Con el fracaso de la negociación presupuestaria vasca todavía caliente, el Gobierno de Iñigo Urkullu vuelve a sufrir los rigores de su minoría parlamentaria. En ... diciembre, el esfuerzo de diálogo se centró en EH Bildu mientras que ahora es el PP, un partido con el que el lehendakari se siente más cómodo negociando, el elegido para tratar de aprobar la llamada ley de acompañamiento, una amplia norma que busca mitigar la prórroga presupuestaria. El Gobierno Vasco de PNV y PSE-EE ha arriesgado juntando en esta nueva ley tres cuestiones tan diversas como la RGI, la financiación de la enseñanza concertada y la subida salarial a los funcionarios, en un movimiento bastante inédito y con trasfondo electoral. En Lehendakaritza saben que es difícil encontrar un socio que coincida al mismo tiempo con el Ejecutivo en estas tres cuestiones. No será EH Bildu, molesta con las formas y que reclama negociar ley a ley. La coalición abertzale tampoco quiere ceder a lo que entiende chantaje del Ejecutivo de Vitoria, cuando presiona a la oposición para endosarle la responsabilidad, por ejemplo, de que los 70.000 trabajadores de la administración vasca no puedan ver actualizado su sueldo y se conviertan en un colectivo cabreado en vísperas de las municipales y forales.
Las dos formaciones del nacionalismo vasco se han vuelto a alejar tras tocar en diciembre con la yema de los dedos un acuerdo presupuestario que estuvo más cerca de lo que la gente cree y en el que, por ejemplo, la financiación de la RGI, que ahora vuelve a alejarles, estaba casi cerrada. El partido de Andoni Ortuzar tampoco tiene pinta de querer embarcarse en pactos con la coalición soberanista vasca y parece apostar por la estabilidad que apuntale el autogobierno vasco ante las amenazas recentralizadoras que se escuchan en Madrid desde las filas del PP, Ciudadanos y Vox. Así las cosas, está en la mano del PP vasco de Alfonso Alonso romper su aislamiento y volver a la senda del pacto con Urkullu. Eso sucederá a poco que el Gobierno Vasco ajuste algo a la baja los fondos para la Renta de Garantía de Ingresos, y algo al alza la financiación de la escuela concertada. Las alianzas en Euskadi comienzan a resituarse.
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