Remiro quiere subirse al carro de la Liga en esta semana de tres partidos
La acumulación de esfuerzos en los titulares al jugar tres encuentros en ocho días aumenta las opciones de que Imanol tire de fondo de armario
Nadie quiere bajarse del carro de esta Real Sociedad que ha arrancado la temporada de forma brillante. Más bien al contrario: subirse a él. Cuarta ... clasificada después de sumar diez puntos en cinco partidos, cuatro a domicilio, cuando Imanol se refiere a sus jugadores habla de que «van en moto». La competencia es máxima, como lo demuestra que ya hayan jugado 19 de los 24 futbolistas de la plantilla. Y hay que tener en cuenta que Sagnan ha estado lesionado y la particular situación de Pardo, que decidió apurar el año de contrato que le queda a pesar de que el club le recomendó que saliera porque no iba a jugar.
Así las cosas, y al margen de estos dos casos, quedan tres jugadores por estrenarse esta temporada: Gorosabel, Guevara y Remiro. El más llamativo de los tres es el del guardameta navarro, fichado en julio tras concluir su contrato con el Athletic y que trabaja fuerte en Zubieta para ganarse una oportunidad después de ver cómo Moyá ha arrancado el curso de titular.
En pretemporada los roles parecían asignados en sentido contrario. Remiro partía con ventaja después del esfuerzo que tanto él como la Real Sociedad hicieron para que sus caminos se encontraran en Anoeta. El de Cascante aguantó un año sin jugar en Bilbao tras negarse a renovar con el Athletic y en San Sebastián se apostó fuerte por él a costa de sacar al Montpellier a Gero Rulli, titular en el arco blanquiazul las cinco anteriores campañas.
Remiro fue el que más jugó en verano, siendo titular en cinco de los ocho amistosos, aunque en los dos primeros ante el Lagun Onak y Racing solo lo hizo en la primera parte al repartirse los minutos con Zubiaurre. Después jugaría enteros los ensayos de Inglaterra ante el Millwall y el Watford y en la Euskal Kopa ante el Eibar. Ya con la Liga empezada, el pasado día 5, también disputó el amistoso ante el Alavés en Tafalla por el parón internacional.
En estos primeros 450 minutos como realista las sensaciones que ha dejado son positivas. Tuvo un error de cálculo el día del Racing en un centro de Barral a pierna cambiada que midió mal y acabó en gol, pero se ha mostrado solvente en el resto de sus actuaciones. Gray (Watford) le marcó dos tantos en sendas acciones en las que se plantó solo delante de él y tampoco tuvo mucho que hacer en los goles que le marcaron los armeros Paulo Oliveira y De Blasis en Tolosa.
Su mejor actuación llegó en la visita al Millwall, donde paró un penalti y a punto estuvo de detener otro. En general se ha mostrado como un portero muy tranquilo bajo palos, de buenos reflejos y una gran destreza en el juego con los pies.
La experiencia de Moyá
El mallorquín se perdió varios amistosos de pretemporada por una pequeña sobrecarga en el aductor derecho que le aconsejó ir con tranquilidad. No fue convocado contra el Lagun Onak y el Racing y tampoco viajó a la gira inglesa de julio. Sin embargo, en los dos partidos que jugó contra el Alavés y Osasuna dejó la puerta a cero y transmitió mucha seguridad a la defensa.
Cuando Imanol tuvo que decantarse por un portero para iniciar la Liga lo hizo por él. Varias circunstancias contribuyeron a ello. Por un lado, que los dos centrales titulares, Aritz y Llorente, eran bajas por sanción en Mestalla. Ello obligó al técnico a formar atrás con Le Normand, que se estrena oficialmente en el primer equipo esta temporada, y un reconvertido Zubeldia. Por otro, la extremada juventud de un equipo que presentó una media de 23 años el día del arranque liguero. Si entonces hubieran estado disponibles los dos centrales titulares y fichado Monreal, la decisión bajo los palos quizás habría sido otra.
Tampoco hay que olvidar el exigente calendario que debía afrontar la Real en estas primeras jornadas, con cuatro salidas a Mestalla, Mallorca, Bilbao y Cornellá y un duro compromiso en el estreno del Reale Arena contra el Atlético de Madrid. Cuando Imanol puso en la balanza las 16 campañas del balear en Primera y que el navarro aún está pendiente de debutar, se decantó por la primera opción al entender que si en un momento de la temporada podía explotar al máximo las posibilidades de Moyá era al principio de Liga por todos esos condicionantes que veía.
Desde entonces ha jugado las cinco jornadas mientras Remiro espera su oportunidad. Él mismo le aconsejó en una entrevista publicada en estas páginas que no bajara los brazos: «Debe estar tranquilo y seguir trabajando igual, que su momento llegará». Un gesto que le honra.
Ahora, con tres partidos en ocho días, el de Cascante espera como muchos de sus compañeros que la acumulación de esfuerzos en los titulares se traduzca en una oportunidad para debutar. Bien ante el Alavés o en Sevilla. Si no, tampoco pasará nada. Le tocará seguir apretando como ha hecho hasta ahora.
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