Klaus von Klitzing | Premio Nobel de Física
«Si entendemos la ciencia detrás de las cosas, seremos más felices»El investigador alemán considera útil la energía nuclear para combatir el cambio climático y defiende la regulación de la inteligencia artificial
El Premio Nobel de Física de 1985, el alemán de origen polaco Klaus von Klitzing (Posen, 1943), ha intervenido esta semana en el taller 'Quantum ... Phenomena in 2D Matter' organizado por el Donostia International Physics Center (DIPC) dentro de los Cursos de Verano de la UPV/EHU, para tratar de responder a las grandes preguntas en materia de física cuántica. El hombre que dirige el Instituto Max Planck de Ciencias del Estado Sólido de Stuttgart, y miembro de las academias de ciencias más prestigiosas del mundo, recibió el galardón sueco por el descubrimiento del efecto Hall cuantificado, que, entre otras cosas, ha servido 50 años después para redefinir de una manera universal algo tan básico para el funcionamiento del mundo como es el kilogramo.
– Hasta hace unos años la Oficina Internacional de Metrología definía el kilogramo con un objeto del siglo XIX.
– Sí, ¿no es increíble? Y el metro, por poner otro ejemplo, era una barra de metal. El problema es que con los años se ha comprobado que el cilindro de un kilogramo ha perdido masa debido a los gases que se difunden desde él; se ha contaminado e, incluso, tiene un arañazo. Es imposible que equivalga exactamente a un kilogramo.
– Su constante física ha sido un aporte significativo para redefinir esta unidad de medida.
– No tenía sentido que algo tan importante para el funcionamiento del mundo se midiera con un método tan rudimentario. En el mundo ya existen siete unidades que se basan en constantes físicas fundamentales, pero existen otros valores como el kilogramo, el kelvin o el mol, con los cuales no ocurría lo mismo. Con esto, básicamente, es posible construir un kilogramo como medida de referencia en cualquier laboratorio del mundo. La ciencia es maravillosa porque tiene la capacidad de poner de acuerdo a todo el mundo en torno a una cuestión.
– La ciencia advierte que se nos acaba el tiempo para combatir el cambio climático.
– Debemos actuar ya.
– ¿Lo estamos haciendo?
– No de una manera suficiente. Sabíamos que este problema existía hace 50 años, pero los políticos decidieron esperar. Ahora estamos en un punto en el que debemos actuar ya o nos quedaremos sin tiempo. Pero tenemos que hacerlo de una manera global, unidos, porque si no, no servirá para nada.
«La energía nuclear es necesaria para combatir el calentamiento global. Si hiciera falta, viviría al lado de una central»
– ¿También deberíamos cortar los excesos?
– Buscar maneras de ahorrar energía siempre está bien, pero no es la solución al problema. Se sabe que el consumo de la energía va de la mano de los estándares de vida de la sociedad. Consumimos más porque queremos vivir mejor. Hay que buscar maneras limpias de generar toda esa energía para cubrir la demanda porque nadie va a renunciar a su modo de vida.
– ¿Qué podemos hacer con esa parte de la sociedad que niega el problema climático?
– Muchas veces niegan el cambio climático porque creen que no tenemos las herramientas suficientes para combatirlo. Pero sí las tenemos. La ciencia ha demostrado que tenemos capacidad de revertir la situación a través del sol, el viento, el hidrógeno, el almacenaje de energía en baterías y echando mano de la energía nuclear.
– Me sorprende que esté a favor de la energía nuclear.
– Si hiciera falta viviría al lado de una central nuclear. Así se lo hice saber al canciller alemán, Olaf Scholz, en una carta abierta cuando decidieron cerrar todas las centrales nucleares del país. Para mí es absurdo cerrarlas si eso significa quemar más carbón o gas.
– Siga.
– La gente debería entender el fenómeno de las probabilidades. En los medios de comunicación se publican singularidades, porque son únicas y nos llaman la atención. Sin embargo, esas singularidades no son representativas de la realidad. Las probabilidades de alguna catástrofe en una central nuclear actual son ínfimas. Como científico siempre digo que seríamos más felices si entendiéramos la ciencia detrás de las cosas y las probabilidades de beneficio y riesgo.
«Hay que establecer un consenso mundial para su regulación, aunque creo que puede aportar mejores cosas que peores»
– En Francia han decidido extender la vida de las nucleares.
– Es una buena idea. Soy más crítico con construir nuevas centrales nucleares, pero utilizar las que tenemos ahora hasta finales de siglo nos puede ayudar con el problema climático. A día de hoy no tenemos energías renovables suficientes para sustituir a los combustibles fósiles, pero si van acompañadas de la energía nuclear podríamos lograrlo.
– ¿Cómo concienciamos a la sociedad?
– No tengo una respuesta clara para eso. Cuando doy charlas siempre digo que la clave reside en la educación y en consumir información real. Pero la verdadera cuestión es dónde logramos esa buena información. Tenemos acceso a tanto tipo de información que filtrar lo verdadero de lo falso es una tarea dificilísima. Es uno de los retos del futuro, resolver este problema, sobre todo, teniendo en cuenta la irrupción de las redes sociales y la inteligencia artificial.
– Usted dijo que estaba a favor de la regulación de la inteligencia artificial (IA).
– Normalmente estoy en contra de cualquier tipo de regulación, pero sí, en este caso, creo que serían útiles algunas reglas de juego básicas que reflejen claramente que, por ejemplo, una imagen ha sido realizada o intervenida por inteligencia artificial.
– ¿Considera una amenaza la inteligencia artificial para la democracia?
– Discutimos mucho sobre el futuro de la democracia, pero no encontramos una solución mejor de lo que tenemos ahora. Creo que la IA ya es una amenaza. Sin embargo, como científico tiendo a ser más optimista que negativo sobre este tipo de cosas. Creo que la IA nos puede aportar mejores cosas que peores. Pero aquí, insisto en que la cuestión fundamental es dónde encontramos buena información.
«Las 'fake news' son uno de los problemas a los que se enfrenta la sociedad, y las armas deben ser la ciencia y la educación»
– Adelante, responda a esa pregunta.
– No tengo una respuesta concreta (ríe). Pero, poniendo de ejemplo mi experiencia, se ha conseguido que todos los países del mundo se pongan de acuerdo en una cosa gracias a mi descubrimiento. En el peso de un kilogramo en este caso. Y eso se ha conseguido gracias a un hecho científico irrefutable. Si entendemos la ciencia detrás de las cosas, como, por ejemplo, con el cambio climático, tendríamos menos problemas para decidir juntos cómo actuar.
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