El PSOE acelera la negociación y el PNV aprieta para lograr la gestión de la Seguridad Social
Los jeltzales quieren sacar el máximo provecho a sus cinco votos en el Congreso, claves para la investidura de Pedro Sánchez ·
El acuerdo entre el PSOE y el PNV está al alcance de la mano. Mientras los primeros aceleran la negociación para garantizarse los cinco votos ... jeltzales en el Congreso, los segundos aprietan para lograr el traspaso de las competencias pendientes, especialmente el régimen económico de la Seguridad Social. El PNV quiere hacer valer que sus cinco votos son esenciales para que Pedro Sánchez sea investido como presidente.
Ahora bien, en el otro lado de la mesa los socialistas también saben que los jeltzales no impedirán la reelección, porque recaería sobre ellos la responsabilidad de una repetición de las elecciones generales y la posibilidad de un gobierno del PP y Vox. Este riesgo no lo va a asumir el PNV cuando han criticado por activa y por pasiva los pactos de los populares con la ultraderecha
La presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, reconoció en una entrevista en Euskadi Irratia que Sánchez suele utilizar esta estrategia de llevar las negociaciones al límite para colocar al interlocutor en la tesitura de elegir entre él o el «abismo». No obstante, quiso enfriar el optimismo que se desprende el presidente en funciones y de su equipo en torno a que la investidura tendrá lugar la semana que viene.
Atutxa subrayó que el PNV no tiene especial prisa y que en todo caso es al PSOE al que le corresponde acelerar las negociaciones. En este sentido, recordó que queda tiempo hasta el 27 del presente mes para que el pleno de la Cámara baja vote la investidura.
Respecto a la marcha de los contactos, la presidenta del BBB se limitó a señalar que se encuentran intercambiando documentos con el PSOE y que se tomarán el tiempo necesario antes de dar por buena la oferta que les trasladen, porque van a ser muy «minuciosos» en su análisis. «Estamos tan cerca como lejos», señaló Atutxa en este equilibrio entre no ser complacientes y al mismo tiempo no romper la baraja.
Sobre la mesa de discusión se encuentran las transferencias pendientes. La de más peso y también la más compleja desde el punto de vista técnico y político es la del régimen económico de la seguridad social. Sánchez relegó su trasvase en el primer calendario de transferencias, aunque fue incluida posteriormente en el marco de las negociaciones para propiciar su investidura en 2019. El 20 de febrero de 2020 la ministra de Política Territorial, Carolina Darias, presentó al lehendakari un cronograma que marcaba un plazo de dos años para cerrar una treintena de traspasos. La previsión era que a mediados de 2021 deberían estar transferidas todas las competencias pendientes, a excepción de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, pero con el compromiso de que su estudio se iniciaría entre junio y diciembre de 2021. La realidad es que esta competencia sigue sin ser asumida por Euskadi.
De todas formas, el Gobierno central ya ha dado muestras de su interés por contentar al PNV. Así, el Consejo de Ministros aprobará el martes que viene el convenio entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de San Sebastián por el que los terrenos de los cuarteles militares de Loiola pasan a ser de titularidad municipal con el objetivo de construir un nuevo barrio residencial de unas 1.500 viviendas. A cambio, el Consistorio pagará 73,3 millones de euros por la adquisición de los 175.0000 m². Esta ha sido una aspiración histórica de Donostia que finalmente se va a ver cumplida.
Modelo de Estado
Además de las transferencias, en el paquete negociador también se encuentra el replanteamiento del modelo de Estado. Así lo recordó Atutxa, un camino en el que según indicó se debe avanzar junto a los catalanes. El presidente del EBB también ha sido rotundo en este asunto. Andoni Ortuzar denunció en el último Alderdi Eguna que la democracia española está «malita» y añadió que prueba de ello es que en los últimos veinte años «ha sido imposible hablar del modelo territorial del Estado y abrir el más mínimo debate sobre el reconocimiento nacional de Euskadi o de Catalunya. Pues bien, ha llegado la hora de hacerlo, con prudencia pero con valentía».
El acuerdo para la investidura se va a firmar, pero Atutxa subrayó que tan importante como rubricarlo será que se cumpla. En este sentido lanzó una advertencia. Recordó que si finalmente se forma un Gobierno PSOE-Sumar, este se encontrará en minoría y por tanto necesitará de los votos del PNV durante toda la legislatura, un apoyo que decaería si las competencias pendientes no se transfieren.
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