El calvario en la carretera para esquiar en los Pirineos, y lo que queda
Este pasado Puente de la Constitución hubo colas de hasta 12 kilómetros en algunos tramos de vía de Aragón y lo malo es que hasta al menos cuatro años no estará completada la red de autovías desde Gipuzkoa
sonia arrieta
Miércoles, 25 de diciembre 2019, 08:40
¿Has viajado este Puente de la Constitución hasta Aragón para practicar tu deporte favorito en invierno, el esquí?. Sí ha sido así habrás ... comprobado que llegar a las localidades y estaciones más famosas de los Pirineos, como Aramón, Formigal, Panticosa y Astún, no ha sido fácil, y tampoco lo será en un futuro próximo. Debes armarte de paciencia ante los varios y tediosos atascos en la carretera debido al aluvión de vehículos, muchos de ellos salidos de Gipuzkoa. Ya se vivió este calvario el pasado viernes y domingo en los accesos a las vías A-23 y N-330. Y lo malo es que el caos circulatorio se repetirá hasta la próxima primavera en muchos fines de semana. Una prueba de fuego serán los días de vacaciones de navidad, hasta Reyes.
Hay que tener en cuenta que las estaciones del Sistema Pirenaico son las más preferidas por los amantes de la nieve guipuzcoanos. Estos supusieron el 61,2% del total de los turistas de las estaciones de españolas la última campaña. Con un total de 3.475.524 personas, las 17 estaciones ubicadas en este sistema son las elegidas por más de la mitad de los esquiadores, debido a sus favorables condiciones meteorológicas y su larga tradición de deportes de invierno.
Los asiduos del esquí conocen muy bien el puerto de Monrepós. El primer día del puente se lo prometían felices porque habían conocido que desde el pasado 15 de diciembre era ya una autovía. Pero fue una pesadilla. Las colas llegaron a alcanzar los 20 kilómetros y se prolongaron durante casi seis horas. La situación fue especialmente caótica a altura de la localidad de Lanave. En concreto en el final de la A-23 con la N-330. En ese punto arranca uno de los dos únicos tramos pendiente de desdoblar, al igual que la variante de Sabiñánigo. Hubo turistas que tardaron una hora en completar el trayecto entre el alto de Monrepós y Sabiñánigo, cuando lo normal es que cueste entre 15 y 20 minutos.
Hubo turistas que tardaron una hora en completar el trayecto entre el alto de Monrepós y Sabiñánigo, cuando lo normal es que cueste entre 15 y 20 minutos
Y la situación volvió a ser caótica el domingo, dentro de la operación retorno del puente. Cientos de guipuzcoanos sufrieron más de cuatro horas de retención en el tramo de 12 kilómetros entre Sabiñánigo y Lanave . La culpa volvió a ser la masiva afluencia de vehículos que accedió desde la autovía A-23 a la N-330 a través de una rotonda que una vez más funcionó como embudo.
Otro punto negro en este largo fin de semana festivo fue el tramo de la N-240 entre Huesca y Siétamo. Se trata del único sin transformar en la A-22, aunque ya está en obras para finalizar la autovía entre Huesca y Lérida. A la altura Estrecho Quinto las colas llegaron a alcanzar los 7 kilómetros en la operación retorno.
Tampoco el tramo de 3 kilómetros de la autovía Sabiñángo Sur-Sabiñánigo Este con la N-330 se libró de los colapsos circulatorios a lo largo del Puente de la Constitución.
¿Cuándo se podrá evitar esta situación y desplazarse hasta el Pirineo aragonés sin tener que padecer este calvario en la carretera las colas? Se preguntan muchos aficionados al deporte blanco. La respuesta más optimista es que las retenciones podrían ser un mal recuerdo en cuestión de cuatro o cinco años. Para que se logre este idílico panorama es necesario que el Ministerio de Fomento agilice de aquí a 2024 los procesos de contratación de los proyectos que siguen pendientes en las autovías del Pirineo (Huesca-Jaca y Jaca-Pamplona).
A diciembre de 2019 la situación es la siguiente: hay 15,2 kilómetros en obras o a punto de iniciarse los trabajos, lo negativo es que todavía se encuentran 32 kilómetros que no han sido licitados por el Ministerio de Fomento. Su objetivo es constituir una alternativa al valle del Ebro para comunicar la cornisa Cantábrica con Cataluña, frente al tradicional trayecto por la autopista que evitaba la peligrosa N-232, pero tiene peaje de 36,85 euros hasta Lleida.
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En la actualidad hay 6,6 kilómetros en construcción en el tramo Sigüés-Tiermas de la A-21. Se trata de un punto próximo al límite con Navarra. El plazo de ejecución es de 36 meses, lo que significa que debería quedar abierto al tráfico el verano de 2021.
Peor es la situación en la autovía que conecta con Navarra y Euskadi. Falta que culminen los proyectos de los 11,6 kilómetros de Puente La Reina-límite con la provincia de Zaragoza. Además, los 8 kilómetros de la variante de Jaca ya se encuentran redactados, pero degraciadamente aún no se han sacado a concurso. Una de las razones es que supone una inversión de 200 millones de euros, una partida que el Gobierno central deberá empezar a apuntar en los próximos Presupuestos Generales del Estado.
Otro dato importante es que próximamente se prevé que comenzarán los trabajos en la A-23 a la altura de la variante de Sabiñánigo. Se trata de un tramo de 8,6 kilómetros con un plazo de ejecución de 40 meses, por lo que no se abrirá a la circulación al menos hasta la primavera de 2023. Lo malo para los miles de amantes del deporte blanco que se desplacen desde Gipuzkoa deberán tener en cuenta que esta autovía no estará abierta del todo al tráfico hasta dentro de varios años. Uno de los motivos de la larga demora es que el tramo Lanave-Sabiñánigo, de 12 kilómetros, todavía no ha salido a licitación. Y, para más inri, supone una inversión de 86 millones de euros que también deben salir de las arcas del Estado, por lo que es necesario que el Ejecutivo central lo tenga en cuenta cada año en cada proyecto presupuestario.
Todos los tramos de la autovía de Aragón no estarán abiertos al tráfico rodado por lo menos hasta el año 2024
¿Y cuál es la previsión del Ministerio de Fomento? Lo habitual es que el tiempo que transcurre desde que se anuncia la licitación de un tramo de carretera hasta que se adjudican las obras y se inician las mismas sea de al menos doce meses. Esto significaría que los trabajos en los tres tramos pendientes en esta vía de los Pirineos no arranquen, en el mejor de los casos, hasta el año 2021. Y si los plazos de ejecución pueden alargarse hasta los tres años para tramos de esta envergadura, no estarán abiertos al tráfico rodado por lo menos hasta el año 2024.
Otro punto 'caliente' para el tráfico en temporada de esquí es el tramo Huesca-Siétamo de la autovía A-22, la que conecta con Lérida. Un prueba es que durante este último puente se han vivido largas retenciones en la zona de Estrecho Quinto. El Ministerio de Fomento prevé un plazo de ejecución de 36 meses, por lo que todo apunta a que será inaugurado el verano de dentro de dos años.
Por lo tanto, amantes de las blancas pistas, la próxima vez que metáis los esquiés en el coche no os pongáis negros en la carretera. Recordar que en menos de un lustro contaréis con una flamante autovía que os permitirá llegar más rápido y descansados a vuestro destino soñado.
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