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Cualquier escribano echa un borrón, pero si son muchos los que se le escapan el texto se pierde entre tanto tachón. Y eso es ... precisamente lo que le viene pasando al Eibar desde que comenzó la temporada. El conjunto azulgrana ha demostrado tener una prosa envidiable, pero así como tiene la capacidad para redactarla con una letra fina y bonita, también ha adquirido la mala costumbre de emborronarlo todo a base de despistes que le impiden acabar como es debido el libro que debe entregar este año para poder aprobar el curso.
La remontada en contra sufrida el domingo en Valladolid no es más que otro capítulo parecido a los que ya ha tenido que borrar con anterioridad, que ponen en serio riesgo que los armeros puedan cumplir con la fecha de entrega marcada para dentro de diez jornadas.
De hecho, los siete puntos que le separan del líder Leganés le dejan prácticamente descartado para pelear por la primera plaza, cuando tras el madrugador gol de Bautista saboreó la posibilidad de quedarse solo en el segundo puesto en persecución de los pepineros.
Sin embargo, el inexplicable desmoronamiento sufrido tras quedarse con uno menos por la expulsión de Berrocal antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora, le ha dejado una situación de lo más comprometida, con hasta diez equipos luchando prácticamente con las mismas opciones por esa segunda posición, lo que supone toda una amenaza incluso para conseguir alcanzar uno de los billetes que se reparten para disputar el playoff de ascenso.
El foco de las críticas ha vuelto a centrarse en los recurrentes fallos defensivos que Joseba Etxeberria sigue sin poder atajar, ni tampoco compensar por medio de su propuesta ofensiva, que últimamente también funciona a ráfagas.
Y aunque la expulsión de Berrocal supuso el principio del fin para los azulgranas en el Nuevo Zorrilla, no puede obviarse el hecho de que el jerezano quedó vendido ante Sylla debido a un fallo de cálculo de Nolaskoain a la hora de despejar un balón sacado por el portero, mientras que el segundo tanto, marcado precisamente por el senegalés, vino precedido de un balón perdido en la medular por Matheus.
Eso sí, no hay ningún otro jugador en la competición que haya sufrido tantas expulsiones como las cuatro que acumula ya el central, dos de forma directa y las otras dos por dos dobles amarillas, que han convertido al Eibar en el equipo que ha sufrido más expulsiones en este curso solo por detrás de las seis que acumula el Tenerife.
La factura a pagar por el viaje a Valladolid va a salir a precio de oro, puesto que Etxeberria no solo perderá ante el Eldense a Berrocal, al que le puede caer una sanción ejemplar por reincidente, así como a Tejero, que vio su quinta cartulina amarilla, lo que obligará al técnico a recurrir de nuevo a Corpas para ocupar el lateral derecho, porque Correa ni está ni se le espera.
Pero es que, además, Stoichkov también es seria duda para la cita del sábado, puesto que, aunque la lesión que le obligó a retirarse en Pucela parece quedarse en un golpe en su pierna derecha, sí que menguan sus opciones de jugar.
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