón por presunta agresión sexual. Fallarás, a través de un artículo titulado «El juez Carretero nos chupa las tetas», acusa al magistrado de ejercer «un ejercicio de sadismo».
Fallarás, conocida por su activismo feminista y su espacio en redes sociales para denunciar abusos, ha señalado que el juez no solo se divierte, sino que parece disfrutar ejerciendo violencia contra la denunciante. Según la periodista, «quien ejerce violencia es porque disfruta con ello». La actitud del juez durante el interrogatorio, según Fallarás, muestra que «está tomando posesión de algo que es suyo». La periodista interpreta que Carretero, a través de su trato a Mouliaá, extiende su violencia a todas las mujeres a las que considera inferiores.
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La periodista critica en este artículo publicado en el diario 'Público' el trato que el juez da a la víctima durante el interrogatorio. Fallarás destaca el tono agresivo, «en ocasiones a gritos», y cómo el juez interrumpe constantemente a Mouliaá, «en ningún momento le deja acabar las frases». La periodista argumenta que el juez no le permite a Mouliaá tener un relato propio de los hechos, de su vida o de lo que ha sufrido. Fallarás describe al juez comportándose como «los acusadores, los esclavistas y los maridos agresores».
Uno de los puntos más polémicos del interrogatorio, para Fallarás, fue cuando el juez preguntó a Mouliaá «¿Pero le intentó a usted bajar las bragas o algo?» tras ella declarar que Errejón se había sacado el miembro viril para violentarla. Fallarás también critica la pregunta: «¿Cuánto tiempo dura el tiempo que estuvo chupándole las tetas?», calificándola como una expresión impropia de un juez.
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En opinión de Fallarás, esta frase muestra que el juez se siente en su ambiente, usando palabras que «evidencian que el hombre se ha dejado llevar». Fallarás se pregunta si el juez se atrevería a usar esta expresión con mujeres de alto estatus como Ana Patricia Botín o la Duquesa de Alba, sugiriendo que el juez reserva estas expresiones para «conversaciones privadas de Boys Club».
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