«Voy a entregar a mi hija y no sé si volveré a verla»
Obligan a una madre de Gernika a dar a su hija de 6 años al padre tras retirarle una jueza de familia la custodia por «obstaculizar la relación paterno-filial»
ainhoa de las heras
Jueves, 16 de julio 2015, 10:27
Pese a que los informes psico-sociales recomiendan que la pequeña, de seis años, siga viviendo en Gernika con su madre y su hermanastro, de 27 años, como hasta ahora, una jueza ha decidido retirarle la guardia y custodia a María del Carmen y concedérsela al padre, pese a la oposición de la niña. La sentencia del Juzgado de primera instancia número 14 (familia) de Bilbao, a la que ha tenido acceso este periódico, argumenta que la madre "obstaculiza la relación paterno-filial", lo que podría afectar a la menor en su desarrollo psicoafectivo, y la "induce" en contra del padre.
María del Carmen alega que fue víctima de malos tratos por parte de su exmarido, incluso delante de la niña, aunque la resolución considera que estos hechos no han quedado acreditados por ninguna sentencia. También presentó una denuncia contra su expareja por violencia doméstica a la niña después de que el hospital de Cruces abriera un expediente por malos tratos, aunque finalmente fue archivada por "falta de indicios". La jueza, por contra, le reprocha que haya sido condenada en un juicio de faltas por impedir el régimen de visitas del padre. Ella justifica que fue un fin de semana en que la pequeña tenía 40 grados de fiebre, pero que como no la llevó al médico no pudo justificarlo.
Según la madre, durante los dos primeros años y medio de vida de la pequeña, el padre no se preocupó de su hija, pero, a raíz del divorcio, solicitó la guardia y custodia de la menor. Finalmente, el pasado 13 de mayo se celebró la vista por el caso y la jueza optó por obligar a la madre a entregar a la cría a su padre. El cambio de domicilio a Galdakao y de familia irá acompañado también de un traslado de colegio, algo a lo que la pequeña se opone.
«No quería ir»
El traspaso debía hacerse de forma progresiva. Sin embargo, la niña ha generado un trastorno de ansiedad que le obliga incluso a medicarse bajo prescripción psiquiátrica. El primer día de las vacaciones escolares que debía recogerla el padre comenzó a llorar y a gritar que "no quería ir", por lo que el hombre desistió. Posteriormente, en un nuevo intento, la Ertzaintza se negó a llevarse a la cría en ese estado, lo que llevó a la jueza a dictar un nuevo auto para que la entrega se produjera "por la fuerza".
"Estamos al límite de nuestras fuerzas. Quiero a mi hermana más que a nada en el mundo, si supiéramos que va a estar bien..., pero todo ese daño que le van a hacer, todo ese caos quién lo va a pagar después. Podemos presentar recurso de apelación, pero tendremos que esperar al menos dos años", lamenta David, hermano de la niña. "Me siento como un delincuente, quiero recuperar mi vida de antes, con mi madre, con mi hermana, pero nadie está teniendo en cuenta lo que ella quiere", protesta el joven. Saben, aunque no han recibido notificación oficial del Juzgado, que, al no haber podido ejecutar la sentencia hasta ahora, la magistrada ha retirado la patria potestad y el régimen de visitas a la madre. "Voy a entregar mañana (por hoy) a mi hija y no sé cuándo ni si quiera si volveré a verla", se duele la mujer.
Este pasado miércoles terminó el periodo vacacional que la sentencia fijaba para que la pequeña estuviera con su madre. Antes de las ocho de la tarde, la niña debía ir a vivir con su padre. Dos horas antes, a las seis de la tarde, la familia convocó un acto frente a su casa, en el centro de Gernika, al que asistieron amigos y vecinos que les apoyan, para denunciar públicamente su caso.
Según el último informe psicosocial, la pequeña presenta un "elevado apego a su actual entorno social" y ha obtenido "resultados académicos excelentes", por lo que advierte de que "un traslado radical en las circunstancias actuales podría perjudicar considerablemente su desarrollo psicológico y social". Advierte que la madre, lejos de impedir los contactos con el padre, anima a la cría a que acuda. La pericial también aconseja que no se limiten los encuentros y comunicación con el padre.