Premio al sacrificio

Luego, a partir de la doble ocasiones de Isak al borde del descanso, sobre todo la primera, la Real supo ir dando la vuelta al encuentro poco a poco para llegar a dar la impresión de que podía incluso ganarlo. El balón del partido lo tuvo Barrenetxea, pero su remate se fue por centímetros.

Lo importante es que los de Imanol, con algún retoque en la forma de jugar, fueron imponiéndose de forma que los únicos problemas entonces se produjeron en esos errores en las salidas de balón, que tan caro suelen pagarse.

Fue, no cabe duda, un partido de defensas, tanto que Aritz fue el mejor blanquiazul y me atrevo a decir que Varane lo fue del Madrid. Y es que la Real tuvo que trabajar a fondo, mucho más que otras veces, en defensa. Los datos no engañan. La Real solo tuvo el 32% del tiempo el balón en su poder, solo lanzó un saque de esquina, por once el Madrid, y solo fue capaz de rematar entre los tres postes en una ocasión, muy buena, la de Isak, pero solo una por cuatro del Madrid. Los de Imanol dieron 329 pases, por más del doble los de Zidane, 693.

Por eso les digo que el empate me parece bueno. Durante muchos minutos vi al Madrid más cómodo que nunca en nuestro campo, y es que la afición pesa mucho, pero precisamente por eso valoro que los nuestros –todavía hay jugadores que están faltos y eso se nota– se pusieran el buzo y consiguieran con su trabajo recuperar la batuta del juego, hasta terminar mejor que su rival, a pesar de ese agónico último minuto en el área blanquiazul.

Otro dato que no paso por alto es el arbitraje de Munuera Montero. Para que luego digan que solo nos referimos a ellos para criticarles, creo que es justo señalar que hizo una muy buena labor. Y me parece genial la decisión de no sacar la segunda tarjeta amarilla por faltitas. A ver si es verdad y se cumple siempre porque la propia Real ha sufrido expulsiones en los últimos años de risa.

Tampoco puedo pasar por alto los dos debuts de ayer. El de Silva era esperado. Es un gran futbolista, de los que marcan la diferencia y seguro que va a dar mucho a esta Real. Es, de hecho, un orgullo que Silva haya elegido a nuestro club para jugar sus últimos años.

El otro fue el de Urko González de Zarate. Solo fueron unos minutos, pero es uno más que se suma a la causa blanquiazul. Por cierto, que demostró su poderío en esa acción con Varane que no me pareció falta.

Lo dicho. Un muy buen punto. Y bienvenidos los dos.