

Secciones
Servicios
Destacamos
Los mejores restaurantes y bares para comer en San Sebastián es una de las grandes claves que buscan quienes visitan la ciudad. Para los donostiarras esta cuestión es más sencilla, pero para visitantes y turistas es una incógnita que intentamos resolver de la mano de la periodista especializada en gastronomía marti Buckley.
En Donostia, la meca de los pintxos, es sencillo elegir una buena mesa. Y difícil al mismo tiempo, porque elegir es descartar. Pero vamos a ello. Las gastrorutas por Gipuzkoa, el serial de El Diario Vasco con el que hemos recorrido las diferentes comarcas del territorio, presenta un sabroso tour gastronómico por el territorio en el que expertos embajadores han sugerido sus bares y restaurantes favoritos para comer o cenar. En este caso nos centramos en San Sebastián, una ciudad visitada por turistas de todo el mundo por sus numerosos atractivos, entre los que brilla con luz propia la gastronomía.
Para aconsejarnos sobre los mejores sitios para probar la gastronomía donostiarra la embajadora elegida es Marti Buckley, periodista gastronómica y escritora estadounidense, afincada desde hace 14 años en la capital guipuzcoana. Marti sabe de lo que habla y ha publicado dos libros sobre nuestros encantos: 'La nueva cocina vasca' y 'The book of pintxos'. Debido a la enorme complejidad del desafío, se ha decidido dividir este repaso donostiarra en dos capítulos, el caro y el menos caro, teniendo en cuenta que la gastronomía de alto nivel nunca es barata.
La propia Buckley, que acepta encantada el reto, asegura que «muchas veces pienso que lo mejor de Donostia es que uno puede comer 'ultra' bien sin gastar tanto dinero. En los EE UU, quitando algún 'street food', esto no es posible. Pero aquí tenemos el maravilloso pintxo, un bocado de lujo que no te deja con la cartera vacía. Y también más sitios«. Así, arranca con el primer listado, sitios para todos los días donde comer rico en San Sebastián «aunque hay que cuidar un poco el bolsillo, son sitios donde me encuentro una y otra vez».
Marti Buckley ha realizado diferentes distinciones, pero todas ellas con criterio. La distribución de los 20 mejores locales funciona de la siguiente manera: pintxos, merienda, modernos y los de sabores diferentes. ¿Se animan? Pues vengan con nosotros:
Marti Buckley elige siete establecimientos para degustar varios de los pintxos más suculentos de la ciudad donostiarra. Comienza su viaje por el cielo con La Espiga.
La Espiga (Centro): «un bar cerca de su 100 aniversario, regentado por la mejor familia que trabaja más que nadie, y que, casualidad, tiene uno de mis pintxos favoritos: la delicia (anchoas del Cantábrico en salazón sobre tosta de pan, cubiertas de vinagreta y huevo cocido y mayonesa). No sé por qué es tan perfecto, pero lo es». Además hay otras 'delicias' como ensaladilla rusa (8 euros), lomo ibérico (20 euros), merluza rebozada (17 euros), albóndigas de la amatxo (11,5 euros), callos a la madrileña (11,5 euros) y muchas cosas más.
Txepetxa (Parte Vieja): Otro clásico donostiarra. «Las anchoas en vinagre más especiales de este mundo y el mejor trato de la Parte Vieja. Les quiero un montón y a la jardinera (pimiento y cebolla encima de anchoa con pan), más». Ganadores del Gran Premio Keler Bar de Bares 2021, el Premio Barandilla de Oro 2019 o Premio al Producto Gastronómico que entrega la Kofradia-Itsas Etxea, por su barra han desfilado desde gentes de toda la vida de aquí hasta estrellas de Hollywood.
Borda Berri (Parte Vieja): «Algunos de los mejores pintxos; flipo con la consistencia. Siempre buenos. ¿Mi favorito? El risotto de Idiazabal y lo que sea de temporada».
Bar Antonio (Centro): Buckley lo alaba sobremanera: «El bar de pintxos perfecto. La mejor tortilla. Abierto siempre. Gente local y fiel. Pintxos fríos, pintxos calientes, raciones de temporada... ¡Amor!». Además, tienen también pintxo de bonito (5 euros), gamba frita con bacon (4 euros), ravioli de langostino en salsa Martini (5,5 euros), vitello tonnato (22 euros), cecina con parmesano (22 euros), hongos salteados con yema de huevo (33 euros), lomo en dados a la plancha con patatas (19 euros), tarta de queso (8 euros) o de pistacho (10 euros).
La Viña (Parte Vieja): «Es imposible que la tarta de queso que pronto llega a ser la exportación más famosa (y copiada) del País Vasco no esté en esta lista. Y si estás dispuesto a hacer cola, es que realmente está muy buena...».
Bergara (Gros): «Ha sido y sigue siendo un bar de pintxos como tiene que ser. Pintxos fríos muy cuidados y detallados de la era de oro de este bocado, como la txalupa (gratinado de setas con langostinos)», cuenta.
Ezkurra (Gros): «Soy muy fan de la ensaladilla rusa, es de mis favoritas. No tiene demasiado atún y mucho huevo, pero su mayonesa es espectacular (¡y un secreto de la familia!)».
Cambiamos de tercio. Pensemos en lugares para visitar a media tarde. Para un café, para algo de bollería, para un tentempié.
Simona Specialty Coffee Club (Gros): «Tenemos cada vez más sitios que te hacen un café de nivel barista, y este es el que está más cerca de mi casa. Buen ambiente y un rollo de canela que me gusta mucho».
Boga Boga (Centro): «Tuve que buscar el nombre para este artículo, porque antes se llamaba de otra manera y antes de eso no tenía nombre. Pero este pequeña pastelería, para mí, los mejores pasteles de la ciudad. Antes hacían un muffin integral con chocolate que ya no hay, pero si les dices con antelación te lo prepararán».
Galparsoro (Parte Vieja): Buckley lo considera un sitio «de toda la vida. El pan y todo muy bien, pero ¿has probado el croissant de nueces? Lleva una frangipane de nuez por dentro y me encanta que sea como un croissant de almendras, bien hecho pero súper euskaldun con los intxaurrak».
En este nuevo apartado Marti Buckley, que todavía está con ganas de recomendar o de descubrir nuevos lugares en la capital, pone el foco en siete establecimientos.
Arenales (Boulevard): «Un sitio enano con una carta de vinos naturales increíbles y un menú de unos 7-10 platos, pero que son la perfección. Zanahorias asadas con labneh, cecina con almendras, lengua con mostaza… Todo rico y muy acogedor».
Muka (Kursaal): «Aunque puede llegar a ser más caro, he metido Muka aquí porque es un sitio desenfadado donde puedes ir en cualquier momento y picar algo muy rico. Un foco muy estrecho en producto y brasas, de la mano de algunos de los mejores chefs jóvenes con más recorrido en Donostia». Hay un menú a 62 euros y platos a la carta como navajas, salsa picante y rábano picante (24 euros), puerros con emulsión de chuleta (16 euros), brocheta de pollo lumagorri marinado (21 euros), pecho de vaca, jugo y setas (28 euros) o fresas y helado (9 euros).
Gerald's (Gros). «De los mejores ambientes y cartas de vino y coctelería clásico en Donostia. Un menú del día no caro, muy basado en producto y saludable», define.
Sa Taula (Gros). Bucley afirma que «no me puedo creer que hay un sitio como éste en Donostia. Es totalmente salvaje. Comer en la misma mesa-isla donde cocinan los dos dueños. Con influencias mediterráneas, siempre sorprende».
Altuna (Centro): destaca que es un bar que se «centra en una cocina moderna y desenfada, pero reconocible. Me da la sensación de que tratan todos sus pintxos y platos como joyitas, desde los huevos rotos a las ostras hasta los pintxos clásicos como ensaladilla de atún con encurtidos».
Manojo (Gros): «Un sitio bastante nuevo con una carta de temporada que cambia todos los días. Me encanta que se puede pedir casi todos los platos como pintxo, media ración o ración entera».
Para rematar este primer capítulo donostiarra, Buckley escoge cuatro establecimientos donde priman los sabores diferentes. Ideal para ampliar horizontes y conocer nuevos rincones donde poder comer y beber con nuestra gente.
Bistró Ondarreta (El Antiguo): «Cocina francesa en un bistró súper mono. El chef David es el propietario, así que los detalles se cuidan al máximo». ¿Qué se puede comer? Entre otras cosas, huevo mimoso (3,5 euros), carpaccio de lubina (17 euros), pasta con bogavante (32 euros), txuleta de cerdo 'tomahawk' (32 euros), varios quesos, tarta de lima (7 euros) o flan con vainilla (6 euros).
Basqueland Izakaia (Gros): En palabras de esta periodista estadounidense, «una cerveza premiada en el mundo, hecha en Astigarraga, y que tiene su propio bar-restaurante. Los platos son asiáticos y muy ricos, con muy buen ambiente y abierto hasta tarde».
Bell's bar (Parte Vieja): Buckley subraya que «me hace mucha ilusión que un nuevo bar 'de pintxos' abra en la Parte Vieja y que esté rico. Bell's va mas allá, pero tienen una de las mejores tortillas de lo Viejo y también una de las mejores croquetas. Y son de sancocho, porque aquí hay una fusión latina-inglesa-vasca que es muy curiosa».
Doña Chepina (Egia). «Es el sitio que hasta ahora más me convence de comida mexicana-latina. Es súper de barrio. Y cuando funciona la licuadora, hay ¡frozen margaritas!». También tienen tacos (3,7 euros), costras (4,7 euros), quesabirria (11,5 euros), gringas (8 euros) o tortas.
Bueno, ya hemos conocido algunos de los templos culinarios de San Sebastián. Ya sólo queda la traca final, los restaurantes de lujo de San Sebastián. «De algo tienen que servir los miles de pintxos que me he comido y los homenajes que he tenido la suerte de pegarme en esta maravillosa ciudad. Una ciudad de 186.000 habitantes que no tiene por qué tener tantísimos sitios para comer de lujo. Pero del tipo de lujo que no se puede ni comprar en otras ciudades. El lujo de saber que el 'txipi' que te comes se pescó a 100 metros con un anzuelo esta misma mañana. Este listado es el de las ocasiones especiales, cuando hay algo de presupuesto en juego. Sitios que a mí, personalmente, me gustan. Humildemente».
Marti Buckley se pone exquisita con dos de los grandes restaurantes de nuestro país. Los dos atesoran tres estrellas Michelin. «Cada uno puede tener su favorito. Admiro un montón a todos estos chefs, porque empezaron con una mentalidad de empresa familiar pero con una visión vanguardista y enfocada en poner esta región en el mapa», asegura. El primero es el Arzak. «Como escuchar tus 'greatest hits' (grandes éxitos), elijo a Arzak cuando alguien viene a San Sebastián por primera vez y quizás solo tienen una oportunidad de probar la cocina nueva vasca de alto nivel. Degustación, por supuesto», confiesa.Tal y como detalla su página web, el restaurante Arzak ofrece tres opciones que podrán elegirse en la mesa. Uno es el menú degustación, cuyo precio vigente es de 280 euros por persona, 10% de IVA incluido y bebidas aparte. Luego está el menú degustación armonizado con vinos, cuyo precio vigente es de 280 euros el menú y 185 euros la armonía de vinos por persona. Con el 10% de IVA incluido, servido únicamente a mesa completa. Finalmente está el menú a la carta, cuyo precio vigente es de 250 euros por persona, con un 10% de IVA incluido y bebidas aparte. Este menú se compone de un aperitivo, un entrante, un plato principal y un postre a elegir de nuestra carta.
La segunda opción es el restaurante Akelarre. «Creo que Pedro Subijana está en un momento muy feliz de su vida y se nota… Últimamente, Akelarre está cada vez mejor. Me parece un sitio de tres estrellas para cuando haga muy bueno, ya que el sitio y el ambiente es importante también. Las vistas son increíbles y considero imprescindible arrancar con una copa en la terraza, cuyo bar lo gestiona Patxi Troitino. Elijo degustacion, pero siempre pido la mantequilla de cabra de aperitivo. Me encanta».Según la página web del Akelarre, existen dos opciones de menú: el Aranori y el Bekarki. Ambos cuestan 350 euros (bebidas aparte) y tienen delicias para comer como bogavante marinado en ensalada de verduritas del huerto; gamba roja al vapor y aromas de txakolí; flor de alcachofas y su sopa con acelga y foie; damero de col y panceta ibérica con reducción intensa y especiada de manitas; salmonete, zurrukutuna y bollería con sus espinas crujientes; trinchado de vacuno mayor, rulo de hongos y salsa de manzana e hidromiel; tartita de gin tonic o parfait de pistacho y sorbete de melocotón.
Llega el momento de analizar los clásicos. Restaurantes que son una garantía de calidad y buen hacer.
Narru: «Exquisitez y producto. Trato simple pero increíble. Siempre pido las kokotxas, que vienen una de cada tipo y son las mejores de la ciudad. Siempre pido también los raviolis rellenos de rabo de toro en jugo de foie y trufa. La carta de vinos ahora está en manos del sumiller que antes militaba en el Rekondo, por lo que hay sorpresas nuevas. Tienen menú degustación a 100 euros (sin bebidas) y delicias a la carta.
Rekondo: «Uno de mis favoritos desde siempre. No hay mejor sitio para una noche de verano que su terraza. Tengo mi pedido de siempre: arroz con almeja, txipis en su tinta cuando hay pequeñitos... Lo que varía es el vino y qué placer elegir entre los cientos de páginas de su carta», revela. En su carta figuran platos como carpaccio de carabineros, vinagreta de pistacho y guacamole (42 euros); pochas y morros de ternera (35 euros); almejas en salsa verde (45 euros); kokotxas de merluza (45 euros); solomillo plancha con su guarnición (35 euros); goxua de tocino de cielo caramelizado (12 euros) o nuestro tatín de pera (12 euros).
Urola: ¿Por qué lo destaca entre la amplia oferta de la Parte Vieja? Porque es «el mejor sitio de la ciudad para la verdura. La carta cambiante es una reflexión de la temporada pero con microscopio. Una semana tienes alcachofas, en otra guisantes lágrimas... Si perdieras la agenda, puedes saber en qué semana estás comiendo en el Urola. Todo es riquísimo, con un toque ligero y de parrilla, y Pablo y Begoña son la mejor gente que hay». En su carta tienen canelones de gallina y trufa del Moncayo (12 euros), garbanzos con cigalas (16 euros), alcachofas de Tudela con almejas gallegas (20 euros), arroz negro de chipirones (21 euros), caldereta de langosta a la mallorquina (47 euros), rodaballo en suquet (27 euros), salmonete grande al horno con refrito de ajos (22 euros), presa ibérica con jamón de bellota (25 euros), pato azulón a la naranja (22 euros), chuleta de vaca madurada (48 euros), trufas de chocolate y cacao (6,5 euros) y tarta de queso (7 euros).
Zelai Txiki: con «atencion a detalle al máximo. Están obsesionados con todo, desde hacer su propio pan hasta tener su propia huerta. Tiene una terraza en verano con vistas espectaculares. Reserva el cochinillo o corderito, muy especial y de los pocos (o únicos) sitios en Donostia donde lo tienen».
Astelena: «Es un fijo en la rotación. Ander González tiene la cocina en sus venas y, es más, disfruta cocinando y esto se nota. Todo es exquisito. No te vayas sin probar el pastel de merluza, receta de la familia que inspiró Arzak y toda una revolución». Lo tienen en la carta a 20,5 euros junto a otras delicatessen como terrina de foie natural, frutos rojos y galleta de naranja (23,5 euros); ensalada de cigalas y txangurro (26 euros); gamba blanca de Huelva a la plancha (32 euros); merluza en salsa verde con almejas (29,5 euros); rape rebozado panaderas, piquillos y mahonesa de ajo (29,5 euros); chuleta selección Goya (64 euros el kilo); paletilla de cordero lechal a baja temperatura y ensalada verde (30 euros); carrilleras guisadas al vino tinto y sus pures (24 euros); torrija caramelizada y su helado (9,5 euros) o helado de queso al momento, frutas del bosque y nuez (9,5 euros).
Kokotxa: Tiene una estrella Michelin y Buckley subraya que es para una «ocasión especial en el corazón de la Parte Vieja».
Marti Beckley quiere hacer otra distinción en la categoría de asadores, donde Gipuzkoa tiene tantos ejemplos que regalar. Estos son los que destaca en Donostia.
Portuetxe: «Un asador de siempre con ambiente de 10. Imprescindible la txuleta y los piquillos».
Aratz: Sobre él destaca que es un «fantástico asador, apartado en Igara pero muy cerca a la vez. Tienen un menú del dia de muy buen precio, el bar…. Me encanta el rollo tradicional y, por supuesto, la txuleta increíble de kilometro 0 de Igeldo». También preparan cochinillo y cordero por encargo. O tienen en su carta platos como revuelto de hongos con huevos ecológicos de Aginaga (20 euros); almejas a la marinera (32 euros); espárragos trigueros gratinados (18 euros); pimientos rellenos de txangurro con salsa de piquillo (20 euros); lomo de merluza de anzuelo del Cantábrico en salsa de hongos (24 euros); flan ecológico de la casa (8 euros) o coulant de chocolate con helado (8 euros).
Aldanondo: «Tenía un grupo de cuatro amigos que quedábamos para jugar a tenis y después íbamos a cenar txuleta. Rotábamos entre varios sitios de Donostia hasta que acabamos casi siempre en Aldanondo. Cuando quiero una txuleta pero sin salir del centro». Tiene un menú diario por 30 euros más bebidas. Y en la carta tienen croquetas de jamón ibérico (15,5), morros en salsa tradicional de choricero (17 euros), pulpo a la gallega (24 euros), alcachofas con almejas (28 euros), bogavante a la plancha (75 euros), txangurro a la donostiarra (26 euros), kokotxas de merluza al pil-pil (33 euros), rape (63 euros el kilo), besugo (96 euros el kilo), solomillo de vaca con patatas fritas (29 euros), queso Idiazabal con membrillo (8,9 euros) o tarta de queso con helado de queso (8,9 euros).
A Marti le apetece ahora sugerir tres locales en los que poder picotear de lujo. Tres comodines que nunca fallan, que pueden servir para los momentos especiales, para quedar bien con las visitas o darse un pequeño homenaje en cualquier día de la semana.
Dry Bar: «No será un secreto para nadie, pero me parece que el bar que tenemos en el María Cristina es un lujo total. Es el sitio idóneo para ir solo, siempre encuentras amigos, o para hacer algo de trabajo con el ordenador con un muy buen Negroni, o llevar a los peques para merendar en una experiencia inolvidable. Me encantan las aceitunas que ponen. El trío de aperitivo perfecto: aceituna, patata y cacahuete».
Arraun: «Soy muy de cócteles y este podría ser el mejor bar dedicado al cóctel que tenemos en Donostia. Tiene una gran cantidad de licores, no hay nada que no se encuentra. Pero es más, la carta va siempre rotando y cambiando. Los chicos son cercanos y divertidos. Buen ambiente». Vamos, que lo tiene todo.
Ganbara: otro clásico de la Parte Vieja con Amaia Ortuzar al frente. «Mi bar de pintxos para ocasiones especiales. Sus hongos a la plancha con yema de huevo son quizá mi plato preferido de la ciudad. Y la ensaladilla rusa me llena de emoción sólo al verla. En el piso inferior te puedes sentar y comer de lujo con muy buenos vinos elegidos por Amaiur; me encanta el gusto que tiene».
Terminamos esta selección de grandes locales donostiarras con media docena de sitios «donde hay un aire y un punto de vista fresco, pero con el mismo cuidado del producto que los grandes». ¿Dónde arrancamos? En Casa 887. Marti opina que «Antonio es de los mejores cocineros jóvenes de la zona. Aquí en su 'casa' hay una reverencia al producto, tratado con máximo cuidado. Siempre pido los platos crudos: tartar de atun, tartar de txuleta sobre brioche con yema ahumada o lo que haya». Tienen un menú degustación por 95 euros y en la carta figuran platos como carpaccio de picaña madurada, parmesano, pan cristal (25 euros); gyozas de cerdo crujiente, mayo de miso rojo, ponzu (seis unidades por 16 euros); rodaballo del Cantábrico a la brasa (85 euros el kilo) o paletilla de cordero lechal (46 euros).
Ahora nos vamos al Maun. Dice Buckley que «no esperarías encontrar el nivel de cocina que hay en medio del mercado San Martín. Maun es exquisito. Una carta limitada pero increíble, quizás de los mejores arroces de la ciudad». Sepan, eso sí, que actualmente está cerrado de forma temporal debido a las obras en el mercado.
Seguimos de ronda. ¿Apetece una parada en el Zazpi? Marti lo recomienda porque «aquí se está bien para comer, cenar, o simplemente tomar unos pintxos. Tienen muy buena tortilla. Paul nos ganó con sus pintxos de cocina en miniatura. Me encanta su cocina por la técnica impecable, sus jugos deliciosos. Siempre son muy buenas las ostras con diferentes guarniciones y también los platos de pescado».
Continuamos el paseo gastronómico por los barrios donostiarras y ahora hacemos un alto en Sukaldean. Dice Marti Buckley que «hay menú pero a mí me gusta pedir cosas diferentes, porque la carta de Aitor Santamaria es bastante única en la ciudad. Me encanta que haya platos tradicionales, como la sección de 'x' a la parrilla, pero a la vez hay buen sushi con un twist vasco (¡nigiri de txuleta!). También a destacar la selección de quesos, ¡da gusto!».
¿Tienen hambre para una última cena? Seguro que sí. Podría ser, según el criterio de nuestra embajadora, en Bodegón Alejandro. «Una joya en plena Parte Vieja, siempre guiado por las temporadas. No falla, es un templo del producto. Me encanta la anchoa con pimientos de cristal. Y a destacar la sopa de pescado, que no se encuentra en cualquier sitio hoy en día». Palabra de Marti.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran muerta en un río a la actriz Sophie Nyweide
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.