Sánchez ha acercado ya a 150 presos de ETA desde que está en el Gobierno

El Ministerio del Interior informó ayer de cuatro nuevos traslados de presos de ETA así como del regreso a la prisión de Ávila de María Soledad Iparraguirre, 'Anboto', que se encontraba en la cárcel de Soto del Real a disposición de la Audiencia Nacional. Con estos movimientos, ascienden a 151 el número de acercamientos que se han producido desde que Pedro Sánchez llegara a la Presidencia del Gobierno. De este número total, hasta 68 son condenados por delitos de sangre.

Entre los traslados confirmados ayer se encuentra Eneko Gogaskoetxea Arronategi, que pertenecía al comando que en el año 1997 intentó asesinar al rey hoy emérito durante la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao. El ertzaina Txema Agirre detectó algunos movimientos sospechosos desde unas jardineras y fue abatido a tiros por los terroristas. El preso será trasladado desde Pontevedra a El Dueso, en Cantabria. Según Prisiones, «rechaza la violencia, reconoce el dolor causadoy asume la legalidad penitenciaria».

También será trasladado desde Galicia a Santoña Patxi Javier Makazaga Azurmendi, quien permanece en prisión condenado por los asesinatos del exgobernador civil de Gipuzkoa, Juan Mari Jáuregui; del policía nacional Ramón Díaz García; de dos trabajadores de la empresa Elektra; del director financiero de DV, Santi Oleaga; del jefe de la Inspección General de la Ertzaintza, Mikel Uribe; del empresario Joxe Mari Korta; del ertzaina Iñaki Totorika; y del concejal del PP en el Ayuntamiento de Zumarraga, Manuel Indiano.

A su vez, el preso Iñaki Bilbao Goikoetxea, 'Txikito', se ha desvinculado de ATA (movimiento por la amnistía y contra la represión), debido a sus diferencias con la «deriva política e ideológica» del mismo. El recluso, que en su día hizo una huelga de hambre criticada desde Sortu, ha anunciado en una carta su «desvinculación completa» de ATA, un colectivo que es crítico con la estrategia de la izquierda abertzale oficial. Bilbao considera que este movimiento va «de mal en peor» y atribuye esta trayectoria a «protagonismos políticos personales».