El ex 'número 3' afirma que Antxon fue la «puerta» para hablar con PNV y Bildu sobre la moción de censura a Rajoy y los jeltzales lo niegan
El exsecretario de Organización del PSOE dice que la relación con la coalición abertzale se fraguó «gracias» a los «conocidos» en común entre Otegi y el empresario de Elgoibar
El terremoto provocado por el caso Cerdán sacudió este lunes a las direcciones del PNV y de EH Bildu. El exsecretario de Organización del PSOE ... declaró ante el juez en el Tribunal Supremo y aseguró que el empresario de Elgoibar Antxon Alonso Egurrola, administrador único de Servinabar, la empresa bajo sospecha por los amaños en adjudicaciones de obra pública en Navarra, fue «la puerta» que facilitó las conversaciones entre socialistas y abertzales para que después tanto PNV como EH Bildu apoyasen la moción de censura de 2018 contra el presidente del gobierno del PP, Mariano Rajoy. Unas afirmaciones que los jeltzales corrieron a desmentir con rotundidad arremetiendo contra el excargo socialista: «La estrategia de Cerdán se basa en la mentira».
La figura de Antxon Alonso salta ahora a un primer plano político porque, según contó Cerdán pocas horas antes de ser encarcelado, acudió al empresario por su «conocimiento y relación con los nacionalistas». Es más, añadió que la interlocución con EH Bildu se logró porque Antxon y Arnaldo Otegi, ambos elgoibartarras, tienen «conocidos» en común. Así, Cerdán recordó que es sabido el sitio en el que se reúne por primera vez con el líder de la izquierda independentista, aunque no da más detalles.
Cerdán declara que acudió al administrador de Servinabar por su «conocimiento y relación con los nacionalistas»
El exsecretario de Organización del PSOE, que defendió su inocencia durante la comparecencia, aseguró que su imputación está relacionada con ser «el arquitecto que consiguió los gobiernos progresistas en España». Y, en esa línea, dijo que el presidente Sánchez pidió que solo fuese Cerdán quien hablase con el PNV para que apoyasen la moción de censura contra Rajoy. Unos jeltzales que pocos días antes habían respaldado los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Partido Popular. Tras la mediación de Antxon, según Cerdán, una semana después el exsecretario de organización entró al despacho de Sánchez para anunciarle que sería presidente. Un acuerdo con los jeltzales que, según dijo ante el juez, era «imprescindible que se guardase en secreto para que fuesen los propios jeltzales quienes explicasen el por qué de ese pacto.
Una teoría «ridícula»
Tras conocer la declaración de Cerdán en el Tribunal Supremo, el PNV quiso cortar de raíz una posible vinculación entre el partido y el empresario de Elgoibar implicado en la trama de supuesta corrupción. EH Bildu no optó por la misma estrategia y no trasladó ningún tipo de comunicado. La formación liderada por Aitor Esteban aclaró que «resulta ridículo afirmar que Antxon Alonso, una persona que ni siquiera es afiliada al PNV, hubiera podido influir en la Ejecutiva jeltzale que tomó esa decisión de votar afirmativamente la moción de censura». Ese movimiento a favor de relegar a Rajoy de la presidencia del gobierno central, apuntaron que se hizo «tras valorar la situación en la que se encontraba el Partido Popular, que había perdido ya la mayoría de la que gozaba, por considerar grave la sentencia del caso Gürtel e inadmisible la ausencia de asunción de responsabilidades políticas por parte de la formación popular».
Los jeltzales denuncian los «intentos procedentes de diversos ámbitos» de vincularles con el supuesto caso de corrupción
En los días previos a que se celebrase la moción de censura contra Mariano Rajoy, recordaron, «el PNV se reunió, a petición del PSOE, con José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Esta reunión, la única que se mantuvo con la dirección de los socialistas, tuvo lugar en Madrid y a ella acudieron con el único objetivo de escuchar, en nombre del PNV, Joseba Aurrekoetxea, entonces burukide responsable del área de Organización, y Aitor Esteban, en aquel momento portavoz del Grupo Vasco en el Congreso».
De esta forma, y a la espera de nuevos acontecimientos con esta trama, los jeltzales rechazaron «de forma tajante los intentos procedentes de diversos ámbitos de vincularles con el caso Cerdán-Ábalos-Koldo». Y se desmarcaron de «este tipo de prácticas», por ser «ajenas a nuestra cultura política y a nuestros valores, no solo perjudican el prestigio de las instituciones, sino que alimentan la desafección ciudadana y el descrédito de la política, debilitando así los pilares de la democracia que defendemos».
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