En Roma, ni Mourinho es especial
Perfil ·
El portugués llegó a la ciudad eterna con más pasado que presente, pero ha levantado una gran institución a la que se le había olvidado ganarRoma engaña. Bajo el influjo de su belleza inabarcable es fácil pensar en una ciudad amable, dulce, generosa. Roma es todo lo contrario difícil, dura ... y de una ironía corrosiva. Fue el centro del mundo, como recuerdan el Coliseo y la basílica de San Pedro –de maneras diferentes– y bajo sus siete colinas nadie puede aspirar a ser considerado especial si no quiere ser devorado por el cinismo secular de los romanos. Ni siquiera Mourinho, el 'special one'. Seguir vivo en Roma es una de las bellas artes.
Cuando se anunció el fichaje del portugués para sustituir a su paisano Paulo Fonseca hace dos años fue una sorpresa absoluta. Roma, la ciudad donde todo se sabe, donde los rumores viajan a la velocidad de la luz y los mentideros son más fiables que cualquier noticia oficial, no estaba al corriente. 'La Gazzetta dello Sport', el gran diario milanés –es decir, de otro mundo– se sacó el asunto de encima con un titular de periódico extranjero o, al menos, de quien es muy consciente de sus limitaciones para comprender las sutilezas romanas: «Ave Mou».
Como entrenador estará pasado de moda, pero Mourinho es una persona inteligente. Sabía dónde iba a poner los pies y en su presentación citó a Marco Aurelio: «Nada viene de la nada y nada regresa de la nada». La llegada del portugués a la Roma fue vista por no pocos como un retiro vacacional de jubilado millonario en busca de la dolce vita. No hubo jaleo. La tifoseria del Lazio no dio importancia a su fichaje, descontando ya su fracaso. El romanismo no se acordó de que Mourinho fue el que en 2010, en la cumbre de su éxito al frente del Inter de Milán, se refirió a la Roma como el equipo de los 'zero tituli'. Pero a Marco Aurelio se le escucha.
Biografía
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Nació en Setúbal el 26 de enero de 1963. Tiene 60 años.
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Palmarés: 26 títulos. Dos Champions (Oporto y Inter), dos UEFA-Europa League (Oporto y Manchester United) y una Conference League (Roma). Ocho Ligas, con Oporto, Chelsea, Inter de Milán y Real Madrid.
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Clubes: Benfica, Leiria. Oporto, Chelsea, Inter, Real Madrid, Chelsea, Manchester United, Tottenham y Roma.
Ganador compulsivo, llegaba a un club que, en efecto, no gana una Liga desde 2001 y la Copa, desde 2008. Fuera de Italia la Roma, como el Lazio, quizá no se consideran clubes grandes, pero son instituciones enormes con respaldo social y seguimiento masivos, con mucha presión encima. Sin embargo, la Roma que coge Mourinho en 2021 es lo contrario a un equipo ganador, lo contrario que el carácter de su nuevo entrenador. La melancolía recorre Trigoria, la ciudad deportiva giallorossa, y los barrios romanistas de la ciudad eterna. Las expectativas son mínimas.
Mourinho cambia de traje y deja de hablar de sí mismo. En sus apariciones construye una nueva mitología colectiva, un destino común. Empieza a hablar (¡en una ciudad como Roma!) de hacer historia, de construir algo que perdure. Y comienza, en efecto, a levantar un equipo. No le alcanza para desafiar a Juventus, Milan, Inter y Nápoles, pero se clasifica para la Conference League, que todo el mundo desprecia pero a Mourinho le parece una oportunidad. Su escandalosa derrota por 6-1 en primera ronda contra los noruegos del Bodo/Glimt pone todos los ingredientes para la épica. No hay emperador romano sin una derrota en condiciones. La Roma acabaría ganando la competición al imponerse en la final sobre el Feyenoord en Tirana, capital de Albania y, por tanto, ciudad de alma italiana. «Una cosa es ganar cuando todos se lo esperan, otra cuando los trofeos se vuelven inmortales. Pienso en la gente romanista que festeja hoy: les quedará para siempre», dijo Mourinho tras la final, seguro de haberse adueñado de los corazones romanistas.
La cifra
6
veces se ha enfrentado Mourinho a la Real, todas como entrenador del Real Madrid, con un balance de cinco victorias y un empate.
En esa victoria ya asomaba el resultado de la labor de Mourinho, con jugadores maravillosos como Lorenzo Pellegrini y una estructura de tres centrales con dos laterales que vuelan y mucha gente para llegar arriba. Abraham, Karsdorp, Zalewski, Cristante o los centrales Mancini y Smalling conforman un equipo temible. Ese bloque, unido a tres fichajes de campanillas para esta temporada, Dybala, Belotti y Matic hacen del rival realista en la Europa League una cosa muy seria.
Mourinho ha sido un hueso para la Real. En seis partidos, ha ganado cinco y empatado uno, siempre con el Real Madrid. En la 2010/11, 1-2 en Anoeta y 4-1 en Chamartín; en la 2011/12,0-1 y 5-1; y en la 2012/13, 4-3 en el Bernabéu y 3-3 en Donostia. Números contundentes, pero el Madrid no es la Roma y este cruce es otra historia. Nada viene de la nada y nada regresa de la nada. ¿Qué significa eso? Quién sabe. Roma.
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