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El investigador Ángel Borja posa en su lugar de trabajo de Azti en Pasaia. Gorka Estrada

Ángel Borja | Investigador de Azti galardonado con el Premio Odum

«La contaminación de la costa vasca está resuelta, ahora el mayor problema es el cambio climático»

El investigador donostiarra Ángel Borja ha sido reconocido con el premio Odum, el mayor galardón de la ecología marina, y se ha convertido en el primer científico no estadounidense en lograrlo

Beñat Arnaiz

San Sebastián

Viernes, 25 de julio 2025, 00:10

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Se puede decir que el investigador Ángel Borja (Donostia, 1959) ha entrado en el salón de la fama de la ecología marina. El científico que trabaja en centro de investigación Azti ha sido galardonado con el premio Odum por su trayectoria científica internacional, el mayor reconocimiento en el ámbito de la ciencia estuarina y costera. Por si no fuera poco, es el primer no estadounidense en recibir este galardón, creado en 1997. A las puertas de la jubilación, es el broche de oro a cuatro décadas de profesión que repasa sin entrar a valorar las recientes noticias sobre las orcas porque «no entra en mi campo de estudio», pero sí analiza cómo ha evolucionado el estado de salud de nuestra costa.

– ¿A qué le da más importancia, al premio o a ser el primer no estadounidense en ganarlo?

– Evidentemente, al premio. Se llama Odum por tres miembros de una familia que eran ecólogos muy prominentes de Estados Unidos y que sentaron las bases de la ecología moderna. La asociación Coastal & Estuarine Research Federation otorga estos premios cada dos años desde 1997 y hasta ahora siempre lo habían dado a investigadores norteamericanos, entre los que se encontraban grandes eminencias de la investigación marina. A algunos les he conocido y a casi todos los hemos usado para nuestros trabajos y estudios, incluidos los de Odum. Estos tres hermanos ecólogos tenían muchos libros que usábamos cuando estábamos haciendo la carrera o la tesis, sentaron las bases de lo que es la ecología que conocemos. Para mí es un gran honor recibir un premio con este nombre.

Los premios Odum

«Se llaman así por tres hermanos muy prominentes que sentaron las bases de la ecología moderna»

– ¿Cómo es ver su nombre entre todos ellos?

– Da un poco de vértigo porque hay un listado de gente que ha trabajado en aspectos que todos los que trabajamos en temas marinos como la contaminación del mar o la protección del medio marino hemos utilizado sus obras.

– Irá a Richmond a recoger el galardón.

– Así es. También hay una cosa curiosa que me hace mucha ilusión, y es que justo el día de los premios, el 9 de noviembre, hará 41 años que defendí mi tesis doctoral. Es como cerrar un círculo. Hace 41 años defendí la tesis y que te den este premio a toda tu carrera el mismo día hace parecer que he cumplido con mis aspiraciones.

Cierra el círculo

«El 9 de noviembre recogeré el premio en Richmond, justo 41 años después de que defendiera mi tesis doctoral»

– ¿Qué cree que ha hecho para merecerlo?

– El jurado ha destacado los métodos que hemos desarrollado en Euskadi con el equipo con el que trabajo en Azti para evaluar el estado del medio marino. Son métodos que los desarrollamos en el País Vasco para el País Vasco, pero con un pensamiento de aplicación universal. Poco a poco lo adoptaron diferentes países porque cuando creamos el primer método coincidió con la publicación de la Directiva Europea de Aguas, que precisamente iba buscando algo parecido a lo que conseguimos con el método. Hace tres o cuatro años en Estados Unidos también adoptaron esta metodología oficialmente y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos la utiliza para evaluar el estado de los estuarios y las costas de su país.

– Por lo tanto, es una metodología que ha funcionado y ha obtenido buenos resultados.

– Te puedo contar cómo surgió. En los principios de los años 90 empezamos a hacer estudios para organismos como la Agencia Vasca del Agua. Nos pedían determinar cómo estaban los estuarios y el mar para tomar medidas. Como ecólogos marinos hacíamos análisis complejos con los datos que teníamos y cuando entregábamos los informes a los clientes siempre nos decían que no lo entendían, que era muy complejo para ellos. Nos pedían que desarrolláramos algo que fuera más visual, que lo pudieran entender.

– Y llegó su índice.

– Desarrollamos el índice AMBI, que coge la complejidad del medio marino y lo convierte en una graduación de valores con colores, de forma que un gestor puede ver fácilmente si está en buen estado porque tiene colores azules o verdes o si está en mal estado porque tiene rojos, naranjas o amarillos. Les gustó y coincidió con la directiva europea de la Estrategia Marina, que buscaba exactamente eso mismo. Ha tenido mucho éxito precisamente por eso, porque se puede aplicar en cualquier parte del mundo y tiene una gran facilidad de transmisión para los gestores y para la sociedad también.

– Ese es otro de los puntos importantes, ¿no? Que sus conclusiones y conocimiento lleguen a la ciudadanía.

– Eso es. Lo que buscábamos, y creo que lo conseguimos, fue precisamente eso, que alguien que es profano en la materia, bien sea un gestor, un político o la sociedad en general, pueda entender que si algo está en rojo quiere decir que está mal, como si fuera un semáforo. Pero detrás de esos colores hay ciencia, hay buen desarrollo científico y hay muchos datos que apoyan ese color.

Origen del índice AMBI

«Entregábamos los informes a los clientes y nos decían que no lo entendían, nos pedían algo más visual»

– ¿Y en qué color se encuentra actualmente la costa vasca?

– En la costa vasca llevamos haciendo los análisis desde 1995, por lo que ya tenemos una serie de 30 años. Y sí, se ha visto claramente una evolución positiva tanto en los estuarios como en la costa, que siempre ha estado mejor. Actualmente la costa la tenemos en muy buen estado mientras que los estuarios, en general, están en buen estado excepto algunos, que están en moderado estado no tanto por los aspectos biológicos como por los físico-químicos. Por ejemplo, el Nervión tiene algún problema con algún contaminante como es el hexaclorociclohexano, que traducido es el lindano. En Gipuzkoa, Oiartzun y Pasaia tienen todavía algún problema con alguna regata que llega todavía sin depurar y luego está el problema que tiene el puerto de Pasaia, que es un estuario muy cerrado con una tasa de renovación muy larga, tarda mucho en renovarse el agua y causa un perjuicio a las poblaciones. Pero en general el resto de estuarios se encuentra bien.

– ¿Se refiere a la calidad del agua?

– Bueno, de todo. Controlamos aspectos físico-químicos como el oxígeno disuelto o los nutrientes que hay. También controlamos los contaminantes, los metales pesados, los compuestos orgánicos en aguas, en sedimentos… Y también los elementos biológicos como las microalgas, las macroalgas, los macroinvertebrados y los peces que viven en los estuarios.

– Para los que dicen que los científicos son catastrofistas y siempre dicen cosas negativas.

– Sí, desde luego. También depende de la visión de cada persona en función de su edad. Yo ya tengo una edad y me acuerdo lo mal que estaban los estuarios y la costa en los años 60 y 70. En los 80 y 90 empezó el saneamiento y, como los sistemas marinos tienen una inercia desde que se hacen las labores de restauración y de saneamiento hasta que se recuperan, ya que pasan 10-15 años, a partir del 2000 ya empezamos a ver una evolución muy positiva. A partir de 2020 son muy pocos los lugares donde hay algún problema que todavía no se haya resuelto.

Temperatura del mar

«El Mediterráneo es un barreño de sopa calentándose que tendrá lluvias y danas a finales de verano u otoño»

– ¿Cómo han evolucionado las preocupaciones que tenía al principio de su trayectoria con las que tiene en la actualidad?

– Ha habido cambios, lógicamente. Actualmente la principal preocupación tiene que ver con el cambio climático, no tanto con la contaminación, eso ya está o resuelto o en camino de estar resuelto. El problema que tenemos es el cambio climático y también la pérdida de hábitats, que fueron degradados en los años 50-60 o anteriormente y ahora necesitarían recuperarse, restaurarse, ganar nuevos hábitats para el medio marino y sobre todo para poder abordar o mitigar el cambio climático.

– ¿A un científico le preocupa más que al resto cuando, en verano, hace un calor inusual durante muchos días? Venimos de un mes de junio con temperaturas de récord en el agua del mar.

– Es un tema que nos tendría que preocupar a todos. A finales de junio llegamos a tener en la costa vasca hasta 25-26 grados de temperatura en el agua, lo cual es algo excepcional porque que yo recuerde esos registros había habido muy pocos y normalmente eran en agosto, no en junio. Esto es un problema porque lo mismo que pasa en el Mediterráneo, que está como una especie de barreño de sopa calentándose y eso va a provocar problemas a finales de verano o en otoño cuando toda la humedad que se desprende del océano acabe trayendo lluvias, danas y cosas similares, aquí en el País Vasco puede pasar lo mismo y posiblemente pasará. Todos tenemos en mente algunos eventos de lluvias muy intensas que hemos tenido en verano, incluidas las famosas inundaciones de 1983, y podría volver a repetirse mucho más frecuentemente de lo que hasta ahora sucedía. Que el agua del mar se caliente mucho y durante mucho tiempo nos debe preocupar a todos.

«El negacionismo cala poco a poco y puede causar mucho daño»

El investigador Ángel Borja destaca la importancia de poder transmitir a la ciudadanía los estudios y las conclusiones que extraen de sus investigaciones. Preguntado por si ha experimentado un cambio en la percepción que la sociedad tiene sobre su profesión y si ha notado un aumento en los detractores a su trabajo, el donostiarra valora que «el negacionismo de todo tipo y especialmente el de la ciencia está a la orden del día. Va poco a poco calando y sí que te encuentras siempre con gente que te niega cosas, sobre todo en redes sociales. No sé si a veces es por postureo, por ganar seguidores o si realmente es así, pero puede causar un daño a largo plazo y lo estamos viendo en Estados Unidos con los nombramientos que ha habido en Sanidad de gente que es negacionista».

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