El Eibar se suma a la fiesta del campeón
Despistado. Un evitable penalti de Chema regaló la pena máxima que deparó la derrota de un conjunto armero que no pudo cerrar la temporadaen positivo
Un eludible penalti de Chema Rodríguez a la salida de un córner en la recta final del partido echó por la borda el empeño que ... el Eibar había puesto para cerrar el campeonato con un resultado positivo que le asegurara la novena posición sin temor a que el Albacete se la arrebatara.
El agarrón con el que el de Caudete pone fin a sus cuatro años en el club armero permitieron que De la Fuente se resarciera de la chilena que Magunagoitia le detuvo pocos minutos antes para redondear la gran celebración por el ascenso de un Levante que se proclamó campeón gracias al triunfo que deparó su certero disparo desde los once metros.
Los granotas sí consiguieron sacarse la espina que se les quedó atravesada, cuando al igual que le ocurrió al Eibar en Alcorcón hace tres campañas, también vivieron su particular drama hace dos cuando un penalti transformado por Asier Villalibre en el último suspiro de la prórroga de la final del playoff de ascenso catapultó al Alavés a Primera, dejando a los valencianos compuestos y sin poder regresar a la categoría que habían perdido el curso anterior.
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Por primera vez desde que se produjo el descenso desde los cielos, el Eibar afrontaba el último partido de la liga regular sin la posibilidad de optar optar a un premio que su rival se había garantizado el pasado fin de semana tras su triunfo 'in extremis' en Burgos.
Pero así como el Levante aún tenía en juego un título liguero premiado con un 'aguinaldo' dos millones de euros a distribuir en los próximos cinco años, al conjunto armero también le acompañaba la motivación de facturar los 300.000 euros de diferencia existentes entre la novena plaza y la undécima a la que se podía ver relegado en caso de que el Albacete y el Cádiz se impusieran en sus respectivos compromisos.
Por eso mismo, la escuadra azulgrana no quería resignarse a interpretar el rol de mero invitado a las celebraciones, lo que no quitó para que llevaran a cabo el preceptivo pasillo de honor para homenajear a un equipo que durante parte de la temporada se vio fuera de la terna de merecedores a estar entre los mejores.
Levante
Alfonso Pastor, Dela, Unai, Cabello, Pampín, Rey (Iborra, m.84), Lozano (Forés, m.51), Pablo Martínez (Algobia, m.51), Carlos Álvarez, Morales (Espí, m.51) y Brugué (Kochorashvili, m.84).
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Eibar
Magunagoitia, Cubero, Arambarri (Carrillo, m.72), Chema, Arrillaga, Sergio Álvarez, Javi Martínez (Galarza, m.91), Corpas, Iván Gil (Iker Aldai, m.84), Guruzeta (Puertas, m.72) y Bautista.
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Gol 1-0, m.83: Dela, de penalti.
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Árbitro Muñiz Muñoz (Colegio aragonés). Amonestó a Iván Gil y Chema
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Incidencias Ciutat de València, 22.624 espectadores
Y menos mal que a la escuadra azulgrana no le iba la vida en esta cita, porque San José tuvo que completar su convocatoria con hasta seis jugadores del filial (Ispizua, Raúl Giménez, Aldai, Marc Delgado, Óscar Carrasco y Aitor Galarza) para cubrir la kilométrica lista de bajas, previamente conformada por Troncho, Madariaga, Alkain, Arbilla, Arnau Comas y Nolaskoain, además de un Matheus Pereira ya enrolado en las filas del Fortaleza brasileño tras despedirse entre lágrimas en el último partido en Ipurua ante el Córdoba, a la que se unieron a última hora Jorge Pascual y Cristian.
Con Javi Martínez e Iván Gil como únicas novedades en el once, los elegidos por el donostiarra se apoyaron en los espectaculares reflejos de Magunagotia para aguantar los arreones iniciales de un rival que quería dejar la papeleta resuelta cuanto antes para dar inicio a la fiesta que tenían preparada.
Pero el Eibar tenía otras pretensiones y estuvo cerca de cumplirlas, especialmente con las tres claras opciones que Bautista vio frustradas por el meta local debutante Alfonso Pastor, y sobre todo con la que firmó al filo del descanso un chisposo Iván Gil, que no podía dar crédito al ver que su disparo se estrellaba primero en el travesaño y después en el palo largo sin querer entrar en la portería. Y finalmente, el Levante aprovechó un regalo para cantar el alirón y sumergir a los armeros en su fiesta.
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