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Ni los más viejos del lugar recuerdan que la finalización de cada uno de los dos tiempos de todo un derbi en Donostia produjera tal ... indiferencia en la parroquia. Ni gritos de euforia, ni aplausos de satisfacción, ni pitos de rabia. Mutismo de pura frustración. Sopor. La nada, como lo visto en el terreno de juego. Bienaventurado el que crea en la heroica de los últimos cuatro partidos, dos de ellos en cancha del Atlético y del Real Madrid. Pero, visto el secarral de juego y recursos que presenta la Real en este 'rush' final de Liga, casi hay que conformarse con que no haya más daños, que el curso no acabe en un incendio que condicione asimismo el inicio de la próxima campaña. Anoeta se contiene, de momento. Quizá es porque todavía queda una opción europea a la que agarrarse.
En una temporada más 'normal' que la actual, el punto que sumó la Real en el derbi (el 43) ante un Athletic reservón, cansado y conformista, serviría para certificar la permanencia de manera virtual. En esta Liga en la que se clasifica para Europa el 40% de los equipos, sirve para mantener a los txuri-urdin vivos en la pelea por el billete europeo vía séptima u octava plaza. Ahí continúan los guipuzcoanos cerrando este 'pelotón de los torpes' de la tabla, en el que parece que ningún equipo quiere dar el paso hacia adelante. A todos los cuesta un mundo ganar. Tanto, que equipos que hace apenas un mes y medio eran claros aspirantes a descender, como el Valencia, han podido sumarse a esta batalla. Claro que ninguno de ellos, ni los que están por delante -Celta, Rayo, Mallorca, Osasuna- han estado ni cerca de poder hacer un fichaje de 20 millones como la Real.
Es hiriente para el corazón txuri-urdin que su equipo del alma no sea capaz de tener un arrebato de coraje para poder cambiarle el ritmo a un partido plúmbeo como fue el derbi. La horizontalidad de los pases y del juego es atosigante y no hay nadie, salvo un Kubo resquebrajado a patadas y agarrones, que quiera el cuero para encabezar la rebelión. Se añora otro realista que entone el 'a mí el pelotón que los arrollo' de Belauste. Es más un problema de carácter que de que actitud. Ylo que se echa en falta son más recursos, sobre todo cuando los cracks o no asoman, como Oyarzabal, o tienen su tarde más torcida en seis años, como Zubimendi. Sin noticias de los jugadores que han mermado las arcas de la Real en los últimos mercados:lesionado Óskarsson, cedidos Sadiq y Carlos Fernández por no aportar casi nada, en paradero desconocido Zakharyan entre lesiones y permisos (o falta de ellos).
Un punto de 12. Cuatro victorias en los 15 partidos de la segunda vuelta. 16 partidos de 34 sin marcar -en este apartado es líder absoluto de LaLiga-. Una media de 0,94 goles por partido...La temporada de la Real, en lo que a la Liga se refiere, es café para los muy cafeteros. Y en esas estadísticas no figura el juego de los últimos partidos, que está poniendo a prueba la afición al fútbol y la devoción por su equipo de los 'realzales'. Y todavía puede haber una alegría.
Es la clasificación para Europa más barata de la historia y esta Real tan difícil de 'remar' está en la batalla a falta de cuatro partidos, en los que puede pasar de todo. Hay tiempo para ciabogar hacia la esperanza y un patrón que sabe cómo hacerlo. Que quede energía ya es otra cosa. Hay que ser muy creyente. Quizá con el nuevo papa....
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