«Una señora me dijo el otro día algo muy bonito: 'Tú vendes nostalgia'»
De fiesta con... Jesús etxegoien (El último barquillero) ·
Por un euro y medio, no solo te da un barquillo o un paquete de patatas «de toda la vida», sino también su simpatía y ... un poco de nostalgia, por los tiempos en que Jesús Etxegoien no era el único barquillero de Donostia y de toda Euskadi.
- ¿Desde cuándo vende barquillos y patatas?
- Hará 37 años ya. Yo era un malísimo estudiante y con 16 años empecé, en el tramo entre los Relojes y la Perla. Era el año 1982. Allí estuve mucho tiempo, antes de pasar al Boulevard, el anterior a la reforma, donde se vendía muy bien. En 1995, cuando empezó la nueva Zurriola, pedí permiso para pasar allí, donde estuve unos años hasta que bajaron las ventas y volví en 2002 al paseo de la Concha, donde sigo, junto a la primera rampa. Todo el día viendo estas farolas preciosas.
- Si le preguntan su profesión, la suya es...
- Barquillero, y a mucha honra. Es un oficio que se está perdiendo. Parece que queda uno en Asturias, otro en Madrid, algunos por Andalucía, y yo. Mucha gente que me ve, se alegra: «Ay, mira, los barquillos de toda la vida». O «las patatas de toda la vida». Una señora que me compró el otro día me dijo algo muy bonito: «Tú vendes nostalgia».
«De ser hasta ocho barquilleros, uno en cada subida de la playa, me he quedado yo solo»
«¿Saturación? Hay gente pero no es para tanto. Siempre hemos sido ciudad turística»
- Es que el barquillo o las patatas saben bien ahora, pero nos traen recuerdos de otros tiempos.
- Sí, a algunos les evoco una época en la que no había más que eso, no como ahora, que puedes elegir entre mil cosas, madre mía. Pero antes era subir de la playa y comprar un barquillo, o un paquete de patatas amarillo. Mantengo el color, aunque antes los paquetes eran de papel y ahora de plástico, adaptados a normativas de sanidad...
- Y, claro, no es que estuviese solo usted sino muchos barquilleros.
- De ser seis o hasta ocho, uno en cada subida de la playa, me he quedado yo solo; no da para más. Me favorece el cliente donostiarra y todo el turismo nacional, que es el que conoce este producto clásico.
- ¿Y vende más barquillos o patatas fritas?
- Barquillos, sobre todo por la tarde. Curiosamente, las patatas se venden mejor a la mañana, como aperitivo antes de comer. También por la noche, cuando bajan a la playa a ver los fuegos. Las sigo haciendo a la manera clásica, aunque cada vez con menos sal.
- ¿Las hace? Pensaba que sólo era vendedor.
- No, no, yo hago elaboración propia diaria. Tampoco encuentro quien haga barquillos como a mí me gustan. Cuando no me veis en la calle estoy en mi local, elaborando con cuidado todo el género y empaquetándolo.
- Hay clientes que hasta se le emocionan, ¿no?
- Hace unos meses, una señora me compró un barquillo y se le saltaban las lágrimas de ilusión. Me dijo que llevaba treinta años sin venir a San Sebastián. El año pasado, tuve un señor de Burgos que todos los días me compraba tres barquillos y me hacía algún comentario sobre las cestas, que le gustaban mucho. El último día me pidió 50 euros en barquillos para llevárselos a casa. Como tenía una cesta vieja, se la regalé llena de los barquillos y se fue encantado.
Cuatro clásicos
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El helado, de... «Limón y manzana, en tarrina»
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Los fuegos, desde... «El Paseo de la Concha»
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Su mejor momento de la Semana Grande... «El día 15 en su conjunto»
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Y el peor momento… «Cuando llueve»
- ¿Cómo se ve la Semana Grande desde su puesto?
- La Semana Grande es gente, gente y gente en la calle. No me muevo del paseo de la Concha y solo veo pasar gente. Pasean y compran, lo que es bueno para el negocio. Sí hay cosas atractivas, como la comparsa de gigantes y cabezudos o los toros de fuego. Y sigue siendo increíble el poder de convocatoria de los fuegos artificiales.
- ¿Se nos está saturando de turistas la ciudad?
- ¿Saturación? Hay gente pero no es para tanto. Si fuera de Semana Grande para las 9 de la noche no queda nadie en el paseo de la Concha... Siempre hemos sido una ciudad turística, desde que venía la aristocracia con sus baños de ola. Cuando ves fotografías antiguas, ves la Concha repleta. El paseo lleno de gente y la playa, con aquella actividad de tolderos, silleras, mujeres limpiando la arena con unos pinchos...
- ¿Y cómo le va mejor, como barquillero o con su otro oficio estacional, el de castañero?
- Es difícil decirlo. Agosto es el mejor mes en ventas, pero también diciembre es increíble. Entre una cosa y otra, me paso muchísimas horas en la calle, lo que me encanta... siempre que no llueva.
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