El PNV alienta a que el «cabreo vasco» por el 10-N movilice el «voto abertzale» contra la abstención

Cabreado. Harto. Hastiado. Estos fueron los tres términos que empleó este domingo Andoni Ortuzar durante la celebración del Alderdi Eguna del PNV para explicar cuál es su estado de ánimo frente al fracaso de la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos para conformar Gobierno y que ha desembocado en una repetición electoral para el próximo 10 de noviembre. Un sentimiento que reconoció compartir con una sociedad vasca que se enfrenta a los cuartos comicios generales en menos de cuatro años y que, por el camino, se ha topado con unas autonómicas, unas europeas, unas municipales y unas forales. Un empacho electoral que podría alentar la abstención en la próxima cita con las urnas y que la formación jeltzale quiere a toda costa evitar. Principalmente, para no dar alas a la derecha española, ya que -según alertan- supondría poner una piedra en el camino para el desarrollo íntegro del autogobierno vasco.

El presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB) elevó el tono durante la fiesta anual del PNV y, ante los miles de afiliados y simpatizantes del partido peneuvista que se acercaron hasta las campas de Foronda, lanzó un aviso: «El cabreo vasco exige voto vasco. El cabreo abertzale debe convertirse en voto abertzale». Por ello, pidió a todos los asistentes que el 10-N no se queden en casa y depositen su papeleta en las urnas porque la abstención, alertó, «solo favorece a los que han hecho mal las cosas o a los que siempre han mandado en Madrid».

El presidente del EBB, consciente de que en las elecciones fallidas del 28-A aglutinó alrededor del PNV el mayor número de votos vascos -obtuvo seis escaños y se impuso con holgura en los tres territorios- pidió lanzar en las elecciones una señal «clara, nítida y fuerte» de que Euskadi es «otra cosa». En este sentido, reivindicó la política y puso en valor a quienes dedican su vida al servicio público a pesar de que el «espectáculo» que, a su juicio, han ofrecido los líderes de los principales partidos de ámbito estatal favorece el discurso de los «antipolítica». «Es verdad que tienen una incapacidad tremenda para dialogar, para negociar y para acordar», censuró. Ortuzar, con su habitual sorna, llegó incluso a confesar que un amigo suyo le dijo hace poco que en Madrid «hay menos diálogo que en una película porno», lo que provocó una sonora carcajada de miles de personas que se encontraban en la localidad alavesa.

Ortuzar, que volvió a la carga en sus críticas al bloqueo en Madrid, no pudo ocultar su malestar por cómo se ha llevado a cabo la negociación entre el PSOE y la formación morada y tachó directamente de «vergonzoso» y «bochornoso» el escenario político actual.

El PNV, de hecho, fue uno de los principales promotores de la investidura de Pedro Sánchez para que el socialista se instalase en la Moncloa y evitar así la repetición electoral. «Donde no hay política hay dictadura y populismo», deslizó Ortuzar, a pesar de que -cómo él mismo reconoció- no quería convertir su intervención en un mitin electoral. No lo pudo evitar. Los comicios generales están a la vuelta de la esquina y el PNV ya ha puesto en marcha toda su maquinaria electoral para intentar revalidar los resultados que cosechó en abril.

Valiéndose del lema que el PNV eligió para este año, 'Euskadik Aurrea' ('Euskadi sigue adelante'), Ortuzar aterrizó su discurso en Euskadi y reconoció que le hace «mucha gracia» cuando los partidos de la oposición «nos dicen que no nos subamos a la parra presumiendo de cómo van las cosas en Euskadi porque, dicen ellos, 'Euskadi no es una isla'. Y claro que no es una isla». El presidente del EBB salió al paso de las crítica y aseguró que «por eso tiene más mérito -insistió- lo que hemos hecho en estos cuarenta años». Entonces fue cuando el dirigente jeltzale enumeró varios indicadores de igualdad, protección social, renta, pobreza, sanidad, educación o transparencia para celebrar que «Euskadi está a la cabeza de las políticas sociales» en el ámbito europeo.

Ortuzar estuvo arropado por los principales dirigentes del partido jeltzale -entre ellos el lehendakari, Iñigo Urkullu, los consejeros del Gobierno Vasco, y los diputados y alcaldes de los tres territorios vascos-, y también por numerosos representantes de otras formaciones políticas, como el presidente del PDeCAT, David Bonvehí; Narvay Quintero, de Coalición Canaria; o incluso el presidente de Córcega, Gilles Simeoni, entre otros. Y frente a ellos avisó que «empezamos otro ciclo político».

«Ahora se está alumbrando un nuevo estatus» para Euskadi, recordó. «Somos una nación en construcción, una nación que quiere seguir avanzando», continuó. Por eso, el líder jeltzale reivindicó la necesidad de «proteger lo que tenemos» e instó a sus compañeros de partido a «cerrar filas en torno a nuestro autogobierno». «Hay que poner pie en pared en contra de quienes quieren volver al pasado y contra quienes por envidia quieren quitarnos lo que es nuestro. (...) Queremos ser y queremos tener lo que la sociedad vasca decida que quiere ser y tener», dijo después de censurar el fallo del Tribunal Supremo que acota las becas vascas. «Una vergüenza. Son como el perro del hortelano, ni come ni deja comer. Vamos a tener menos becas y de menos cuantía para que no nos salgamos del redil español. Luego querrán que los vascos se sientan españoles...», ironizó.

Ortuzar eludió, eso sí, hacer cualquier referencia a la inminente negociación que se abrirá en el Parlamento Vasco para aprobar los Presupuestos vascos de 2020 y que, sin poder evitarlo, se verá condicionada por el 10-N. Y es que el fantasma de un adelanto electoral de las autonómicas está ahí si el lehendakari Urkullu no logra recabar los apoyos suficientes y se ve abocado a prorrogar, por segundo año consecutivo, sus Cuentas. «Vamos a tener un otoño caliente y una primavera movidita», se limitó a augurar. El PNV, además, se enfrentará el año que viene a su Asamblea General, que elegirá a las ejecutivas territoriales y vasca.

Con claras reivindicaciones para combatir el cambio climático, Ortuzar también empleó una parte de su intervención a subrayar este gran desafío. Un mensaje que fue respaldado en varios vídeos por el navegante Unai Basurko, la surfera Leti Canales y el montañero Alex Txikon.