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David Silva, una travesía exitosa como txuri-urdin
Silva llegó en 2020 de improviso, hizo olvidar a Odegaard enseguida y cumplió con el plan de ganar la Copa
Es tarea complicada quedarse con unos pocos momentos de las tres temporadas de Silva en la Real. Se encargó de convertir cada partido en un ... acontecimiento y cada vez que entró en contacto con el balón elevó el fútbol a la categoría de espectáculo. Dio la sensación de que practicaba otro deporte. Que la pelota era una prolongación de su cuerpo. Para el cuadro blanquiazul ha sido un auténtico lujo poder disfrutar de los últimos años del de Arguineguín. Ha sido un sentimiento compartido, porque su regreso a la Liga, y más concretamente a la Real, le han servido para recibir el cariño que tanto merecía del público en las gradas.
1Un maniquí para anunciar la bomba
La Real dio la campanada el 17 de agosto de 2020 al anunciar por sorpresa su fichaje. Nadie lo vio venir. El club anunció su incorporación por la noche, a través de un inquietante vídeo en el que aparecía un maniquí vestido con la camiseta blanquiazul y el número 21 en mitad del Reale Arena. Fue una bomba que tuvo alcance mundial. Causó un impacto inmediato y todos en el planeta fútbol coincidieron en elogiar el movimiento de la dirección deportiva. El conjunto blanquiazul fue el más rápido de todos para convencer a Silva, que había quedado liberado tras una aventura de una década en el Manchester City. Un campeón del mundo, de dos Eurocopas y cuatro Premier Leagues, entre otros títulos, llegaba a Gipuzkoa para situar a la Real en otra dimensión.
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2Tenía una misión y no defraudó en el día clave
La afición aún seguía decaída debido a la baja de Odegaard, después de que el Real Madrid hubiera desestimado la cesión de dos años que había acordado previamente en el verano de 2019. El golpe de efecto que significó la contratación de Silva hizo olvidar rápidamente al noruego. La apuesta por el canario se enmarcaba dentro del contexto de la temporada más ilusionante en las tres últimas décadas para la Real, ya que en ese mismo curso se iba a celebrar la final de Copa contra el Athletic que se vio forzada a aplazar un año por culpa de la dichosa pandemia del Covid-19. El cuadro guipuzcoano se reforzó con una estrella mundial con vistas a afrontar aquel partido con la mayor de las garantías. El resultado no pudo ser más beneficioso. Silva fue titular en La Cartuja y su actuación en el centro del campo fue determinante para que la Real pudiera imponerse a su eterno rival. El exjugador del City tenía una misión y no defraudó en el día clave de Sevilla.
3Dos renovaciones ansiadas y celebradas
El genio de Arguineguín firmó en 2020 un contrato de dos años de duración. Tenía 34 años y su DNI ya era una de las cuestiones a las que se prestaba atención. El canario no venía a hacer carrera a la Real tras una dilatada trayectoria en Inglaterra y en el Valencia previamente, pero se pudo comprobar pronto que el futbolista no había recalado en Gipuzkoa tan solo para pasar el tiempo antes de su retiro. Silva supeditó en todo momento su continuidad a su estado físico y este le respetó. Tanto que en su segundo año como blanquiazul ya tenía decidido continuar un tercero en la entidad guipuzcoana. En Donostia encontró el lugar ideal para seguir desarrollando su carrera como futbolista y para que su familia hallara la comodidad deseada después de tantos años lejos de casa. Silva encajó a la perfección en la Real y en el territorio. En mayo volvió a plantearse el mismo dilema en torno a su futuro y el centrocampista volvió a reiterar su deseo de continuar. Fueron dos renovaciones muy festejadas, pero la lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda ha impedido finalmente que se le pueda ver de txuri-urdin hasta 2024.
4El partido 900 para convertirse en leyenda
Los números de Silva abruman solo con mirarlos. En sus tres cursos en la Real ha acumulado 93 partidos –habría alcanzado los 100 en los próximos meses– entre Liga, Copa y Europa League, en los que ha anotado siete goles y repartido 18 asistencias. En esta última campaña, además, ha llegado a los 900 partidos como futbolista profesional. Fue ante en el partido contra el Elche en el Reale Arena. Una cifra para convertirse en leyenda y acercarse al millar, un territorio reservado para los privilegiados. El canario deja el fútbol después de jugar 909 partidos oficiales. Una trayectoria de 20 años en el fútbol profesional da mucho de sí.
5La inoportuna lesión para decir adiós
Silva podrá decir que fue una maldita lesión la que le apartó de lo que más le gustaba hacer y no su rendimiento sobre el terreno de juego. De hecho, la última temporada como blanquiazul fue la más prolífica para el jugador en sus tres años de estancia. El ligamento cruzado anterior de la rodilla volvió a ser el talón de Aquiles de un realista. El canario se rompió durante el entrenamiento del miércoles en Zubieta. Era su tercera sesión al completo de la pretemporada. Si estaba bien, Silva no se dejaba un gramo de esfuerzo sobre el terreno de juego. No dudaba en meter la pierna y rascar al compañero o al rival si hacía falta. La lesión le obliga a despedirse del fútbol, pero no empaña en ningún caso su andadura en la Real. Titular indiscutible para Imanol y el mejor ejemplo en el vestuario de lo que debe ser un futbolista.
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