15-M, el sueño que se topó con la realidad
Diez años después. Jon Aguirre Such y Nagua Alba, donostiarras y testigos directos de las movilizaciones del 2011, hablan de sus recuerdos, de cómo vivieron aquellos días, y reflexionan sobre si ese espíritu sigue vivo o no
Hace diez años, miles de jóvenes y no tan jóvenes comprometidos con las libertades se echaron a la calle para encabezar una protesta que perseguía ... un cambio político y social. Miles de personas se citaron en la Puerta del Sol para demostrar que tenían mucho que decir. Habían tomado la plaza más emblemática de Madrid con miles de propuestas para cambiar el mundo. Hoy, una década después poco queda de aquel 15-M, germen de muchos movimientos ciudadanos e impulsor de otros existentes pero invisibilizados. ¿Sigue vigente ese espíritu o es un sueño que dejó de serlo? Para algunos es un ciclo que se agotó definitivamente el martes con la salida de la política de su mayor líder, Pablo Iglesias. Otros, sin embargo, creen que la chispa de esa indignación sigue viva. Jon Aguirre Such vivió esos días en Sol, punto de encuentro de la rabia; Nagua Alba, en San Sebastián.
Jon Aguirre Such
«La esencia sigue viva, sí, pero sepultada por una política de mucho ruido»
Fue uno de los portavoces de la movilización de Sol y lideró la plataforma Democracia Real, movimiento social que nació al calor del 15-M. Jon Aguirre Such dice que le eligieron porque nunca se calla lo que piensa. Y que el espíritu de esa fecha histórica sigue «vivo pero sepultado por una política muy beligerante». A sus 37 años, este arquitecto-urbanista y comprometido con las causas sociales, recuerda que el 15-M planteaba un manera de hacer política más transversal y global, totalmente diferente a la que se hace hoy. «La ciudadanía se movilizó y expuso sus reclamaciones desde una perspectiva más tolerante, inclusiva y dialogante. Demostró que hay otra forma de hacer política. Ahora, sin embargo, se vive un espectáculo que nada tiene que ver con aquello. Este espíritu, la política de lo cotidiano, sigue latiendo en muchos de los que allí estuvimos», confiesa. Aguirre Such estuvo entonces muy expuesto. Fue uno de los ciudadanos del 15-M elegidos por la revista 'Time' en 2011 para ilustrar al personaje del año. En ese momento decidió dar un paso atrás. Ya había cumplido su papel.
«La ciudadanía se movilizó y expuso sus reclamaciones desde una perspectiva más tolerante, inclusiva y dialogante»
Jon Aguirre Such | Exportavoz de Democracia Real
Volvió hace unos meses de Madrid a su Donostia natal y fundó la empresa Paisaje Transversal. Aguirre Such sigue confiando en otras maneras de hacer política desde los movimientos sociales, desde una perspectiva más vecinal y más cotidiana. «Hay muchas cosas del 15-M que permean en mi quehacer profesional: en el impulso de la participación ciudadana, en el trabajo desde el diálogo, y en entender que muchos problemas que nos atañen en las ciudades y los barrios van mucho más allá de ideologías. Cada uno puede transformar la realidad y la gente unida puede hacer grandes cosas». En este sentido pone como ejemplo la pandemia: «Ha quedado a la vista que la inacción de los poderes políticos ha llevado a la gente a organizarse y a ser capaz de tejer redes de solidaridad que han permitido solventar situaciones de mucha vulnerabilidad. Esos valores de humanidad, colaboración y apoyo mutuo, que eran la base del 15-M, han vuelto a resurgir. Es el momento del reivindicarlos».
Ahora, cuando echa la vista atrás, Aguirre Such ve un punto de inflexión en su vida; antes o después del 15-M. «Tengo ese año 2011 muy marcado en mi cabeza. Supuso un cambio en mi vida, una gran transformación personal. Había terminado la carrera universitaria y en ese momento mi aprendizaje político y social se cristalizó y se fortaleció. Fueron momentos de muchísima intensidad».
Nagua Alba
«Se movilizó esperanza e ilusión, algo contrario a la situación que vivimos hoy»
«El 15-M movilizó ilusión y mucha esperanza. Una experiencia que diez años después contrasta con el momento político tan duro que estamos viviendo, un momento de sentimientos negativos», reflexiona Nagua Alba. Cree que hoy se recuerda aquella fecha fundamentalmente por la lucha que llevó a miles de personas a las calles, y porque «las reformas y los cambios que entonces se reclamaban siguen siendo todavía necesarios».
En esa época, en 2011, la exsecretaria general de Podemos Euskadi y exdiputada estaba dando unos tímidos y primeros pasos hacia el activismo político. Ya tenía conciencia social; participaba en grupos de apoyo a Palestina, de vez en cuando iba a manifestaciones, cosas pequeñas... Recuerda que siempre iban los mismos y que eran más bien pocos. Por eso, cuando Nagua Alba piensa en el 15-M le viene a la cabeza una sensación de desborde, «de ser muchísima gente». Entonces tenía 21 años, era estudiante de Psicología y se involucró en ese intento de 'asalto al poder' de toda una generación. Vivió esa fecha histórica en San Sebastián. «Fue muy emocionante encontrarte en tu propia ciudad con un montón de gente a la que no imaginabas en ese contexto de activismo. Como el hecho de que fuera gente de todas las edades. Era maravilloso. Aunque es verdad que se recuerda más a los jóvenes porque teníamos más tiempo libre, más energía y nos quedábamos a dormir en las tiendas de campaña», explica Nagua. Cuenta que la primera noche de acampada se reunió «una asamblea tan enorme, con tantísima gente, que tuvieron que repartirse en grupos para poder debatir... Fue bonito ver conversar a jóvenes de 20 años con gente de 60».
«Dejamos de sentir la política como algo ajeno, de entenderla como algo que solo ocurría en el Congreso»
Nagua Alba | Exlíder de Podemos Euskadi
Le había interesado la política desde siempre, pero fue entonces cuando explotó su entusiasmo. A su juicio, el 15-M fue un punto de inflexión en la relación de la ciudadanía -sobre todo la de su generación-, con la política. «A partir de ese momento empezamos a sentirla no como algo ajeno, sino como algo en lo que podíamos participar y que además podía servir para resolver nuestros problemas. Esa ilusión es lo que movilizó el 15-M. La política se dejó de entender como algo que ocurría solo en el Parlamento y que hacían las dos siglas del bipartidismo», afirma.
Fue el germen que propició el nacimiento de Podemos tres años después. «Se quedó un poso y mucha gente siguió movilizada», asegura Nagua Alba, que entonces militaba en Juventud sin Futuro. A los meses, comenzó su andadura en el partido que quiso 'asaltar los cielos' y que le llevó a ser su líder en Euskadi y la diputada más joven del Congreso.
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