PSG 2 - 0 Real Sociedad
Calabazas en la ciudad y el día del amorA este nivel de excelencia en el fútbol, deciden los detalles. En un córner en el que la Real defendía con diez porque faltaba Traoré – ... parecía que se había hecho daño de verdad pero terminó el partido–, le tocó a Kubo marcar a Mbappé, que hizo el 1-0. El primer gol cambió un partido con una puesta en escena txuriurdin sin complejos. El equipo de Imanol jugó con mucha personalidad, con su habitual presión adelantada, ante un equipo capaz de saltarte las costuras en cualquier momento.
Dispuso al principio la Real de dos ocasiones muy buenas para adelantarse en el marcador. Tardó poco en contestar el PSG a través de un remate de Mbappé bien parado por Remiro. Esa actividad tan fuerte pasa factura y a partir de la media hora la Real varió su estilo para salvar la presión alta del conjunto parisino con balones en largo de Remiro. Me gustó la labor de boya de André Silva, quien posiblemente completó su mejor actuación desde la llegada al club. Al contrario, el partido le pudo a Barrene. Estuvo algo mejor Kubo, pero sin el acierto y el desequilibrio anterior a irse a la Copa de Asia con Japón.
La gente de arriba no está fina ante la portería y ese es otro de los detalles que pesan a este nivel. Aunque puede marcar Merino o puede valer una acción de estrategia, ahora mismo le falta capacidad de definición al equipo para llevar al marcador el juego que genera.
La Real salió sin complejos en un partido que cambió el 1-0 en un córner con Traoré fuera del campo
Cuando inauguró el marcador, al PSG le cabían dos opciones: ir a por más o conservar la ventaja. Eligió la primera, y así llegó el segundo tanto. Si bien desde fuera todo se ve más fácil, Traoré no defiende bien la jugada de Barcola, que define con habilidad.
El desgaste físico pedía cambios por parte de Imanol. Movió el banquillo, pero los nuevos no aportaron lo que cabía esperar de ellos. Zakharyan es un futbolista muy bueno técnicamente pero frío. Y el partido pedía subir la temperatura. No acabo de ver a Sadiq, una isla.
El partido estuvo en los extremos. Kubo creó complicaciones a Beraldo y Dembélé, decisivo, pudo con Galán.
Tal vez la ida de esta eliminatoria ha llegado en un momento en el que a la Real le falta finura para enfrentarse a un transatlántico de la Champions. Conviene subrayar el mérito de enfrentarse a un equipo de esta talla con el pase a cuartos de final en juego.
El equipo y la afición blanquiazul viajaron el día del amor, San Valentín, a la ciudad del amor, París, donde nos dieron calabazas. Pero queda el partido de vuelta. Las hazañas existen. Y no olvidemos que estamos en febrero. Resta todavía mucho por hacer esta temporada.
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