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Inteligencia artificial contra los grafitisNo hay más que pasear por algunas zonas de la ciudad para comprobar la magnitud del fenómeno de los grafitis. No es un problema de San Sebastián sino global. La batalla contra el spray es ardua y los ayuntamientos hacen lo que pueden, que nunca es suficiente. El año pasado se tramitaron 49 actas contra este fenómeno en Donostia, que dieron lugar a 21 denuncias. Pese a este medio centenar de identificaciones ningún grafitero terminó siendo detenido. Pillar in fraganti a los responsables es la gran dificultad que encuentra la administración, pero no la única. Cada ciudad combate el fenómeno de distinta manera. Donostia va a poner en marcha un programa que mediante inteligencia artificial utiliza patrones de grafología para identificar a los autores y sumar daños en las denuncias, algo que está por ver que sirva ante un juez.
Paseo Otxoki (Intxaurrondo). Una larga fila de edificios residenciales con fachada de ladrillo parecen el lienzo que utilizan los grafiteros para decir 'aquí estoy yo'. Les gusta esta calle, pasan muchos coches por aquí y lo suyo es llamar la atención y que su 'arte' se vea lo más posible. Por eso se ceban también con los túneles de la variante y zonas aledañas, aunque no hay límites territoriales para emborronar. La pintura llega a muros, persianas de comercios, fachadas industriales o residenciales de cualquier zona de la ciudad. El modus operandi, nocturno y con sudaderas como atuendo, dificulta su identificación y les facilita actuar en cualquier ubicación. Y no es fácil cogerles en plena acción, algo que sí ha sido necesario hasta ahora para sancionarles o para conducirles ante un juez. Una vez detenidos los grafiteros pueden eludir responsabilidades si son menores, se declaran insolventes o los daños que producen son de una cuantía inferior a 400 euros.
A pesar de la dificultad que entraña detectar a los autores de los grafitis, han sido 233 las sanciones que ha impuesto la Guardia Municipal desde 2021. Se han realizado campañas de vigilancia mediante patrullajes específicos en las zonas más castigadas por el spray, pero los resultados no suelen acompañar el esfuerzo. Las sanciones e informes realizados desde hace tres años muestran una tendencia a la baja. En 2021 se interpusieron 84 sanciones, frente a las 21 del año pasado. Cuando los agentes descubren a una persona haciendo un grafiti, tag (firma) o similar le identifican y levantan un acta, normalmente por infracción de la Ordenanza de Civismo. Este informe pasa al departamento municipal correspondiente que tramita las sanciones. Para una imputación penal es necesario que el grafitero haya cometido un delito, como entrar en una propiedad privada o que sus pintadas hayan provocado daños de cierta cuantía. Los castigos por delito de daños conllevan penas de prisión que suelen ser inferiores a dos años y, por lo general, terminan en el pago de una multa porque los imputados llegan a acuerdos para evitar la cárcel. Cuando la infracción se tramita por la vía administrativa, las sanciones oscilan entre 200 y 500 euros (Ordenanza de Civismo) y pueden llegar hasta 600 euros si se aplica la Ley de Seguridad Ciudadana.
El nuevo contrato del servicio de limpieza de la ciudad incluye algunas innovaciones tecnológicas que pueden ayudar a gestionar, limpiar y perseguir de forma más eficiente el fenómeno. La contrata, la empresa FCC, desarrolla una aplicación en el teléfono móvil de los operarios que, mediante una fotografía, hace un análisis de la pintada, mide su superficie y la geolocaliza lo que permitirá hacer un análisis predictivo y una catalogación antes de su borrado. También ha dotado a la ciudad de un sistema, que ya se usa en ciudades como Oviedo, de «imprimación con sistema tintométrico», que es una máquina que detecta el color exacto de la pared ensuciada por un grafiti y genera la cantidad necesaria de la pintura de ese color para taparlo. Esta técnica dimensiona la superficie ensuciada mediante un distanciómetro láser equipado con cámara de fotos digital y pantalla táctil, calcula la mezcla de colores utilizando un software específico y una máquina de tintometría portátil, y finalmente aplica una capa para tapar el grafiti con pintura del color exacto de la pared dañada. «Con este proceso se optimizan los productos, se minimizan los residuos y se elimina totalmente la huella de la pintada». La utilización de este sistema es especialmente interesante para zonas como la Parte Vieja donde no conviene utilizar técnicas abrasivas, como el chorreo de arena en las fachadas, que desgastan la piedra del conjunto monumental.
La tercera innovación tiene que ver con la batalla por identificar a los autores de los grafitis. Se trata de una aplicación que mediante inteligencia artificial busca relaciones entre los garabatos de toda la ciudad, lo que ayudará a las autoridades municipales a identificar a los responsables de las pintadas realizadas con un mismo patrón grafológico. «Mediante técnicas avanzadas de reconocimiento de imágenes, la aplicación es capaz de analizar y comparar las características visuales de las pintadas ya cargados en la base de datos, detectando similitudes que pueden ser útiles para identificar a los autores», explica el concejal de Mantenimiento Urbano, Carlos García (PSE). Esta innovación estará en uso en un par de meses y busca poder imputar a un grafitero pillado in fraganti las otras 43 pintadas que hay en la ciudad siguiendo el mismo patrón que la pintada que la Policía le ha visto realizar en un momento determinado.
San Sebastián de los Reyes
Otras ciudades, como San Sebastián de los Reyes, confían más en la inteligencia natural para convencer a los jueces que un mismo grafitero es responsable de decenas o cientos de pintadas en la localidad. Un perito judicial de su Policía Local trata de demostrar que Roco y Kdys son los autores, no de una sino de un montón de pintadas en las paredes del municipio. Cuando se detiene a un grafitero en plena acción in fraganti se realiza una trazabilidad grafológica de su firma. Se analiza el tipo de letra que hace, la forma de escribirla, la tipografía que emplea y cuando las características se repiten en varios grafitis el experto certifica su autoría. El margen de error es escaso en estos informes, pero habrá que ver si los jueces validan estas pruebas.
Barcelona
Barcelona, con el gobierno municipal de Jaume Collboni, ha optado por intensificar el trabajo de sus brigadas de limpieza, lo que ha reducido en un 90% el número de pintadas en sus zonas más problemáticas. El incremento de sanciones a los grafiteros no atajaron el problema. El año pasado el Ayuntamiento efectuó tres campañas de limpieza en febrero, abril y septiembre en diez distritos que eliminaron 21.376 pintadas. Y se han formado brigadas específicas de limpieza de fachadas de edificios protegidos, un ámbito que no se tocaba hasta la fecha.
Madrid
Madrid ha comenzado a aplicar un nuevo protocolo de tal forma que las sanciones que se realizan a los grafiteros no estén vinculadas en genérico a la limpieza de la vía pública sino a la eliminación de grafitis. Por tanto, a partir de ahora los grafiteros que sean pillados in fraganti tendrán dos alternativas: o pagar las multas o ponerse el mono de limpieza y borrar las pintadas.
Málaga
En la capital de la Costa del Sol son solo dos agentes locales los que conforman la unidad contra los grafitis, pero se han especializado en ello y han ido deteniendo a 24 grafiteros desde 2008. Recopilan información de otras patrullas y de la colaboración ciudadana y poco a poco han ido fichando a todos los vándalos del spray, un trabajo que después ponen en manos de la Policía Nacional cuyos agentes judicializan todos los casos . «La colaboración entre ambos cuerpos es fundamental. Pocas veces se ha visto una cooperación tan buena como en estos casos», aseguran.
La brigada específica de limpieza de pintadas está compuesto por dos equipos que trabajan de lunes a viernes en turnos de mañana y de tarde, con un operario y un furgón cada uno. Su presupuesto anual asciende a 164.339 euros. La cifra de pintadas y grafitis que borra al año ronda las 3.000, más otras 4.000 de carácter político. Estas últimas se borran todas, pero en el caso de los grafitis las brigadas actúan solo ante las que se realizan en espacios o fachadas públicas. En el caso de negocios (comercios) o viviendas particulares el Ayuntamiento no actúa porque el mantenimiento no le corresponde. Solo lo hace en estos casos si hay un requerimiento expreso de los afectados, para evitar quejas a posteriori –que en algunos casos se han producido– sobre el resultado de la actuación.
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