13 reclusos cumplen el final de sus penas en el País Vasco y Navarra
Cuatro reos de ETA han llegado a Martutene desde mayo, tres de ellos tras haber accedido al tercer grado
Oficialmente ningún preso de ETA ha sido trasladado a cárceles vascas, pero eso no quiere decir que no existan reclusos de la banda en las penitenciarías de la comunidad autónoma. En realidad, una docena de exmilitantes cumplen el final de sus condenas en Euskadi, a los que hay que añadir otro en la prisión de Pamplona.
En el caso de Gipuzkoa, Álava y Bizkaia, se trata de reos que han sido trasladados cerca de sus casas por haber accedido al tercer grado, de semilibertad, o por razones humanitarias y sanitarias. Más de la mitad de esos acercamientos se han producido en los últimos meses.
Son los casos de Xabier Agirre, Jagoba Codó y Fernando Alonso, a quienes Instituciones Penitenciarias concedió el tercer grado en abril; y de Sebastián Etxaniz, Jesús Martín Hernando y Oier Urrutia, que acaban de acceder en el presente mes de julio. También recibió en mayo el tercer grado José Ramón Foruria, pero se trata de un preso que ya cumplía condena atenuada en su casa desde 2011 por razones médicas.
En segundo grado
Acaba de ser trasladado a la cárcel de Martutene desde Soria Igor González Sola. Este recluso, desvinculado del colectivo oficial de presos, sigue en segundo grado, y los motivos de su acercamiento se desconocen al estar amparados por la Ley de Protección de Datos. Una circunstancia que ha llevado a las asociaciones de víctimas a exigir explicaciones al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
También en segundo grado cumple condena próximo a su domicilio, en Pamplona, el navarro Francisco José Ramada. Trasladado desde Murcia en mayo, es el primer miembro de ETA que es acercado a una prisión cercana a su domicilio sin que, en principio, hayan mediado razones humanitarias o de avance de grado.
En Martutene cumplen el final de sus penas, además de González Sola, Jagoba Codó, Fernando Alonso y Sebas Etxaniz. En Zaballa, Xabier Agirre y Oier Urrutia; y en Basauri, Jesús Martín Hernando. Además de estos siete, hay tres presos bajo control telemático en sus casas por razones sanitarias (Mikel Gil y Aitzol Gogorza, además de Foruria), y dos reclusos siguiendo tratamiento médico en los centros Aita Meni de Arrasate (Kepa Arronategi) y Besarkada de Vitoria (Ibon Iparragirre).