Ane Oyarbide
Defiende que es el PSE el que marca las «improntas progresistas» en la coalición con el PNV y cree que es momento de «meter la quinta marcha» en el pacto de gobierno
Ane Oyarbide (San Sebastián, 1985) da un paso al frente ante la renuncia de Eneko Goia y se apresta a seguir liderando el gobierno ... municipal junto al nuevo alcalde, Jon Insausti.
– ¿Le habría gustado enterarse antes de la decisión de Goia?
– Nos llamó a su despacho antes de comparecer en el Salón de Plenos. Fue un buen gesto por su parte. Hacerlo unos días antes o después no habría modificado en absoluto ni el pacto ni la relación. Era un rumor que estaba circulando desde hacía meses.
– ¿Le sorprende que se marche a mitad de legislatura?
– A mí, personalmente, no. Creo que es el fin de una etapa y así lo ha demostrado con su salida.
– ¿Cree que falta a su compromiso con la ciudadanía o con sus votantes?
– El alcalde ha tomado una decisión que en parte tiene un poso personal, aparte de los cálculos electorales que hagan dentro del PNV. En cualquier caso, el proyecto con el que se presentaron y con el que llegamos a un acuerdo de gobierno sigue vigente.
– ¿Cómo ha sido trabajar con Goia todos estos años?
– Hemos conseguido tener una entente cordial, una relación honesta y sana, dejando a un lado las diferencias ideológicas que sabemos que tenemos. Y hemos trabajado por un proyecto en común que es Donostia.
«Lo peor de la etapa de Goia ha sido la gestión de la movilidad y tener que pelear por maximizar la vivienda social»
– Él le agradece su profesionalidad, colaboración y discreción y asegura que ha sido una gozada trabajar juntos. ¿Tantos halagos de un rival político le pueden perjudicar dentro del PSE?
– No lo creo porque al final es un reflejo de mi forma de ser. Entiendo la política como una forma de trabajar y llegar a acuerdos con diferentes, más aún en estos tiempos que corren con unos discursos tan crispados y tan llevados al extremo.
– Hablando de crispación. No había pasado ni una semana desde el anuncio de Goia y ya empezaron a cruzarse reproches con el PNV. ¿Ha cambiado algo en la relación entre ambos partidos?
– No. Desde luego, por mi parte, el pacto de estabilidad sigue. Y más allá de eso, las enganchadas puntuales que podamos tener no deben ser óbice para trabajar juntos por una ciudad mejor.
– Dice Víctor Lasa, de Elkarrekin Podemos, que en el gobierno PNV-PSE se hace lo que dice el PNV. ¿Es así?
– Yo le diría a Lasa que eso es rotundamente falso. Que, de hecho, quienes lideramos y quienes marcamos las improntas progresistas del gobierno de coalición somos nosotros. Quienes hemos apostado por la gratuidad en el transporte público somos nosotros. Quienes hemos apostado por aplicar la Ley de Vivienda, que no apoyó el PNV, hemos sido nosotros. Y reflejo de eso es que en este momento Donostia sea ya zona tensionada. Por tanto, no puedo estar más en desacuerdo con su opinión.
– ¿Qué pueden esperar los donostiarras del futuro alcalde, Jon Insausti?
– Con él se abre una nueva etapa y veremos en qué se traduce. La ciudadanía demanda nuevas generaciones ejerciendo y trabajando en política y creo que tanto él como yo estamos sobradamente preparados para gestionar esta ciudad.
«Denis Itxaso es mi compañero, no mi rival. Él está centrado en su labor y yo en la mía, que es San Sebastián»
– Desde que se ha anunciado la marcha del alcalde, los partidos han empezado a tomar posiciones. En su caso, ¿hay algún cambio en su situación?
– Yo estoy muy tranquila. El cambio es en las filas del PNV y no es nuestro momento ni nuestro espacio para empezar a elucubrar. Más allá de eso, yo soy la portavoz del grupo municipal socialista y estoy preparada y decidida para ser alcaldesa de San Sebastián.
– Pero ya han salido los primeros nombres de otros posibles alcaldables socialistas, aunque Denis Itxaso ha respondido que no puede distraerse de su prioridad, que es la vivienda. ¿Atisba movimientos dentro del partido?
– Denis es mi compañero, no mi rival. Tampoco lo es Susana (García Chueca), cuyo nombre también ha salido, aunque no con tanto eco. Ellos están centrados en su labor y yo en la mía, que es San Sebastián.
– Desde el PSE se ha dado a entender que se puede aprovechar el relevo en la Alcaldía para intentar ganar peso en la coalición. ¿Pelearán por las concejalías que quedan libres, como Cultura y Turismo?
– Yo no me estoy planteando una renegociación de carteras. Pero sí que es cierto que se abre un tiempo ahora en el que este pacto de gobierno que tenemos firmado puede revisarse no para modificar las cosas, sino para apretar, meter quinta marcha y avanzar.
– ¿Cómo ha evolucionado Donostia desde que Goia accedió al cargo en 2015?
– Es una ciudad cuya sociología ha variado ostensiblemente. A día de hoy tenemos 30.000 personas nacidas en el extranjero, lo que supone que un 18% de la población. Eso nos lleva a seguir apostando por la diversidad y el progreso, por mejorar la calidad de vida de las ciudadanos. Y eso pasa por dar oportunidades tanto en vivienda como en empleo para que estas personas puedan establecerse y tener un proyecto de vida aquí.
– ¿Está preparada una sociedad conservadora como la donostiarra para recibir e integrar a todos los inmigrantes que llegarán en los próximos años?
– Somos una ciudad abierta y por supuesto que estamos dispuestos a recibir con los brazos abiertos esa diversidad que además es riqueza. Es gente que ya está aquí trabajando no solo en los cuidados y la hostelería, sino también en los servicios empresariales intensivos en conocimiento. Estamos hablando de personas que trabajan en I+D, de físicos y de tantas y tantas personas con formación superior que elige venir a vivir a San Sebastián.
– Los sectores que tiran del empleo tampoco son los mismos que entonces...
– La economía urbana sigue teniendo un gran peso porque es parte de lo que somos, pero en este momento el 50% de nuestro PIB y un tercio de los empleos provienen de servicios empresariales intensivos en conocimiento, que son empresas que dan servicios a empresas. Hablamos de investigadores, de consultores. Ese es el tipo de empleo que tenemos y es fruto del esfuerzo que se ha hecho durante décadas. Hoy podemos presumir de unos niveles de I+D muy superiores a los de Madrid y Barcelona. Somos ciudad de conocimiento, ciencia e innovación, sobre todo en biotecnologías y movilidad sostenible.
– ¿Se ha avanzado lo suficiente en estos diez años en materia de vivienda?
– Salta a la vista que no. La problemática de la vivienda siempre ha estado ahí, pero creo que nos ha faltado ambición. Es el momento de pensar qué hacemos con el nuevo Plan General, qué queremos construir, dónde y cuánto, y tener una propuesta seria y ambiciosa.
– ¿Cuáles son los grandes retos para el final de la legislatura?
– Tenemos proyectos ambiciosos para la ciudad. Va a llegar el Topo dentro de un año escaso, lo que va a suponer una transformación completa del modo de movernos. Vamos a tener un proyecto serio y firme de pabellón multiusos para Illunbe, seguiremos avanzando con el desarrollo urbanístico de los cuarteles...
– ¿Qué proyecto estrella le gustaría dejar cerrado antes de las elecciones de 2027?
– Como responsable de la Sociedad de Fomento, quiero ver culminada la transformación de la Bretxa al 100%.
– ¿Qué ha sido lo peor del mandato de Goia?
– La gestión de la movilidad y del Departamento de Urbanismo, sobre todo por la tramitación de los expedientes y por tener que pelear por maximizar los porcentajes de vivienda social en cada uno de los desarrollos impulsados. Ha sido duro.
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