El aterrador testimonio de una víctima de Epstein: «El príncipe Andrés acarició mis pies y lamió mis arcos»
Virginia Giuffre, que se suicidó el pasado abril, escribió en sus memorias, que se publican la próxima semana, cómo mantuvo relaciones con el miembro de la Casa de Windsor, y cómo era el modus operandi de esta red sexual
Jeffrey Epstein murió en la cárcel en 2019 donde cumplía condena por ser uno de los mayores delincuentes sexuales de Estados Unidos, el cabecilla de ... una trama en la que menores tuvieron sexo con personalidades del mundo de la política, la economía y la ciencia. Sin embargo, el caso no murió con él. Todavía hay muchas preguntas en el aire, entre ellas, cuál fue la participación de personajes como Donald Trump o el príncipe Andrés en la trama.
Las memorias póstumas de una de las víctimas, Virginia Giuffre, vienen a dar respuesta a algunos de los interrogantes que circulan. El diario 'The Guardian' ha adelantado un extracto del libro que esta mujer, que se suicidó en abril, dejó escrito y que llegará a las librerías la próxima semana con el título 'Nobody's Girl: A Memoir of Surviving Abuse and Fighting for Justice' ('La chica de nadie: memorias de una superviviente del abuso y la lucha por la justicia').
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El día que la víctima más mediática del caso Epstein conoció a Donald Trump
Giuffre relata con todo tipo de detalles cómo fueron sus encuentros sexuales con el miembro de la Casa Real británica, que siempre ha negado las acusaciones y evitó el juicio pagando un acuerdo millonario. Y también cómo era el modus operandi de la trama con los menores. Todo ello vuelve a poner en el disparadero a Andrés de Inglaterra, repudiado por el resto de su familia.
La historia empezó en un piso alquilado en Hyde Park el 10 de marzo de 2001. Giuffre estaba allí junto a Ghislaine Maxwell, la novia y cómplice de Epstein en la trama, que la había captado cuando ella trabajaba en un club de Mar-a-Lago junto a su padre y en el que conoció al hoy presidente de EE UU Donald Trump. La mujer, que entonces tenía 17 años, fue reclutada para formar parte del grupo de esclavas sexuales del magnate aprovechándose de la necesidad que tenía por ganar un dinero extra y para entonces ya había sido ofrecida a otros hombres antes.
Dos datos
2005 fue el año
en el que se inició la primera investigación contra Epstein, cuando una mujer se puso en contacto con el Departamento de Policía de Palm Beach de Florida y alegó que una niña mayor había llevado a su hijastra de 14 años a la mansión de Epstein. Allí presuntamente le pagaron 300 dólares para desnudarse y masajear a Epstein.[60]
45 años de prisión
era lo que pedía el fiscal para Jeffrey Epstein en el último juicio al que iba a enfrentarse tras ser acusado de abusos sexuales a menores. Se suicidó antes de que se celebrase en la cárcel. Era el 10 de agosto de 2019
«Fue especialmente atento a mis pies, acariciándome los dedos y lamiendo mis arcos», describe Giuffre, que estaba inquieta por si a ella le pedía hacer lo mismo. No fue necesario. Tal como relata, Andrés, al que empezó a llamar Andy porque así lo hacían sus captores, tenía prisa por tener sexo. Y los preliminares duraron muy poco. «En mi recuerdo todo ocurrió en menos de una hora». Después, le dio las gracias «con su entrecortado acento británico».
La fotografía más comprometida
Fue la primera vez que se acostaron y según Giuffre, el príncipe sabía muy bien su edad porque Maxwell le invitó a adivinarla. Tenía 17. «Mis hijas son algo más pequeñas que tú», le dijo. Pero eso no le frenó para llevarla a la cama. En aquel momento, Andrés de Inglaterra tenía 41 años. «Han pasado los años y he pensado mucho en cómo se comportó aquella noche. Fue lo suficientemente cordial, pero muy consciente de sus privilegios. Creía que tener sexo conmigo era su derecho de nacimiento», recuerda Giuffre, que a la mañana siguiente recibió 15.000 dólares como recompensa y una felicitación: «Lo has hecho muy bien. El príncipe se ha divertido».
No fue el único encuentro sexual con él. Hubo dos más. El siguiente fue en Nueva York en abril del mismo año y en una de las casas de Epstein. Y de él salió una de las fotografías que más ha complicado la vida al miembro de la Casa de Windsor. En ella aparece abrazando por la cintura a una joven y sonriente Giuffre. La foto fue tomada por el propio millonario a petición de la víctima, que le tendió su Kodakl Fun Saver. «Mi madre nunca me hubiera perdonado que conociera a alguien tan famoso como el príncipe Andrés y no me hiciera una foto». No vio la luz hasta once años más tarde y supuso un golpe definitivo para la popularidad del hijo favorito de Isabel II.
El tercer encuentro, que también describe Giuffre en sus memorias, tuvo lugar en las Islas Vírgenes, en otra propiedad del depredador sexual estadounidense. «No sé exactamente cuándo tuve sexo», señala. Pero sí que no estaban solos: «Fue una orgía» en la que participaron «otras ocho chicas que parecían menores de 18 años y no hablaban inglés» y el propio Epstein.
Un final turbulento
Virginia Giuffre, que se suicidó el pasado abril en su granja de Australia con 41 años, es una de las víctimas más mediáticas del caso porque nunca se escondió. Y su papel ante la Justicia fue clave para llevar a la cárcel a Epstein y a Maxwell. Decidió hablar públicamente a raíz del nacimiento de su hija en 2010 y luchó incansable porque el Príncipe Andrés acabara ante el juez, cosa que no logró. En febrero 2022 sus abogados firmaron un acuerdo con los de él por una sustanciosa y desconocida cantidad de dinero.
La mujer acabó convertida en una activista que ofrecía apoyo a las víctimas de trata sexual a través de su fundación Victims Refuse Silence. Pero nunca se recuperó de los abusos: antes ser captada por el millonario, sufrió una situación similar con siete años por parte de un amigo de la familia. Y sus últimos días fueron una sucesión de hechos extraños, entre los que destaca un choque contra un autobús, el incumplimiento por su parte de una orden de alejamiento por violencia familiar cuando se estaba jugando la custodia de sus tres hijos con su exmarido y el suicidio.
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