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M. Salazar y R. Mendizabal
San Sebastián
Miércoles, 19 de febrero 2025, 16:09
El paseo de Francia de San Sebastián, como cada invierno, ha comenzado a teñirse de amarillo gracias a los narcisos y cuando estos aparecen es señal de que enseguida va a llegar la primavera. Estas flores, ubicadas junto a la estación del Norte y de autobuses, irán mostrarán su máximo esplendor en los próximos días aunque ya dejan ver una agradable vista.
El pasado mes de abril, como cada año, se podaron estas flores que ya comenzaban a marchitarse. Tras esta operación, el césped volvió a crecer y los bulbos han recuperado ahora en febrero los nutrientes necesarios para florecer en una de las zonas más fotografiadas de San Sebastián en las últimas semanas.
Los relatos históricos cuentan que esta especie de planta, nativa de la región mediterránea y presente en Asia Central y China, se ha cultivado desde la antigüedad, pero que se hicieron cada vez más populares en Europa después del siglo XVI y a finales del siglo XIX eran un importante cultivo comercial centrado principalmente en los Países Bajos. Hoy en día, los narcisos son populares como flor cortada y como planta ornamental en jardines privados y públicos, como es el caso de San Sebastián.
Los narcisos llegaron al Paseo de Francia de San Sebastián en octubre de 2021, cuando se plantaron 130.000 bulbos durante la renovación de los jardines y, ya entrados en febrero de 2022, con la llegada de su floración, la avenida se tiñó de un intenso color amarillo. La «espectacular alfombra», como la definió el Ayuntamiento de San Sebastián, cuando anunció que empezaron a florecer, era visible desde cualquier punto del paseo.
Como no es de extrañar, este jardín hace las delicias de cualquier persona que se encuentre en el paseo y hasta ahora no son pocos los donostiarras que se han dejado cautivar por su belleza. «Son perfectos, muy bonitos. Todos los años suelo ver esta zona y siempre está muy bien la decorada», decían los ciudadanos.
Además, las redes sociales también se han inundado de fotografías que muestran el amarillo y verde de la zona junto al azul del Urumea. «A mí me gusta sacarme fotos con las flores», reconocía una ciudadana. Mientras que otro confesaba que al vivir por la zona «los veo continuamente y no me hacen falta fotos».
Aunque los que tengan animales de compañía también deben tener cuidado porque por muy bonitos que sean, pueden ser venenosos si se ingieren y podrían causar vómitos e intoxicaciones a perros y gatos. Por lo que se conseja que la gente no coja las flores.
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