Maixabel Lasa: «Los presos arrepentidos son los mayores deslegitimadores de la violencia de ETA»

En el marco de la asignatura 'Elaboración de mensajes audiovisuales', impartida por Pilar Rodríguez, la charla estaba dirigida principalmente para que los estudiantes pudieran conocer los aspectos técnicos de la película 'Maixabel' y, sobre todo, para escuchar de viva voz lo que ha supuesto para ella el rodaje y emisión de un filme que ha logrado 14 nominaciones a los Goya. Sin embargo, ha sido la expectación y el interés de la veintena de jóvenes presentes en el Aula Digital del campus donostiarra por saber qué siente una persona que da un paso al frente para reunirse con el asesino de un ser querido lo que ha copado prácticamente todo el encuentro.

«¿Cómo se prepararon aquellos encuentros restaurativos? ¿Aquellos encuentros le han ayudado para mejorar como persona? ¿Cómo es vivir con escoltas? ¿Cómo llega uno a ese cambio de 'chip' para tener esa capacidad de perdón? ¿Cree que ETA era una secta? ¿Cómo era la relación con los mediadores?». Estas han sido solo algunas de las preguntas formuladas por los estudiantes y que Lasa ha aprovechado para relatar sus vivencias desde aquel verano del año 2000, cuando Ibon Etxezarreta, Luis Carrasco y Patxi Makazaga decidieron arrebatarle la vida al exgobernador civil de Gipuzkoa descerrajándole dos disparos en la cabeza.

Lasa, acompañada por Iñaki García Arrizabalaga -también víctima de ETA que participó en los encuentros restaurativos- y por Joxean Fernández, director de la Filmoteca Vasca, ha relatado los encuentros que mantuvo tanto con Carrasco como con Etxezarreta y el valor sanador que tiene para ella ser consciente de que «están arrepentidos». «Aquellas conversaciones me sirvieron mucho a nivel personal porque he sabido ponerme en el lugar del otro, a tener empatía. Estas dos personas son distintas al año 2000, y siempre he creído que el objetivo de la política penitenciaria tiene que ser la reinserción de los presos; y tanto Ibon como Luis ya habían hecho un recorrido personal de autocrítica y reconocer el daño causado», ha contado Lasa, que ha hecho hincapié, igual que Arrizabalaga, en la importancia de ofrecer segundas oportunidades y promover el diálogo entre diferentes como cimiento en el que sustentar la convivencia.

Precisamente, Lasa ha desvelado que Luis Carrasco -con quien mantiene relación, igual que con Etxezarreta- acaba de terminar un curso de Contabilidad que le ha dado la oportunidad de abrirse un camino, hasta ahora cerrado, en el mundo laboral. «Va a empezar a trabajar de prácticas en una empresa privada», ha explicado Lasa para poner en valor la importancia de la reinserción en la sociedad de los presos.

Lasa también ha resaltado la importancia de películas como 'Maixabel' para contextualizar todo el dolor sufrido, deslegitimar la violencia de ETA y «desideologizar» a la banda terrorista. A su juicio, y según ha expuesto a los estudiantes, los presos de la banda arrepentidos son «los mayores deslegitimadores de la violencia» etarra. «Para mí son personas valientes porque decidieron salir de la organización; y han recuperado la dignidad que habían perdido», ha dicho. Una reflexión que ha compartido Arrizabalaga.

«Un preso me dijo una vez que ETA era una organización muy jerárquica y militarizada, que era muy difícil salir de ahí y que hacía mucho frío fuera del rebaño, por eso tuvieron valentía quienes salieron de ahí», ha explicado el hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica en Gipuzkoa asesinado en 1980 por los Comandos Autónomos Anticapitalistas. Una pérdida irreparable que, sin embargo, no ha provocado «odio» en el profesor de Deusto Business School. «El odio es un espejo distorsionador y el único perjudicado es uno mismo», ha dicho durante la charla.

Lasa, que ha reconocido que verse obligada a vivir durante cuatro años con escolta ha sido la experiencia más dura tras el asesinato de su marido -un «sinvivir», ha dicho-, también ha contado detalles sobre los encuentros que mantuvo con Blanca Portillo, la actriz que da vida a su personaje en la película, y Luis Tosar, que encarna a Ibon Etxezarreta. Unas conversaciones que enriquecieron aún más el realismo que ofrece la película. «Cada vez que veo la película veo en Blanca gestos míos», ha dicho sonriente Lasa, que ha explicado que ninguno de los dos actores principales se conocían personalmente hasta que se rodó la escena del primer encuentro restaurativo en casa de uno de los mediadores. Una situación que, según Lasa, dotó de más tensión y emoción si cabe la secuencia.

Los tres intervinientes han coincidido durante la charla, además, en que 'Maixabel' es una «fuente de conocimiento para los historiadores», en palabras de Joxean Fernández. Una herramienta para que las nuevas generaciones, desconocedores de nuestra historia más reciente y cruel, sepan qué ha ocurrido realmente en Euskadi, contextualicen las vivencias y se haga un ejercicio de memoria para seguir sanando heridas que aún supuran. «Creo que esta película puede ser un instrumento importante para tener muy presente lo que sucedió para que nada de aquello vuelva a ocurrir», ha insistido Lasa, que ha considerado que el filme también ha abierto la puerta a que muchas personas reflexiones sobre dónde estaban o cómo actuaban entonces ante tales atrocidades.

«Maixabel -ha dicho Arrizabalaga- siempre dice que una película como esta se hubiera asumido hace 20 años como una provocación». Y eso da buena muestra, según ha explicado, de los pasos que se están dando. Como el reciente comunicado del EPPK que pone fin a los 'ongi etorris', como ha recordado durante la charla la propia Lasa. Sin embargo, también ha lamentado que falta mucho camino por recorrer. Aspectos a abordar para seguir favoreciendo la convivencia y que, sin embargo, siguen sin producirse, según ha lamentado Lasa. «Hay sectoresde la izquierda abertzale que siguen sin asumir sus responsabilidades; yo no sé si Otegi disparó alguna vez o no, pero aplaudía lo que hacía ETA», ha reprochado.