Las políglotas de la política
Idiomas y política nunca han sido buenos aliados. Sin embargo, las protagonistas de estas páginas son la excepción que confirma la regla. Las cinco dominan una media de nada menos que cuatro lenguas. Ubarretxena (PNV), Etxebarrieta (EH Bildu), Gardiazabal (PSE), Valiente (Podemos) y Larrea (PP) hablan de su relación con los idiomas
Es la eterna asignatura pendiente. Idiomas y políticos nunca han sido buenos aliados. No son muchos los representantes públicos que pueden defenderse en otras lenguas. ... Más bien al contrario. Excepto algunos europarlamentarios, el nivel en idiomas deja mucho que desear en la política española. Quién no recuerda la ya famosa frase de la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella: «Relaxing cup of café con leche». Y salvo Pedro Sánchez, ningún presidente del Gobierno de la democracia ha llegado a la Moncloa hablando la lengua de Shakespeare. En Euskadi más de lo mismo, aunque siempre hay excepciones que confirman la regla. Son las políglotas de la política vasca. Cinco mujeres que se desenvuelven a la perfección en varios idiomas. María Ubarretxena (PNV), Oihana Etxebarrieta (EH Bildu), Eider Gardiazabal (PSE), María Valiente (Podemos) y Muriel Larrea (PP) lo cuentan en estas páginas.
María Ubarretxena (PNV)
«Practico con extranjeros que vienen a conocer el mundo de la cooperativa»
Viajar y los idiomas fueron siempre sus pasiones. Lo tuvo claro desde pequeña. Con sus padres, María Ubarretxena (Urretxu-Zumarraga, 1980) hablaba en castellano, y en la ikastola lo hacía en euskera, donde también empezó con el inglés. Y cuando, con 14 años, en casa le propusieron iniciarse en otra lengua, la alcaldesa del PNV de Arrasate se decidió por el alemán. Le llamaba la atención cómo sonaba. Agradece a sus progenitores que en los veranos le mandaran al extranjero. «Fui tres veces a Inglaterra, y además hice prácticas universitarias en Alemania, donde estuve tres meses con una familia y tuve la oportunidad de trabajar en el Ayuntamiento de un municipio de Baviera», recuerda. Ahora tiene pendiente el italiano, aunque como alcaldesa de Arrasate y madre de dos hijos lo tiene aparcado... de momento.
Reconoce que siempre fue «muy inquieta» y tenía un objetivo claro: dedicarse a la empresa y «a poder ser en alguna en la que tuviera posibilidad de viajar». Estudió Humanidades y Empresa en Deusto y empezó a trabajar en el sector de Máquina Herramienta, en el departamento de exportación. Después entró en Mondragón en la compañía Alejandro Altuna, donde se desenvolvía en alemán. De ahí a la cooperativa Goizper de Arrasate como socia. Le tocó viajar. Fue allí donde empezó a estudiar francés. «La propia empresa ofrecía clases a primera hora de la mañana», recalca. Y subraya que lo suyo con la política fue una carambola. Comenzó en 2011, gracias a alguien del PNV que le animó a echar una mano en el partido. «Dije que sí y entré como concejal independiente. Me afilié en 2015 cuando me presenté para la Alcaldía», explica.
-¿Y en su faceta de alcaldesa tiene oportunidad de practicar?
-Sí, sí. En muchas ocasiones recibo a grupos de personas o instituciones llegados de otros países que vienen a conocer el mundo cooperativo; cómo funciona, cómo somos... Y me encanta explicarles en inglés o en alemán.
Oihana Etxebarrieta (EH Bildu)
«Soy trilingüe desde niña, y eso me ha facilitado aprender otras lenguas»
«Hablar idiomas me viene de familia. Mi madre es francesa y mi padre vasco, por lo que desde muy pequeña dominaba el francés y el euskera, y luego, con la influencia de la calle, también el castellano». Oihana Etxebarrieta (Hondarribia, 1987) sonríe al recordar que en su casa, con sus padres y su hermana, hacen «una extraña mezcla» de los tres idiomas cuando hablan entre ellos, lo que llega a chocar a la gente de alrededor. «Con dos o tres añitos y con mi lengua de trapo me dirigía en francés a mis vecinas y les hacía muchísima gracia», rememora la parlamentaria de EH Bildu.
Dice que gracias a hablar desde niña con tanta naturalidad en euskera, castellano y francés, manejarse con el inglés no le costó ningún esfuerzo. De hecho, lo aprendió en la escuela y no tuvo necesidad de ir a clases particulares para reforzarlo. Más tarde se las arregló viendo películas en versión original, leyendo y escuchando música en dicho idioma. Tampoco necesitó salir fuera a practicarlo. «No hice ni intercambios ni me marche a trabajar como 'au pair'. Mi única salida fue a Dinamarca con un intercambio del instituto. Nuestro profesor de inglés nos seleccionaba según el nivel, y yo lo tenía muy alto... La verdad es que a mucha gente le sorprendía que me resultara tan fácil», apunta.
Periodista y educadora infantil de formación, Etxebarrieta trabajó de joven en una radio comunitaria de Hendaia, Antxeta Irratia, y participó en numerosos proyectos europeos con radios alemanas, austríacas, irlandesas, lo que le hizo soltarse aún más con el inglés.
Como parlamentaria también tiene oportunidad de practicar en los diferentes viajes que organiza la Cámara vasca. «Con el intergrupo de Población y Desarrollo, que trata fundamentalmente de derechos sexuales y reproductivos, he visitado ya dos veces Ruanda, y ahí sí que pude viajar gracias a manejarme bien con esos idiomas. También en Marruecos pude asistir a reuniones y encuentros con parlamentarios africanos».
Eider Gardiazabal (PSE-EE)
«Es gracioso que mi hija, con solo cuatro años, ya corrija mi francés»
Confiesa que habla tres idiomas, pero realmente son cuatro. Le da cierto pudor decir que también chapurrea algo de italiano, pero lo chapurrea y lo entiende. La lengua materna de Eider Gardiazabal (Bilbao, 1975) es el castellano, en el que habla con su hija de cuatro años, aunque desde niña manejó el francés a la perfección porque estudió en el Colegio Francés. «Cuando terminé la escuela y luego el instituto en Francia era totalmente bilingüe, y también me arreglaba con el inglés», asegura.
Socialista por los cuatro costados -nieta del histórico dirigente Ramón Rubial, e hija de la exsenadora Lentxu Rubial-, esta economista no se afilió al partido de su abuelo hasta los 21 años. Tenía dudas sobre si era lo que sentía o solo lo que le habían inculcado en casa... No saltó a la primera fila hasta 2004, cuando comenzó su etapa como concejal en el Ayuntamiento de Bilbao.
Pero antes de su vida en la política, Eider trabajó en una empresa privada de intermediarios de comercio que se dedicaba al mundo de la joyería. «Comprábamos a proveedores italianos y vendíamos en España. Al principio, me manejaba en inglés, pero con el tiempo y con tantos viajes empecé a coger tono y vocabulario y las negociaciones eran medio en italiano y medio en inglés», recuerda. Pero cuando de verdad empezó a hablar idiomas a diario fue al llegar al Parlamento Europeo en 2009. «Me tocó ponerme las pilas con el inglés más técnico. No me quedaba más remedio», asegura.
-¿Una europarlamentaria puede trabajar sin idiomas?
-Sí puede. Precisamente, Bruselas cuenta con el mejor equipo de interpretación del mundo, incluso más que el de la ONU. Pero en el día a día es mucho más práctico hablar con los diputados en sus lenguas. Las negociaciones son más directas, más cercanas... Además, de las cuatro semanas de trabajo, tres las pasamos en Bruselas y una en Estrasburgo. Es decir, hablamos inglés y francés».
Actualmente, Gardiazabal vive en Bruselas con su pareja y su hija de cuatro años, que a veces ya le corrige el francés, asegura entre risas. «Él es gaditano y la niña es casi trilingüe. Con ella hablo en castellano. Precisamente una de las cosas por las que decidimos quedarnos aquí es por ella, por la oportunidad de irse de aquí con tres lenguas», bromea.
María Valiente (Podemos)
«Mi madre, con mucho esfuerzo, me mandaba los veranos a Burdeos»
Forman parte de la vida cotidiana de María Valiente. La coordinadora de Podemos en Gipuzkoa y juntera de Elkarrekin Podemos explica que en su día a día se relaciona en cuatro idiomas: «El castellano es mi lengua materna; soy profesora de euskera en una escuela pública, por lo que con mis compañeros y alumnos me relaciono en ese idioma; también doy clases de inglés, y en francés hablo con mis hijas, y escucho las noticias, veo la tele, leo novelas...».
María Valiente es una maestra vocacional. Es lo que quería ser en la vida. Y soñaba con enseñar lenguas extranjeras. Habla con mucho orgullo de su madre, que fue quien le inculcó ese entusiasmo por los idiomas. «Mis padres eran unos trabajadores que vinieron de Salamanca en busca de una vida mejor, y se preocuparon por llevar a sus hijas a clases particulares de francés porque no les parecía suficiente lo que nos enseñaban en el colegio. A partir de los diez años, mi madre me mandaba, con muchísimo esfuerzo, a Burdeos a pasar los veranos a casa de unos familiares», cuenta.
Desde los 17 años, mientras estudiaba el Bachiller y luego la carrera, trabajaba de camarera en bares y restaurantes de Hendaia y Urrugne. Sus jefes le decían que parecía una de ellos. Dominaba el francés a la perfección. Por eso, cuando pensó en la educación de sus hijas, no tuvo ninguna duda en enviarles al colegio en el país vecino. «Es que tener Francia al lado me parecía una gran oportunidad. De hecho, mi hija pequeña estudia la carrera en Estrasburgo, en francés y alemán», explica.
Valiente es el único miembro de su familia que habla euskera. Dice que pertenece a la generación de la EGB y lo estudió como asignatura con 15 años, pero luego llegaron los barnetegis, los cursillos intensivos... Su madre -que por desgracia no ha podido verle en su etapa de política porque falleció-, también le decía que si quería ser maestra tenía que hablar bien en euskera.
Con el inglés empezó mucho más tarde, a los 33 años, cuando estaba de baja maternal por su primera hija. Fue muy complicado, pero le compensó: hoy en día es profesora de esa lengua. Se define como «luchadora y muy constante» y por eso también quiso aprovechar los cursos de formación que ofrece el Gobierno Vasco a los profesores de Primaria para practicar.
Muriel Larrea (PP)
«Leo prensa extranjera porque me encanta saber cómo nos ven desde fuera»
Su madre siempre le animaba a leer en el idioma del escritor de cada novela que caía en sus manos. Le decía que era más enriquecedor. Y así lo ha hecho siempre. Lee más a autores franceses y alemanes, porque tiene menos oportunidad de hablar en estas lenguas que en inglés. Y casi a diario, Muriel Larrea (Irun, 1982) repasa la prensa extranjera porque, por su condición de política, le gusta estar al día de lo que ocurre aquí y en Europa. «Y me encanta saber cómo nos ven desde fuera», afirma.
La concejala del PP del Ayuntamiento de Irun y sus hermanos vivían en la localidad fronteriza, pero estudiaban en Hendaia. Con un padre de Lezo y una madre francesa, y tras decidir que fuera esta última quien ayudara a los niños con los deberes, en su casa se escuchaba igual el castellano que el francés. «Soy bilingüe desde muy pequeña, aunque realmente siento el francés como mi lengua materna», afirma. Ahora, con sus cuatro hijos, hace lo mismo. Confiesa que, además, los idiomas le gustan de verdad. Su historia familiar, por cierto, es similar a la de su compañera de página, Ohiana Etxebarrieta. «Es que es una situación frecuente y muy común entre los ciudadanos que vivimos en el Bidasoa. Muchos somos bilingües y eso te da más facilidad a la hora de aprender otros idiomas», señala.
Pero Larrea, que entiende «bastante bien» el euskera, estudió también inglés y alemán. En ese sentido, cuenta que durante varios veranos hizo intercambios con jóvenes de esos países. «Pasábamos un mes allí, y luego ellos venían a nuestra casa. Aprendíamos la lengua 'in situ', que es la mejor manera de hacerlo». Luego cursó Filología alemana. Y antes de dedicarse a la política hizo un poco de todo: «Mientras estudiaba la carrera ya trabajaba de camarera, luego hice de secretaria en una empresa de construcción... Pero no me gustó el ambiente y pasé a la seguridad privada. Más tarde, trabajé de secretaria de dirección, hasta que me llamaron del PP. Fui presidenta de Nuevas Generaciones de Gipuzkoa y, cuando me necesitaron en Irun, no lo dudé».
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