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Un tipo culto y resuelto Nayef Aguerd. Políglota también. Habla árabe, castellano, francés e inglés. Se puede decir que puede ir por todo el mundo ... y hacerse entender. No tendría problema en ningún lado. Quizá en Croacia sí. Para hacerse entender a orillas del Adriático se debería manejar en el inglés que aprendió cuando estuvo en el West Ham. Porque el idioma balcánico, amén de ser complicado, no lo domina bien. Sucic le podía haber chivado algo para desconcentrar a Budimir. No fue posible. El delantero croata parece pétreo, de hierro. Y eso que se conocían de algunas batallas anteriores.
Nada más y nada menos que de un tercer y cuarto puesto en un Mundial. En Qatar 2022. Aguerd fue titular en la zaga de Marruecos. Budimir no salió ni un segundo en el equipo capitaneado por Luka Modric pero se colgó el hipotético bronce del cuello. El mismo que lleva ahora en la tabla de máximos goleadores por detrás de Lewandowski y Mbappé.
Aguerd no habla croata porque tampoco le hizo falta en gran parte del partido. Quien tuvo que sufrir más a Budimir fue Igor Zubeldia. Eso sí, el central nacido en Kenitra salió en la foto del segundo gol. A la postre, la puntilla para la Real. Y en una acción sorprendente porque el marroquí acostumbra a ser un cirujano en el corte. Perdió el balón que provocó un saque de banda pero lo peor estaba por llegar.
Porque el saque en largo –larguísimo de hecho– de Areso para la carrera de Rubén García no pudo acabar mejor. Para Osasuna, claro. El menudo atacante rojillo metió perfectamente el cuerpo a Aguerd que terminó en el muro que delimita el campo y la grada, y fue testigo de excepción de cómo segundos después Budimir ajusticiaba a Remiro y dejaba el choque imposible para la Real.
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Beñat Barreto
El Diario Vasco
Aguerd pidió falta. No pareció. Fue una carga legal. De un saque de banda, el central titular de Marruecos por el suelo, remata el delantero de Croacia y el lateral de Venezuela desvía lo justo. Un gol internacional. Un jarro de agua helada para la Real.
No se puede decir que Nayef Aguerd tuviera un día de trabajo a destajo. Ni mucho menos. Seguro que en otros encuentros ha tenido bastante más tarea. Eso quiere decir cómo fue el partido. La Real no estuvo agobiada. No hubo asedio rojillo. No tuvieron los centrales que achicar balones. Le bastaron dos picotazos a Osasuna para hacer los goles del triunfo. Quizá sea lo más difícil. Repeler el peligro en los momentos puntuales. Budimir les ganó la partida en la ida en Anoeta y ayer en El Sadar a los centrales realistas. El jueves hay revancha.
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