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Domingo de Resurrección en Villarreal. Nada más lejos de la realidad. A la Real se le apareció la Virgen para dar carpetazo a la Semana ... Santa. Serán ustedes o no creyentes, pero los de Imanol obraron ayer el milagro en La Cerámica rescatando un punto que no merecieron porque defendió horrorosamente mal en la segunda mitad, curiosamente con cinco defensas cuando más protegida debería estar el área. Si todos los integrantes de la plantilla tuviesen la fe de Oyarzabal esto sería otra cosa y el equipo sería mucho más competitivo, pero es que Mesías solo hay uno y proviene del santuario de Arrate de Eibar.
Al Villarreal le anularon nada más y nada menos que tres goles en el segundo acto, dos de ellos a instancias del VAR. Aramburu puede dar gracias de tener un 44 de pie y no un par de números más en el tanto de Pino. Ayoze protagonizó otro fuera de juego de esos del nuevo fútbol dificultando el área de visión de Remiro tras un remate de Gueye. Si hubiese sido al revés el enfado sería morrocotudo y abriría la primera plana de todos los medios guipuzcoanos. Y para terminar, una vieja amiga como Guadalupe Porras, presente en la final de Copa ganada, entendió que Pepe agarró a López como para que fuese falta y no gol de Eyong, que remató completamente solo en un área poblada cuando Cuadra Fernández dio ley de la ventaja a favor del conjunto amarillo. ¿No es más sencillo pitar la falta en directo y no dejar jugar para que no se monten estos líos?
Insisto, es un milagro que la Real tenga un punto más en la clasificación. Esta vez salió cara, pero es imposible defender peor durante 45 minutos. Faltó intensidad, salir a apretar todos los centros, estar atento a las vigilancias. Y sobre todo, si en la élite no vas a comerte cada balón dividido, te pasan por encima como hizo ayer el Villarreal.
Villarreal
Júnior; Femenía, Foyth, Costa, Cardona (Pedraza, min. 69); Pino (Eyong, min. 87), Parejo (Gueye, min. 69), Comesaña, Denis (Pepe, min. 57); Barry y Ayoze.
2
-
2
Real Sociedad
Remiro, Traoré (Aramburu, min. 63), Aritz, Martín, Aihen (López, min. 63); Turrientes (Olasagasti, min. 69), Sucic (Pacheco, min. 46), Marín; Kubo (Brais , min. 85), Gómez y Oyarzabal
Goles: 1-0 min 6: Pino, libre de marca, hace el primero a placer con la derecha. 1-1 min 19: Oyarzabal, de penalti, supera a Júnior pese a que tocó el balón.1-2 min 49: Oyarzabal presiona y fuerza el error de Júnior. 2-2 min 60: Ayoze remata de cabeza un centro desde el costado.
El árbitro: Cuadra Fernández, asistido en las bandas por Guadalupe Porras y Alejandro Estévez. VAR. Amonestó a Pino, Cardona, Femenía y Gueye en el Villarreal y a Gómez en la Real.
Incidencias: 17.620 espectadores en La Cerámica.
El partido era de los grandes ante un rival que sabe muy bien a lo que juega y que con dos pases es capaz de crear una ocasión de peligro desde la absoluta nada. Imanol apostó por Turrientes para cubrir la baja de Zubimendi. Era su momento. Que el beasaindarra no juegue lo que debería tiene que tener un motivo y ese precisamente puede ser el verde. Es un proyecto de jugador grande, inmenso, de interior titular en la Real para muchos años, pero esta temporada le está costando cuando tiene oportunidades. Todo lo contrario Jon Martín, que se mantiene en el once a sus 18 años. Como para no. Si fuese por pura meritocracia y rendimiento durante las últimas semanas, no debería salir de él. Este proyecto apunta todavía mejor. Las acciones defensivas con Barry y Pedraza yendo al suelo y su forma de liderar la defensa de manera jerárquica por encima de Aritz dice mucho de él. Está preparado y debe jugar más. Es nuestro, no como Aguerd. Marín se mantiene porque tiene motor. Sin chispa competitiva debía estar Brais, pensaría Imanol.
Saltó la Real bien, robando alto con Sergio para que Marín hiciera despertar del letargo a Júnior. Primer aviso. Algo que no hace el Villarreal de Marcelino. Más si cabe cuando su rival le pone en bandeja de plata regalos. La Real no puede conceder ni un solo tanto más por errores propios. Si te ganan, que lo hagan con merecimiento. Una acción tan simple como efectiva. Barry, un delantero centro de verdad a sus 22 años -¿dónde están estos y por qué no vamos a por ellos?-, descargó de cara para poner a correr al submarino. Jugada por la izquierda, centro al lado débil. Turrientes fuera de sitio, desconexión inentendible de Aihen y Pino empuja a placer. Otra vez a remontar. Inconcebible defender así una acción tan primaria.
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Le cayó a la Real una vida extra del cielo. Ni se imaginaban lo que iba a venir después. El balón parado de Sergio es una bendición para un equipo que no pone un pase en profundidad al espacio. Fue una delicia ver atacar al Villarreal en directo. Quién no arriesga no gana. Esta Real no puede jugar siempre al pie tratado de romper líneas de presión por dentro. Es simple. Ya no tiene a David Silva. El de Badalona puso un centro con mimo, Aihen, que volvió a defender mal otra acción idéntica a la del 1-0, remató a la mano de Barry. Oyarzabal se encargó de materializar lo que siempre hace. Le vino bien el tanto a la Real porque Kubo se activó pese a tener a Pino y Cardona. Un remate del japonés terminó en la madera tras parada de Júnior mientras que esta vez sí fue punzante para ponerle un gol a Sucic, negado en todos los sentidos. Mala primera mitad. Lo pudo arreglar, pero se encontró con el pecho del meta. Antes el submarino pudo ponerse otra vez por delante, pero Remiro también besó la madera como lo hizo su colega de puesto. Tablas, pero sensaciones raras. El Villarreal en un santiamén te volvía loco. La Real necesitaba acumular pases y pases.
Durante la semana de Champions se ha hablado de manicomios. Ayer en Villarreal no quedaba nadie cuerdo. La Real solo apareció por el área de Júnior en una presión alta de Oyarzabal, que se inventó un gol donde no había nada. El capitán, con el escudo, ponía al equipo remontando un choque muchísimos meses después. Tendrá que esperar la voltereta completa. Imanol dio entrada a Pacheco para pasar a defender con tres centrales, pero ni Aihen, ni Traoré ni Aramburu defendieron con intensidad el bombardeo de centros amarillo. Así vino el empate. El Villarreal cambió la orientación del juego, Traoré no apretó a Pino, que levantó el periscopio para ponerle un centro medido a la cabeza de Ayoze, libre de marca. Turrientes se desentendió por jugar en un sitio que no es verdaderamente el suyo.
Quedaba media hora y los realistas desplazados comenzaron a rezar. El Villarreal realizó veinte remates, cinco de ellos a puerta, y sacó diez peligrosos córners. Más allá de los goles anulados, Remiro se vio obligado a hacerse grande bajo palos, aunque quizás debió salir a algún centro lateral más al percatarse que su defensa era incapaz de repeler el peligro. La doble parada a Barry en el 96, que se eleva por encima de todos para cabecear el cuero con potencia, también es milagrosa. Desde el suelo evita de nuevo el 3-2. La Real no mereció ganar, por eso hay que darle aún más valor al punto. Pero hay que mejorar con urgencia.
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