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Uno de los legados que dejará Imanol Alguacil para la eternidad es su obsesión por ganar por y para la Real. Da igual que fuese ... un amistoso, un partido ante un regional en Copa o un encuentro intrascendente en lo estadístico como el de ayer ante el Girona. No hay mayor demostración de querer a un club que preparar todos los partidos de la misma forma. Durante noventa minutos se defiende un escudo, dos colores, el sentimiento de miles y miles de guipuzcoanos. El técnico roza el 50% de victorias tras 338 partidos. Impensable épocas atrás. Ese gen competitivo es algo que no puede faltar en la Real del futuro, ya sin el patrón. El oriotarra es el tipo que llevó a una generación perdida, acostumbrada a caer, a tocar el frío metal más de tres décadas después. Simplemente por eso merece el mayor de los respetos. Con lo complicado que es ganar...
Así saltó el equipo a Anoeta en el último baile del patrón delante de su gente, como si esa mochila que tanto ha pesado durante el último mes y medio estuviese vacía de malas vibraciones y llenas de amor. Todo lo que no salió en la pelea por Europa vino de cara en la primera mitad donde ya no había nada más en juego que honrar a una leyenda. La fiesta apuntaba feliz con el 2-1, pero Portu, otro de sus guerreros, igualó la contienda pidiendo perdón como si al él también le doliera que Imanol se marchara de su casa sin hacer lo que mejor saber hacer. Ganar.
Real Sociedad
Remiro, Traoré (Aramburu, 65'), Aritz, Zubeldia, Javi López (Mariezkurrena, 81'), Marín (Turrientes, 65'), Zubimendi, Brais Méndez (Sucic, 58'), Barrene (Sergio Gómez, 58'). Entrenador: Imanol Alguacil.
3
-
2
Girona
Krapyvtsov, Arnau, Francés, Krejci, Blind, Jhon Solís (Arthur, 60'), Yangel Herrera (Romeo, 87'), Iván Martín (Abel Ruiz, 60'), Tsygankov (Danjuma, 87'), Asprilla y Stuani (Portu). Entrenador: Míchel Sánchez.
Goles: 1-0 min 5: Marín remata en plancha un córner bien puesto por Brais. 1-1 min 10: Stuani empala de primeras un centro de Asprilla. 2-1 Oyarzabal, de penalti, engaña a Krapytsov. 2-2 min 77: Portu alcanza un pase de Tsygankov. 3-2 min 91: Mariezkurrena fusila con una volea de primeras.
El árbitro: Ortiz Arias. Del Cerro Grande fue el árbitro VAR. Amonestó a Traoré en la Real y a Solís, Stuani y Arnau en el Girona. Incidencias
Incidencias: 28.135 espectadores en Anoeta. Imanol Alguacil recibió emocionado la insignia de oro y brillantes en su último partido en Anoeta como entrenador de la Real.
Pero, justicia divina, el destino quiso agradecerle al técnico de Orio su pasión por la Real. Horas y horas de trabajo dedicadas a un sentimiento, una forma de vivir, incluso regalando el tiempo que su familia merecía durante estos seis años y medio. El gol de Mariezkurrena en el descuento fue un regalo para sí mismo. Imanol no empujó el balón a la red, lo hicieron los jugadores a los que convenció a diario en Zubieta. Sin levantar la voz. Nunca con un mal gesto. Simplemente con el ejemplo. Que le empate quien pueda. Y no, no solo en los resultados de los próximos años. El deporte va de ganar y siempre será ese el objetivo, pero casi es más importante y vital para futuras generaciones demostrar cómo se tiene que representar a la Real Sociedad.
Tampoco ha habido nadie en la historia reciente del club que aúne plantilla y afición como Imanol Alguacil pese a que el fútbol moderno cada vez aleja más al hincha de su equipo. Es algo que no se puede permitir la Real Sociedad. El mayor patrimonio del club siempre será su gente se vayan los entrenadores y jugadores que se vayan. El fin de fiesta en Anoeta tras el pitido final fue precioso y lleno de emoción. Cayeron lágrimas y lágrimas en esa vuelta al estadio, ya para la historia chocando las manos con los aficionados. Una preciosa historia de amor no podía terminar con ese caldo de cultivo generado durante las últimas semanas.
La noticia saltaba en la primera parte de Anoeta. Después de todo, a este equipo no se le había olvidado jugar al fútbol. Se vio una buena Real durante los 90 minutos, con la chispa que faltó tras 56 partidos en las piernas en una temporada que se ha hecho larga porque al equipo no le ha dado para más. Apostó el técnico por sus intocables salvo los dos laterales, Aramburu y Aihen. Uno por decisión técnica y el otro por sanción. Los once en los que más ha confiado en la temporada de su adiós. Pronto se percató el míster que sus futbolistas estaban en disposición de brindarle una tarde maravillosa. También el destino quiso premiar a Labaka, escudero y encargado de las jugadas a balón parado. Durante el curso no salió, pero Brais puso un balón con mimo para que Gipuzkoa se lanzara en plancha reencarnada en Marín.
Stuani se encargó de bajar a la tierra a la Real en un error defensivo de Zubeldia tras pérdida de López. Pero ayer hasta Del Cerro Grande quería que Imanol se marchara con victoria. Oyarzabal transformó el penalti. El capitán también tenía que dejar su impronta en un día como el de ayer. Portu no quiso, pero se debe a su escudo y el equipo de su vida, el Girona. Pero claro, es imposible redondear mejor una despedida. Zubieta, quién si no. Oyarzabal amortiguó como pudo un envío de Gómez para que Mariezkurrena rematara con el alma después de que durante más de 30 minutos sonara «hemen egongo gara beti zure alboan. Reala aurrera!». Mila esker, patroi. Reala beti egongo da zurekin.
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