Nerea Melgosa, una burukide con «una dedicación absoluta por todo lo que le rodea»

La lista de Gorka Urtaran arrebató la makila al popular Javier Maroto tras un acuerdo con el resto de fuerzas de la oposición contrarias al discurso que el exalcalde de Vitoria tenía sobre el fenómeno de la inmigración. El PNV formó gobierno con sólo cinco de 27 concejales y Melgosa tuvo que encargarse nada menos que de Servicios Sociales, Empleo y Desarrollo Económico Sostenible y el Servicio para la Convivencia y la Diversidad. El posterior pacto de gobierno con el PSE le descargó de algunas tareas y ya no formó parte de la siguiente lista municipal.

Pasó a ser directora foral de Igualdad y Derechos Humanos en 2019 de la cartera que precisamente dirigió la anterior legislatura Beatriz Artolazabal en la Diputación Foral de Álava. Esta última dejó la Administración foral en 2016 para pasar a llevar las riendas de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco poco después de que estallara el escándalo de los menores tutelados prostituidos, el conocido como 'caso Sansoheta'. Melgosa se fue con ella en diciembre de 2020.

La nueva consejera es miembro del Euskadi Buru Batzar que en su página web la describe como una mujer «de una dedicación absoluta por todo lo que le rodea». Sus compañeros ven en ella una persona «inquieta» y «un torrente de ideas». Madre de cuatro hijos, exalumna de la ikastola Olabide, una de las primeras de Vitoria, alardea de su alavesismo «por los cuatro costados». Le apasionan la cultura, el deporte y el trabajo en equipo, según el EBB.

Volcada en lo social, se afilió al PNV en 1999. «Mi convicción es clara, cristalina: creo en el trabajo en equipo; creo en un nacionalismo comprometido con la justicia social, un nacionalismo culto, ilustrado y euskaltzale. Un nacionalismo vivo, dinámico y comprometido, un nacionalismo con una decidida dimensión cultural y euskaltzale. Y todo eso lo he encontrado trabajando conjuntamente con las mujeres y los hombres del partido», dice ella misma en su biografía.

Encuentra su válvula de escape en la familia, en las excursiones a la costa de Iparralde, el chocolate negro o los cafés italianos largos con un poquito de miel de Montaña Alavesa.