Un montón de mujeres
Desde el Bule ·
Conozco a una chica de 17 años que se llama Sara que no dudó en acercarse a las concentraciones del 8 de marzo con una ... cinta morada en el pelo junto a sus amigas, todas vestidas de negro. El grupo sonreía muy cerca de otras dos mujeres que podrían ser sus abuelas, Carmen y Marian, quines no compartían generación, pero sí el mismo entusiasmo. El pasado jueves hubo un montón de mujeres que decidieron salir de su hogar, de su trabajo, de su instituto, para unirse y pedir el fin de la desigualdad, medidas contra la violencia machista y recordar que no quieren ser valientes, que quieren ser libres. Las calles de Donostia, como las de tantas ciudades, se desbordaron, en gran parte debido a esas jóvenes sin patrones políticos que tienen las ideas muy claras. Tanto que van a contar con el respaldo de chicos como Eneko, que quisieron demostrar que ellos quieren mujeres iguales para andar sus caminos laborales o personales. Decía Silvio Rodríguez que «me han estremecido un montón de mujeres, mujeres de fuego, mujeres de nieve». Por eso, tal vez, participar en la manifestación del 8 de marzo ponía la carne de gallina. Como también nos ha estremecido ver y escuchar a una mujer como Patricia, madre del pequeño Gabriel, pedir calma y desterrar el odio. Dan ganas de llorar. Y eso que no olvido esa advertencia que nos ha hecho estos días: «Yo soy la madre, que nadie se atribuya mi dolor».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión