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Patxi Salbide y Manuel Faria celebrando el lanzamiento de 'Noites Acordadas'. DV

Manuel y Patxi, una amistad por el sueño común de volver a caminar: «Todos los días sufro, pero hay que saber darle sentido»

El compositor portugués Manuel Faria homenajea en su último álbum 'Noites Acordadas' la historia de superación de su amigo donostiarra Patxi Salbide

Natalia Vázquez

Domingo, 6 de julio 2025, 07:33

Siempre se ha dicho que la música es el lenguaje universal que trasciende de cualquier barrera lingüística y cultural. Esta vez tampoco ha sido una excepción, tal y como ha demostrado el reconocido pianista portugués Manuel Faria al dedicar su último disco, 'Noites Acordadas', a su buen amigo Patxi Salbide, donostiarra que acarrea consigo una gran historia de superación al quedarse hace más de 20 años sin la capacidad para caminar por un accidente de moto.

Hasta el momento del accidente, Salbide llevaba consigo una larga trayectoria en el mundo del motor. Si bien comenzó su andadura profesional como arrantzale, en la década de los 80 se lanzó a importar motocicletas de gran cilindrada, covirtiéndose estos vehículos en su pasión: «Me metí como aficionado pero terminé pidiendo una excedencia en mi trabajo en el barco para dedicarme a la importación de estos vehículos a motor».

Fruto de ello, en los 90, Salbide incluso llegó a colaborar con este periódico con artículos mensuales sobre motocicletas de gran cilindrada. Colaboraciones, no obstante, que tuvo que dejar de lado a causa de su grave accidente de tráfico en el año 97, generándole una lesión medular que le dejó en silla de ruedas y que motivó casi una década después del siniestro el inicio de su relación con Manuel Faria.

Un vínculo que les une desde hace casi veinte años y por el que hace unos meses el portugués le dedicó su último disco 'Noites Acordadas', que se compone de 10 piezas musicales a piano entre las que el músico luso ha querido llamar a una de ellas por el propio nombre de su amigo, 'Patxi'. Exmiembro del conocido grupo musical 'Trovante' en Portugal, el pianista pudo sacar tiempo en la pandemia para componer sus canciones a piano: «El estar tanto tiempo en casa le dio la opción a Manuel Faria para dedicarlo al disco, tuvo la mentalidad de sacar de lo malo algo bueno», comenta Salbide sobre el regalo de su amigo.

El fuerte vínculo del pianista y el donostiarra arrancó en el año 2006 cuando este último descubrió a un neurocirujano en Portugal que realizaba unas revolucionarias intervenciones en la médula espinal: «En ese viaje conocí a Manuel Faria y su mujer Clara, y gracias a su mediación pude operarme».

Desde ese momento la pareja acompañó a su amigo durante toda su neurocirugía: «Aún recuerdo cuando estábamos en la consulta en la que el médico miraba mis radiografías. Como se comunicaba en portugués, eran Manuel y Clara los que hablaban con él. De repente observo que ambos se ponen a llorar; ahí me imaginé lo peor. Pues para mi sorpresa eran lágrimas de felicidad. El doctor les comentó que existía posibilidades de paliar ciertos problemas de mi condición».

Muestra de esta amistad, el 28 de febrero de este año, en el 60 cumpleaños de Patxi y 4 meses después de que Faria lanzara su álbum en noviembre, el pianista decidió darle una sorpresa a su compañero donostiarra en Tabakalera: «Nada más entrar empezó a sonar un piano y me di cuenta de que era mi música, la que me habían dedicado. Sin decirme nada, mi hija Olaia y mi mujer Consuelo habían orquestado un plan para que viniera Manuel a San Sebastián de regalo por mi cumpleaños y como celebración de que el disco había sido un éxito en Portugal».

Patxi Salbide, un ejemplo de autosuperación

Hay fechas que no se olvidan. En el caso de Patxi, se trata del 15 de diciembre de 1997 en el momento en el que un conductor ebrio le atropelló cuando viajaba en su motocicleta: «En el momento del choque no perdí el conocimiento, y enseguida fui consciente de mi condición. Los que hemos sido profesionales del mundo del motor no le tenemos miedo a la muerte pero sí a la silla de ruedas. Por ello, viéndome en esa situación le dije a la doctora que me estaba estabilizando que no me hiciera llegar vivo a San Sebastián».

Viéndolo ahora con otra perspectiva, el vecino donostiarra agradece haber continuado en esta vida por motivos como por ejemplo, su hija: «Gracias a que la doctora no me hizo caso aquí está Olaia. Yo todos los días sufro, pero hay que saber darle sentido al sufrimiento y vivir en plenitud cada día».

Actualmente Salbide sigue luchando para recuperarse de su situación médica: «Me he convertido en un investigador que sueña con que la lesión medular sea reversible, porque esta condición no te priva solo de no caminar, sino que también de otras mil cosas más». Hasta entonces, «cosas cotidianas que para muchas personas pueden ser banales, como por ejemplo caminar en la orilla de la playa, para mí son un milagro».

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