A Córdoba se va por Sevilla y no al revés
La Real, con Illarramendi, visita el Pizjuán en un duelo directo por la Champions antes de centrarse en la semifinal de la Supercopa del miércoles en El Arcángel
El entorno, las emociones y el propio mapa pueden llevar a trazar la ruta equivocada en el GPS de la Real en su viaje ... a Andalucía. La cercanía de disputar una final 33 años después invita a diseñar un itinerario donde primero se pare en Córdoba -donde el miércoles disputará la semifinal de la Supercopa contra el Barcelona- y luego se siga hasta Sevilla, concretamente hasta La Cartuja, sede de la final del domingo. Pero la realidad aconseja lo contrario. Primero toca hacer escala en la capital andaluza, en el Sánchez Pizjuán, y solo después llegar hasta Córdoba. El despiste puede salir caro, en forma de autoestima, condición anímica y puntos. Porque en una competición regular en la que tantos esfuerzos ha volcado el equipo txuri-urdin a lo largo de los últimos meses y donde tanta igualdad reina, no es lo mismo sacar cero, uno o tres puntos esta tarde. ¿Quién sabe si en el barrio de Nervión no aguarda el resultado que en mayo valga una clasificación para la Champions? En esto de los viajes largos, no conviene saltarse la ruta.
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Golpe en la mesa. No habrá mejor carburante que una victoria hoy contra el Sevilla para marchar hacia Córdoba con una puesta a punto explosiva para la Supercopa. No hay mejor estímulo para medirse a un grande como el Barcelona que ganar de tú a tú a otro grande cuatro días antes. No hay mejor manera de poner un cortafuego debajo del cuarto puesto de la tabla para dejar claro que a la Real de este año le corresponde ese selecto grupo cabecero. Porque el Sevilla está al acecho, a tres puntos y acercándose. Buen momento para dar el golpe en la mesa.
La vuelta del capitán. Si el rival, los puntos en juego y la cercanía de momentos ilusionantes no fueran motivos suficientes para abordar el asalto al estadio del Sevilla, hoy se suma una causa más. Una celebración. El capitán de este equipo vuelve a vestirse de corto dieciséis meses después. La plantilla le debe un regalo por este año y medio de sacrificio silencioso. La presencia de Asier Illarramendi en la convocatoria supone un hito para este grupo tan joven y el mutrikuarra empujará, desde el rol que le toque desempeñar, para la consecución de la victoria.
La alineación es una auténtica incógnita en la que solo Remiro y Aihen se perfilan como titulares (casi) seguros
Un once para ganar. Problemas físicos impedirán que dos pilares como Monreal y Silva puedan saltar al campo, pero las posibilidades que ofrece la plantilla permiten a Imanol apostar por un once capaz de ganar al Sevilla. El oriotarra tiene en sus manos la decisión de dosificar más o menos a futbolistas desequilibrantes como Merino, Oyarzabal o Isak. Si habitualmente la alineación es un misterio, hoy lo es más aún. Aihen, de lateral izquierdo, se perfila junto a Remiro prácticamente como el único titular seguro. Merquelanz y Guridi podrían tener también muchas opciones al no salir de inicio ante Osasuna, pero las incógnitas son muchas más que las certezas. No lo tiene fácil Julen Lopetegui, técnico del Sevilla, si quiere descifrar los hombres que conformarán el once para medirse a los suyos. Ni siquiera para intuir cómo planteará el choque la Real, capaz en los últimos partidos de cambiar de registro alternando la combinación desde atrás y el juego más directo.
Campo gafado para Imanol. Tampoco lo tiene fácil el técnico txuri-urdin para acertar con la tecla. Nunca lo ha hecho en el Sánchez Pizjuán. Tres veces se ha sentado en aquel banquillo dirigiendo a la Real en Primera y tres veces ha salido derrotado. En la primera ocasión, en la recta final de la 2017/18 en la que sustituía a Eusebio, perdió 1-0. En las otras dos visitas ha habido goleadas: 5-2 en la 2018/19 y 3-2 en la 2019/20. No es un mal de Imanol. Ni de la Real. Solo Real Madrid, Chelsea y Eibar han ganado allí esta temporada. El Valladolid arrancó un punto. Los otros seis partidos los han ganado los de casa.
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