La copa del pueblo

Algunos hablan de que no deberían jugar ante su equipo matriz. Defiendo su participación desde el punto de vista de oportunidad y desde el respeto que debemos de tener hacia los jugadores de cantera, que por falta de oportunidades hacen el esfuerzo de irse a otros equipos para seguir creciendo. En este caso, además teniendo en cuenta la corta plantilla que ostentan y la importancia de los mismos en los resultados del equipo, estaríamos desvirtuando la eliminatoria. Fuera cinismos, la Real no debería de temer por esto.

Primeros diez minutos frenéticos con ocasión clara de Merquelanz, en contragolpe híper veloz. Acto seguido, penalti transformado por Oyarzabal (habrá que mirar el porcentaje de acierto de Mikel). En reinicios de juego desde portero, por parte de la Real, idea clara del Mirandés de adelantar al media-punta (Sánchez Navarro) para emparejarse con los dos centrales, intentando igualarse en marcas. Aquí aprovechaba la Real para encontrar un hombre libre por dentro con Zubeldia. Gran intensidad en trabajo defensivo de los de Miranda que la Real no rehuye, haciendo una presión tras pérdida de libro. Ritmo endiablado de ambos equipos donde cuesta descifrar cuál de los dos domina el juego. En el minuto 39 empata Matheus Aias (máximo goleador en copa, después de Isak). Difícil parar de escribir a este ritmo. Tres minutos después gol de Odegaard. ¿Aguantarán este ritmo la segunda parte?

Paradón de Limones a Portu nada más empezar. Siguen a ritmo de rock and roll con disparo de Antonio Sánchez. Buen trabajo de Isak viniendo a recibir y habilitando la conexión tanto con Mikel como con Portu. Kijera golpea duramente a puerta. Imanol insinuaba su impaciencia haciendo dos cambios a la vez, sintiendo lo importante que podía ser meter algún gol más.

A destacar los duelos competidísimos. Superinteresante, los recortes de línea de ambos equipos para intentar dejar en fuera de juego a los descolgados u obligarles a no estar cómodos. Entiendo haber visto un partidazo. Una Real que sale con ventaja, probablemente, sorprendida. Y un Mirandés, solido, incluso rocoso, mostrando una gran carta de presentación como candidato.

Esta Copa del pueblo está muy viva, y es que hemos llegado al punto en el que a la gente No le debería importar quién viste la camiseta de su equipo, sino en qué te transformas cuando la camiseta te viste a ti.