Soriano entierra a su exequipo

Pese a la mejoría experimentada respecto a la pasada jornada, el conjunto dirigido por Joseba Etxeberria se quedó compuesto y sin al menos el punto con el que ya contaba, después de haber desperdiciado cerca de media docena de opciones. Para darse de cabezazos con la pared.

Porque la escuadra azulgrana buscó y mereció quizás más que nunca en una temporada en la que parece que le ha mirado un tuerto. Y eso que las correcciones realizadas esta semana parecían haber surtido el efecto esperado.

Cómo no, tanto la alineación como la propia convocatoria de los azulgranas llegó con sorpresas inesperadas, porque, pese a que cuando Joseba Etxeberria compareció el sábado ante los medios aseguró que solo preveía las bajas por lesión de Chema y Matheus, finalmente Anaitz Arbilla también se quedó en casa debido a unas molestias musculares de alcance indeterminado. Y lo curioso en este caso es que, aún faltándole dos de los cuatro centrales que tiene en cartera, tampoco incluyó en la expedición a Raúl Giménez, defensa catalán del filial, que sí actuó como titular en el choque copero en el que el Eibar cayó eliminado a manos de la UD Logroñés.

Pero con todo, eso no fue lo más llamativo de la propuesta inicial que el elgoibarrés presentó en Riazor, donde Jon Bautista, titular en los 14 partidos disputados hasta la fecha se quedó fuera de los 11 elegidos. Una plaza que se antojaba inamovible, pero que el técnico entregó a Jorge Pascual, que hasta ahora había actuado en posiciones más retrasadas, casi siempre como media punta y en alguna ocasión alternando por las dos bandas.

En cambio, el entrenador del Deportivo, Óscar Gilsanz, sí pudo contar con el internacional sub 21 Yeramay Hernández después de que la Federación Española de Fútbol (RFEF) aceptase la petición del club gallego para que el extremo canario se incorpore hoy al equipo nacional que dirige Santi Denia.

Justo al lado del extremo reconvirtió en mediocentro al exarmero Mario Soriano, de regreso en el conjunto herculino tras no conseguir su sueño de dar el salto a Primera con el Eibar.

Y como ya viene siendo una costumbre en las últimas citas, la escuadra azulgrana volvió a arrancar a remolque de un rival que, con la moral restablecida tras el 1-5 logrado en Cartagena en el estreno del sustituto de Imanol Idiakez, se lanzó en tromba a tratar de agujerear también el marco eibarrés.

Pero allí estaba el retornado Jonmi, ausente desde que se lesionó en la tercera jornada ante el Levante, para truncar las pretensiones deportivistas y, en especial las de David Mella, al que primero le frustró un mano a mano y después le sacó con una espectacular intervención un potente remate que llevaba la peor de las intenciones.

Salvado por el zornotzarra, el equipo armero comenzó a soltarse y a buscar espacios que sí encontró en la recta final de la primera mitad, pero que no pudo aprovechar porque Helton no quiso ser menos que Jonmi y también se lució ante sendos testarazos de Jorge Pascual a la salida de un córner rebasada ya la media hora, y tras un rechace de una falta cuando el cronómetro había superado el tiempo reglamentario.

Con semejante impulso, el Eibar encaró la segunda mitad con un talante más incisivo y amenazante, que le permitió presentarse en el área contraria con un peligro latente que tampoco pudo concretar. Y eso que dispuso de una magnífica una doble ocasión en la que Carrillo se desesperó al estrellar un remate franco en el cuerpo de un defensa, mientras que acto seguido todos se llevaron las manos a la cabeza cuando el meta blanquiazul firmó la palomita del siglo para evitar que el rechace que llegó a pies de Nolaskoain acabara entrando en su escuadra.

Con el Dépor totalmente aturdido, el cuadro eibarrés pisó el acelerador en busca del gol que le diera el triunfo que le permitiera levantar el vuelo. Lo rozó Antonio Puertas con un cabezazo que salió escupido por el travesaño, aunque si hubiera marcado, el tanto probablemente habría sido anulado, puesto que el almeriense estaba en claro fuera de juego.

Al Eibar no le sale una a derechas ni por causalidad y, cuando el partido enfilaba hacia su final con un punto que había que dar por bueno, apareció el ex de turno para arruinarle la vida. Con el minuto 90 ya campeando en el marcador el aquí recordado Mario Soriano se sacó de la chistera un zapatazo desde fuera del área que enterró todas las esperanzas de su exequipo.

Toca lamerse las heridas y levantarse de nuevo para preparar el choque del próximo sábado (14,00 h.) ante el Racing de Ferrol.