Sonia Ramos (Directora de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo de Interior): «EH Bildu debió oír a las víctimas y no solo acudir al minuto de silencio»

-Quieren dar voz a los «resistentes» contra el terrorismo. ¿Sus testimonios pueden servir para construir un relato veraz sobre las décadas de terror provocadas por ETA?

-Efectivamente. Es verdad que, a veces, no se les ha dado la voz pública que merecen miles de personas que han sufrido esa violencia de persecución. Por eso es muy importante un proyecto educativo. Estamos desarrollando siete unidades didácticas que permitan a los jóvenes conocer cuál ha sido la historia del terrorismo. Las dos primeras ya están terminadas, con aportaciones en la redacción de las asociaciones y fundaciones de víctimas, y me consta que el equipo de Florencio Domínguez tiene la tercera también preparada.

-Aquí el Gobierno Vasco está reformando su propia unidad didáctica, no exenta de polémicas. ¿Qué debe incluir Herenegun!?

-No lo conozco al detalle. Pero sí que es cierto que todo plan educativo tiene que estar suscrito por las víctimas. Eso es esencial. Si las víctimas no se sienten reflejadas en la historia de lo ocurrido, hay que introducir cambios. Y creo que el Gobierno Vasco se ha dado cuenta.

-¿Confía en que Herenegun! esté a la altura del resto de territorios?

-Parece que la voluntad del Gobierno Vasco es dar voz a las víctimas. Si el resultado final lo pueden suscribir ellas, será que han hecho un proyecto adecuado. Si no, deberían seguir revisándolo hasta que ese contenido sea conforme con lo que quieren que se cuente de lo sucedido.

-En su intervención en los Cursos de Verano ha dicho que se debe «rechazar una unidad didáctica que se asiente en la equidistancia». ¿Es un aviso a navegantes?

-No pretendo ser crítica con el Gobierno Vasco. Lo digo por extensión con cualquier proyecto educativo. Pretender articular un proyecto educativo en el que no esté elaborado con las víctimas, será estéril.

-Una de las víctimas y «resistentes», Mari Mar Blanco, pronunció el 27-J un discurso en el Congreso que fue criticado, no solo por algunos partidos políticos, sino también por asociaciones de víctimas como la del 11-M. ¿Cómo vive desde su cargo que no haya unanimidad entre los damnificados?

-Hay que resaltar que la inmensa mayoría estaba de acuerdo con el discurso. Pero siento, en todo caso, que es un colectivo plural. No podemos exigir a las víctimas que tengan una sola voz cuando la sociedad también es plural y no todos pensamos igual. Hay que respetar también a quienes a lo mejor no suscriben en su totalidad lo que Mari Mar Blanco expresó.

-Hubo partidos que ni siquiera aplaudieron.

-Lamentablemente, dentro del espectro político tenemos partidos en los que no hay una condena expresa al terrorismo. O bien los hay que sí lo rechazan, pero no creen que las víctimas deban ocupar un espacio público. Y las víctimas del terrorismo sí tienen un significado político, porque ellas no lo fueron por casualidad. Y hay que darles voz.

-Por primera vez vimos a un dirigente de EH Bildu en el homenaje. ¿Cómo interpreta ese gesto?

-El diputado de EH Bildu solo se incorporó al minuto de silencio. Hay que respetar el formato en su totalidad, y no incorporarse solamente a la parte que nos conviene porque no queremos escuchar la otra parte, que es lo que las víctimas nos tienen que decir. Yo solo debo decir que las víctimas no están conformes con el discurso de la izquierda abertzale.

-Justo un día antes hubo mucho revuelo por la entrevista a Arnaldo Otegi en TVE. ¿Qué le pareció?

-Su intervención fue muy ofensiva para las víctimas. Llegó a decir que lamentaba que se hubieran causado más víctimas de las estrictamente necesarias, como si alguna víctima mereciera haberlo sido. Por tanto, no veo ningún avance. Es cierto que el perdón es algo subjetivo, pero hacer una reflexión sincera acerca del daño causado es un punto de partida que veo que no se ha hecho todavía.

-Desde su cargo se impulsó el Centro Memorial para las Víctimas. ¿Cuándo se hará realidad?

-Confiamos en que en la primavera de 2020.

-En los últimos días también hemos escuchado a las víctimas del atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza pedir que no se excarcele a 'Josu Ternera'.

-Es una cuestión de justicia. Es imposible hacer memoria sin justicia. Y lo que las víctimas reivindican es justicia. Yo estoy convencida de que 'Ternera' será juzgado en España.

-Parece un poco difícil hacer justicia con todas las víctimas de ETA cuando hay más de 300 crímenes sin resolver...

-Es una asignatura pendiente. Pero se están haciendo cosas y se sigue investigando. ¿Si se va a lograr determinar la autoría o esclarecer la totalidad? Creo que va a ser difícil, pero vamos a seguir trabajando en ello.

-Usted siempre ha sido muy crítica con los 'ongi etorris'. ¿Es otra de las asignaturas pendientes? ¿Hay alguna manera de frenarlos?

-Es que son una humillación a las víctimas. Hay que hacer una revisión de los textos legales para que, si no es posible por la vía penal, podamos por la vía administrativa sancionar la autorización de estos homenajes. Es una de las cuestiones que queremos abordar en la reforma de la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo.

-¿Cuál es su posición ante la política de acercamientos de presos?

-Yo no soy responsable de la política penitenciaria. El ministro de Interior explicó en su primera reunión con las víctimas que todo va a ser dentro de la legalidad y nunca de espaldas a ellas.

-Y de cara a una nueva legislatura, ¿qué proyectos tiene?

-Varias cosas. Tenemos redactado un borrador de la reforma de la Ley de Víctimas que, por supuesto, se ha elaborado con ellas. También echamos en falta un registro. Las distintas fuentes nos dan distintas cifras. Fíjese, hasta incluso en los asesinados de ETA. Y ya cuando abordemos heridos o a otras organizaciones terroristas... Por eso es importante, en esa labor de hacer memoria, poner cara y y hacer un relato de la vida de cada una de esas personas. También queremos llevar a más comunidades autónomas los testimonios de las víctimas. Además, nos hemos encontrado con que la ley vigente exige que las víctimas hubieran denunciado y, por lo tanto, hubiera diligencias judiciales para tener ese reconocimiento institucional como amenazado o perseguido, cuando muchas personas que han sufrido esa persecución no denunciaban por miedo.