«Hemos hecho una cola de 30 minutos para comer pintxos»

«The last, please», es la expresión inglesa que más se escucha en las largas colas que se forman en el exterior de los bares especializados en pintxos de la Parte Vieja de San Sebastián. Las restricciones de aforo al 35% en el interior de los establecimientos de hostelería y la prohibición de consumir en barra o de pie provoca que a diario se formen largas colas de clientes, en su mayoría turistas, que aguardan su turno. Una imagen insólita que sorprende a visitantes, donostiarras y hosteleros que no pueden atender tal y como les gustaría a sus clientes como consecuencia de las medidas restrictivas por la pandemia del coronavirus.

«Es una imagen inusual. Habíamos tenido aglomeraciones en torno al bar pero la gente se iba a otro bar o decidía entrar a pesar del tumulto. La diferencia ahora está en la obligatoriedad de tener que consumir sentado. Una normativa que el verano pasado no estaba vigente», señala Jose Mari Aguirre propietario del bar Gandarias donde los clientes han llegado a esperar en la cola que se suelen formar en el exterior más de 40 minutos.

Los turistas acuden a la Parte Vieja donostiarra atraídos por las gastronomía pero advertidos de las colas que se están formando este verano. «No podemos irnos de San Sebastián sin probar sus pintxos», explica Juan Dapena, de Madrid, mientras aguarda su turno en el exterior del bar Gandarias. Son las 20.15 horas y aún así más de ocho grupos guardan pacientemente su turno. «Este verano los clientes no pueden hacer la tradicional ruta de pintxos por la Parte Vieja ya que se enfrentan a numerosas colas. La mayoría opta por sentarse en un único establecimiento a consumir. Por lo tanto, las cuentas son mas abultadas, pero estamos ganando menos», explica Aguirre.

La familia Rubio Piñeiro aguarda pacientemente la cola del bar Borda Berri de la calle Fermín Calbetón. «Es el primer día de nuestra estancia de tres días que venimos a la Parte Vieja para cenar de pintxos. No nos han sorprendido las colas, tal y como están los tiempos lo bueno es poder estar aquí», señala María Piñeiro, de Barcelona. «Estamos de vacaciones y si hay que esperar un ratillo se espera. Son las 20.30 horas y es nuestra primera cola, llevamos 15 minutos y nos quedan 6 personas por delante. Así que media hora no nos la quita nadie. Con alegría», explica María junto a los miembros de su familia.

Tres amigas madrileñas aguardan la cola que se ha formado en el bar Gandarias desde las 8 de la tarde. «Hemos viajado a San Sebastián para celebrar que hemos terminado la carrera de ADE», señala Inés Amuriza junto a sus dos amigas. «Nos esperábamos mucha gente pero no colas en los bares. Este mediodía hemos intentado venir pero estaba a tope. Hoy cenamos a las 20.15 horas para evitar las colas pero ni por esas nos hemos librado», explica María Catario resignada pero con la idea clara que no se pueden ir de la capital guipuzcoana sin probar los pintxos.

Juan Dapena y su familia se encuentran de ruta por Euskadi y tienen claro que no se pueden marchar de Donostia sin probar los pintxos de la Parte Vieja. «Son las 20.10 horas y llevamos 10 minutos en la cola. Ayer vinimos a las 20.30 horas y ya estaba imposible. No pensaba que iba a estar tan masificado», destacaba el miembro de esta familia madrileña que aguarda con resignación la cola porque es consciente que la espera merecerá la pena.

• Temas
• Turismo en Gipuzkoa