Real Sociedad

Sheraldo Becker se ve envuelto en una trifulca a la salida de una discoteca en Donostia

Al no poder acceder de nuevo al local, el jugador realista ha tenido que ser retenido por varios amigos, que le frenan cuando él aparentemente quiere volver dentro de las instalaciones. El extremo de la Real Sociedad acudió el sábado por la noche a la discoteca junto a su mujer y varios amigos después de empatar a cero ante el Real Valladolid horas antes en el José Zorrilla.

Ampliar

«Anoche, estando con mi mujer y mi familia salí en su defensa en un desagradable incidente y no estoy orgulloso de la imagen dada», alega, significando que su reacción obedece a un instinto de protección hacia su esposa. «Os pido disculpas y os he fallado», continúa, en su acto de contrición, antes de significar que «acataré cualquier acción por parte del club». Y es que, a su entender, la imagen ofrecida no es la más adecuada en un profesional, en un jugador de la Real y mucho menos en la tesitura actual de la Real: «En estos momentos me siento en deuda con todos, presidente, dirección, entrenador y compañeros, y trabajaré más duro si cabe para que logramos los objetivos». El surinamés culmina su nota apuntando: «Lo siento. Becks».

Tras el partido en Valladolid por la tarde, en el que gozó de tres grandes ocasiones para marcar, y del altercado en la famosa discoteca donostiarra ya de madrugada, el delantero realista ha acudido a entrenarse junto a sus compañeros en Zubieta, donde estaba citado a las 12 del mediodía. Al de Surinam le tocaba realizar el habitual trabajo de recuperación de los titulares por el esfuerzo realizado en Pucela.