Las «impulsiones», la mejora por la que Remiro saca pecho
El portero navarro cumplió contra el Rayo Vallecano 200 partidos defendiendo la portería de la Real Sociedad
Álex Remiro cumplió el sábado contra el Rayo Vallecano su partido número 200 con la Real Sociedad. El portero de 28 años de Cascante (Navarra) se ha adueñado de la portería txuri-urdin y es uno de los pilares del actual equipo, vivo en todas las competiciones que disputa esta temporada además de ya haber asomado por la puerta de la selección española.
Desde su debut en la temporada 2019/20 compitiendo por el puesto con Miguel Ángel Moyá hasta la actual campaña ha jugado 157 partidos en Liga, dieciséis en Copa del Rey, seis en Champions League, veinte en Europa League y uno en la Supercopa de España para un balance de 97 triunfos, 54 empates y 48 derrotas.
Su evolución en sus actuaciones y saber estar en el área son palpables, y Remiro, en declaraciones a los medios oficiales de la Real Sociedad, ha afirmado que «las impulsadas» han sido el aspecto técnico en el que más ha mejorado los últimos años, y ha expresado su satisfacción por ello. La impulsada se puede entender como lo que se conoce de manera coloquial de 'palomita', la acción en la que el portero salta, logra despegar y se estira al máximo para detener, despejar o desviar un lanzamiento.
Mientras el guardameta presencia varias paradas de ese tipo transmite que «mis impulsiones no eran tan potentes como lo son ahora». Se refiere a un disparo lejano del Elche en Anoeta que consiguió repeler como «mi primera impulsión completa para mover toda mi envergadura y hacerme amplio». Describe que «detrás» de esa acción «hay mucho trabajo de campo y de 'gym' para llegar a esos balones y hacerlo con fuerza».
Desvela que Jon Alemán, el entrenador de portero de la Real, insiste mucho a los guardametas del primer equipo y del Sanse que «creamos en nuestra envergadura», aunque en ese tipo de acciones la intuición también tiene un gran peso. Eso sí, sin trabajo físico, de poco sirve saber a dónde va el balón.
«El error siempre está ahí»
Álex Remiro entiende que 200 «es un número muy grande», pero otorga mayor valor a lo que significa esa cifra. «Es la muestra de creer en un proyecto, en una manera de trabajar, en la paciencia, en los compañeros, en los entrenadores y en uno mismo. Lo resumo en crecimiento», y expresa que «todos los años he mejorado un poco el anterior, y eso se me ve jugando en el campo». Confirma que «yo también siento que estoy tranquilo, ayudando más y disfrutando sobre todo del momento del club».
Ha vivido esta temporada su primera expulsión, en aquella salida del área contra el Alavés que terminó golpeando el balón con la mano. El navarro ha recordado esa acción, pero se queda sobre todo con la reacción del Reale Arena. «En la posición de portero el error siempre está ahí, pero no por eso te tienes que limitar o jugar agarrotado. Tienes que asumir y vivir con ello. Me acuerdo del partido contra el Alavés cuando me expulsaron que me llevé una ovación por una acción bastante desafortunada, y luego pensándolo, era el reconocimiento a estos años, y eso se agradece. Siempre que hablo con algún aficionado y con los niños, que son los que más se acercan, muestran y me enseñan que me valoran y me quieren».
