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Las banderas roja y de aviso de medusas en Ondarreta colocadas este viernes DV

Dos bañistas atendidos por picaduras de carabelas portuguesas en la playa de Ondarreta de Donostia

Se ha colocado la bandera roja y también la de aviso de medusas en la playa, y una embarcación ha salido a chequear la bahía para descartar que haya más ejemplares

Malena Cortizo

Viernes, 25 de julio 2025

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Por segundo día consecutivo, las carabelas portuguesas se volvieron a dejar ver -y sentir- ayer en las playas de Gipuzkoa. Tras detectar el jueves los primeros ejemplares de este verano en el arenal donostiarra de la Zurriola, ayer fue el turno de la playa de Ondarreta, donde hicieron más que acto de presencia, ya que picaron a dos bañistas que sufrieron heridas de carácter leve por las que tuvieron que ser atendidos por personal sanitario.

Tras tener conocimiento de estos hechos, se colocó la bandera roja y la de aviso de medusas, tal y como lo establece el protocolo de seguridad en estos casos, según informó ayer la concejalía de Mantenimiento y Servicios Urbanos del Ayuntamiento de San Sebastián.Después de recibir el aviso de la presencia de estos organismos marinos, una embarcación navegó por las aguas de la bahía para detectar la presencia de más carabelas. Además de en Donostia, el jueves se detectaron también varios ejemplares en Zumaia, según informó SOS Deiak.

A menudo confundida con una medusa, la carabela portuguesa es en realidad un «superorganismo» colonial compuesto por varios individuos especializados que trabajan de forma coordinada. Su característica más visible es un flotador lleno de gas o vela de entre 15 y 30 centímetros que le permite desplazarse impulsada por el viento y las corrientes marinas. Bajo el agua, posee tentáculos que pueden alcanzar hasta 50 metros de longitud, aunque normalmente miden unos 10 metros. Estos tentáculos están equipados con nematocistos, células urticantes capaces de inocular un potente neurotóxico.

La carabela portuguesa es un carnívoro, que utiliza sus tentáculos venenosos provistos de cnidocitos para atrapar y paralizar a pequeñas presas acuáticas como peces y plancton, las cuales son luego introducidas en la boca hasta la cavidad gastrovascular para su digestión.

Veneno peligroso

A pesar de su llamativo aspecto, su belleza esconde un riesgo considerable, especialmente para niños, personas alérgicas o con problemas respiratorios previos, ya que la curiosidad de los bañistas a menudo aumenta el riesgo de contacto accidental.

El contacto con estos tentáculos puede provocar dolor intenso, hinchazón e irritación cutánea, y en casos excepcionales, reacciones graves como dificultades respiratorias o incluso paradas cardíacas. El veneno de la carabela portuguesa tiene efectos neurotóxicos, citotóxicos y cardiotóxicos en el ser humano, pudiendo llegar a causar la muerte en casos menos frecuentes que los producidos por la avispa marina.

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