La plaza Aita Donostia encara la fase final de obras: Lo que resta para su apertura en abril

Euskal Trenbide Sarea (ETS) es el organismo encargado de la ejecución como parte del proyecto de ampliación de la estación del Topo con una segunda boca de acceso. En las próximas semanas se completarán los detalles de la urbanización. Ya se ha colocado la baldosa hexagonal donostiarra en todo el ámbito y aún faltan por instalar bancos, papeleras y farolas, además de los semáforos. Cuando estos se activen, las barreras New Jersey que impiden algunos giros a los vehículos serán retiradas y entonces la plaza desplegará su nueva ordenación.

Aita Donostia se convertirá así en una zona de esparcimiento vecinal. Ha desaparecido el volcán de hayas y el espacio se ha rediseñado con criterios de protección civil para permitir una capilaridad peatonal desde Anoeta a la avenida de Madrid y viceversa. Tres nuevos pasos de cebra y dos pasillos de diez metros de anchura en medio de la plaza facilitarán los tránsitos peatonales norte-sur.

En el jardín central, con forma de semicírculo, se plantarán los diez cerezos que se entregaron en 2022, con motivo del homenaje Goazen Neskak, a los diez equipos femeninos más destacados de la capital guipuzcoana. Entonces se les prometió que los retoños se recolocarían en un lugar destacado de la ciudad deportiva de Anoeta y se ha decidido que sea el parterre principal de Aita Donostia el que ponga en valor el deporte femenino. En la parte más próxima a las viviendas se ha generado una zona de coexistencia con prioridad peatonal para los vehículos que entren a los garajes de la calle Illunbe y la plaza de los Prebostes.

La obra ha permitido adecuar Aita Donostia a los principios de movilidad sostenible que se pretenden implantar en toda la ciudad: menos tráfico motorizado, mejor transporte público y conexiones ciclistas y una apuesta por ganar espacios para el peatón. Hay que tener en cuenta que este ámbito es lugar de paso hacia la ciudad sanitaria. Por aquí también circulará la futura línea 17 (Gros-Amara-Miramon) del Bus Eléctrico Inteligente (BEI), una especie de tranvía con ruedas que exige unas paradas adaptadas para que el acceso desde la marquesina al vehículo sea sin escalones. Todos estos condicionantes se han contemplado en los planos de la intervención consensuada con el Ayuntamiento.

Como principales novedades en el capítulo circulatorio, aunque Aita Donostia ha perdido su condición de rotonda, los vehículos que transiten por el paseo de Zorroaga podrán girar a la izquierda para subir a Miramon o seguir recto y entrar de forma directa al paseo de Errondo.

Tal y como explican desde el gobierno municipal, la transformación de la plaza está alineada con la «apuesta clara del Ayuntamiento hacia un futuro en el que el entorno urbano esté al servicio del peatón y de los medios de transporte sostenibles como el autobús, el Topo o la bicicleta», señala la concejala de Movilidad, Olatz Yarza. Con esta filosofía, un lugar que «hasta ahora era casi propiedad de los vehículos se convertirá en una plaza de barrio», subraya la segunda teniente de alcalde, Ane Oyarbide.

Las obras han provocado meses de desvíos e incomodidades, además de quejas, dudas y críticas sobre el diseño de los trazados viarios y la anchura de los carriles. También se han empezado a sentir los efectos de los cambios introducidos en otras zonas de Amara como la plaza de Irun y la avenida de Isabel II, que ahora soportan más tráfico al tener que dar los conductores un rodeo para llegar de Hospitales a la avenida de Madrid.