Los vecinos de Aiete denuncian vandalismo y destrozos en vehículos por Halloween

Noche de brujas, muertos y gamberros la que se vivió este pasado lunes, víspera de Todos los Santos, en Aiete. Este barrio de San Sebastián amaneció con destrozos en vehículos y mobiliario urbano, pintadas en las paredes, restos de hogueras, botellas rotas, basura por doquier... Y no es la primera vez que ocurre. Los vecinos denuncian que una cuadrilla de jóvenes, «casi preadolescentes», dedicó la noche de Halloween a sembrar el caos y la destrucción en un «vía crucis de gamberradas» que comenzó en el paseo de Oriamendi y concluyó en Munto pasando por Etxadi, donde más graves y visibles fueron las consecuencias de sus actos.

«Eran unos doce chavales vestidos con ropa oscura y uno con camisa blanca. Se dedicaron a la devastación de todo lo que pillaban en su siniestra caminata», relatan desde la asociación Lantxabe, que explica que los vándalos disponían de un «escenario amplio», el entorno de los paseos de Aiete y Oriamendi, y «lo aprovecharon para descargar su estupidez amparados en un numeroso grupo de descerebrados».

Cuentan que desde la entrada a Katxola por el parque «se agruparon gritando y poniendo música a todo volumen». Se fueron hacia las pistas de skate en Pagola. Los vecinos les llamaron la atención e incluso dieron aviso a la Ertzaintza y la Guardia Municipal de San Sebastián – que realizó una identificación –, pero «algunos de estos gamberros les hicieron frente y lanzaron huevos» contra las fachadas de las viviendas y los coches. En Munto, la plaza de los Manzanos amaneció con soportales y accesos peatonales a los garajes con manchas de huevos rotos, hogueras, pintadas y restos de vidrios.

«¿Los padres de esos niñatos pagarán los destrozos ocasionados por sus hijos?», se preguntan los afectados. «Actúan con impunidad y salvajismo. Se ensañan con los comercios, con los coches aparcados, con los portales del barrio, que convierten en cabañas para su desfogue alcohólico y sexual. En uno de esos portales, un vecino oyó los llantos de una mujer, salió alarmado y el chico decía 'es mi novia'», aseguran.

El hartazgo se percibe en sus palabras. «Es el séptimo año consecutivo que los idiotas arrasan el barrio durante la Gau Beltza. ¿Son distintos? ¿Se da un cambio generacional? ¿Son del mismo colegio?», inquieren.

Al llegar a Etxadi, advierten, las cuadrillas puede que superaran los dos centenares de individuos. «Uno de ellos bailaba y cantaba encima de los coches, seguramente borracho. Terminó por caerse al suelo y, malherido, fue recogido por una ambulancia. No sería difícil su identificación para hacerle cargar con la responsabilidad de sus actos, pero la autoridad hace mutis por el foro», lamentan los afectados.

Con los años que llevan con este problema, consideran que las autoridades deberían tomar cartas en el asunto. «Con los derechos ciudadanos, con el uso del espacio público, ni truco, ni trato. Ya es hora de ponerse serios», concluyen desde la asociación Lantxabe.

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