El atacante de la UPV compró el arma ayer en un portal web y se fue a hacer prácticas de tiro

El estudiante de 21 años, natural de Andoain, armado con una escopeta de cartuchos recargable que sembró este miércoles por la tarde el pánico en el campus de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Leioa al entrar disparando en la facultad de Ciencia y Tecnología compró su arma el mismo día en la web Mil Anuncios y fue a la tarde a hacer prácticas de tiro a Gallarta. Así lo ha confirmado este jueves el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, que se ha referido a este grave incidente que, pese a los numerosos disparos, no ha provocado heridos.

El joven había obtenido su licencia de armas al principio de verano en Gipuzkoa, tras pasar todos los requisitos legales establecidos, según informan Ainhoa de las Heras y Josu García de fuentes de la Guardia Civil. El individuo pasó un test médico y psicológico para sacar el permiso del tipo E (escopetas para caza menor). Además, en el exámen teórico (20 preguntas) obtuvo muy buena nota. «Lo superó con creces», según las fuentes consultadas. También realizó en ese momento prácticas de tiro en una galería, bajo la supervisión de un agente del instituto armado. Se trató de «dos disparos reales» contra una diana, tal y como estipula la normativa. Este control práctico se desarrolló también a comienzos del verano en Gipuzkoa

Erkoreka, en declaraciones a los medios de comunicación a su llegada al Parlamento Vasco, ha explicado que la investigación de la Ertzaintza sobre lo ocurrido aún no ha terminado, pero que «probablemente a lo largo de la mañana» el joven de 21 años arrestado por el ataque será puesto a disposición judicial.

El consejero ha subrayado que la Ertzaintza actuó «con rapidez y eficacia» para detener a esta persona, que se encontraba disparando «a diestro y siniestro» contra las instalaciones de la facultad de la UPV/EHU en Leioa, pero que no causó daños personales. Erkoreka ha precisado que el primer aviso sobre lo que estaba ocurriendo llegó a la Policía autonómica, a través del teléfono 112, a las 18.40 horas, y que apenas 40 minutos después, a las 19.20 horas, ya se había producido el arresto.

La investigación policial apunta a que este joven realizó 25 disparos, aunque Erkoreka ha reconocido que es posible que realizara «alguno más».

Respecto a las razones que pudo tener esta persona para actuar de esta forma, ha subrayado que «no corresponde» a la Ertzaintza ni al Departamento de Seguridad determinar las «motivaciones psicológicas profundas» del atacante, las cuales, en su caso, deberán analizarse en el transcurso del proceso judicial por parte de los peritos expertos en la materia.

En todo caso, ha precisado que el detenido «no ofreció resistencia» en el momento del arresto. Además, ha informado de que, al parecer, el joven adquirió la escopeta utilizada en el ataque en la misma mañana de este pasado miércoles, a través del portal de compraventa 'Mil anuncios«, y que poco antes del ataque había estado realizando prácticas en el campo de tiro de Artxanda, un monte próximo a Bilbao. Erkoreka ha añadido que el detenido formalizó el registro del arma en el cuartel de la Guardia Civil de La Salve (Bilbao), poco después de comprarla.

El consejero, sin embargo, ha afirmado que es pronto para determinar si el ataque respondió o no a un plan premeditado, aunque ha reconocido que «todo parece indicar» que, tal y como mantienen algunos testigos, el joven detenido no pretendía herir a nadie y dirigió su ataque únicamente contra bienes materiales de la universidad.

Se trata de un alumno de la misma facultad de Ciencia y Tecnología, según desveló Fernando Plazaola a la salida del centro. En cuanto la Er­tzaintza les facilitó el nombre del detenido los docentes consultaron en sus bases y comprobaron que era un estudiante brillante nacido en Andoain. A una de las empleadas de la limpieza con las que se encontró, el joven armado le dijo: «Tranquila, no voy a hacer daño a nadie. Esto va contra la Universidad». Una frase que repetía como un mantra durante el asalto. De 1,75 metros aproximadamente de estatura, deambulaba por el interior de las instalaciones con paso lento. Llevaba puesta la capucha en la cabeza e iba vestido completamente de negro. Cargaba en una mano la escopeta. Al parecer, el arma, probablemente de caza, estaba a su nombre. La investigación abierta por la Policía autonómica arrojará más luz sobre el atacante.