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Eider Mendoza posa en el paseo de Salamanca, junto al río Urumea. Arizmendi
Eider Mendoza: «La cultura democrática debe calar en la sociedad y en los jóvenes»

Eider Mendoza: «La cultura democrática debe calar en la sociedad y en los jóvenes»

La diputada general de Gipuzkoa reflexiona sobre los avances desarrollados por la sociedad vasca sin olvidar los retos pendientes

Mikel Madinabeitia

San Sebastián

Viernes, 24 de enero 2025, 06:49

Eider Mendoza (Azpeitia, 1974) acabó visiblemente emocionada el visionado del documental sobre Gregorio Ordóñez. Como máxima responsable de la Diputación de Gipuzkoa, responde a todas las preguntas relacionadas con aquella sociedad que sufrió el terror. También se muestra conmovida con «la humanidad y fortaleza» demostradas por la viuda del concejal popular del consistorio donostiarra, Ana Iríbar, y su hijo Javier. Mendoza, finalmente, subraya la importancia de no caer en la desmemoria, aportar verdad, justicia y reparación a las víctimas y generar espacios de encuentro y de diálogo que avancen en la convivencia.

–¿Qué le ha parecido el documental?

–Muy interesante y es una aportación muy necesaria porque nuestra historia reciente es relevante y debemos conocer todos los capítulos. Por tanto, este ejercicio de memoria hacía falta. Reconozco y quiero agradecer el humanismo con el que se ha tratado su figura. Con una delicadeza extrema.

–¿Con qué sensaciones abandona la proyección?

–Me ha movido muchas cosas dentro, la verdad, por muchas razones, porque supone revivir un hecho tan doloroso, recordar el pasado que tenemos como país, como sociedad que ha sufrido el terrorismo y la violencia.

–¿Qué escenas o diálogos le han impactado sobremanera?

–Me han impresionado sobre todo la humanidad, la fortaleza y las palabras de Ana Iríbar y de su hijo Javier al recordar el asesinato de Gregorio Ordóñez. Lo duro que tiene que ser volver, 30 años después, al lugar donde asesinaron por la espalda a tu marido, a tu padre, y hacerlo con tanta dignidad, reivindicando su memoria como político, como ciudadano y como persona, me parece un gesto encomiable y una lección de humanidad y de dignidad.

Elogio

«Me han impresionado la humanidad y la fortaleza de Ana Iríbar y de su hijo»

–¿Qué importancia tienen documentales como éste? Considera que deberían realizarse más?

–Creo que son fundamentales para preservar la memoria de las víctimas y que, como sociedad, no caigamos en la desmemoria.

–(...)

–Hoy he leído en el DV a la escritora Irati Goikoetxea, que afirmaba sentirse impactada al recordar y ver las imágenes de aquel ambiente violento en nuestras calles. Se preguntaba cómo transmitir todo ello a las generaciones más jóvenes. Habla de mostrar aquellas imágenes y de hablar sobre ello. Creo que es el camino para que la paz y la convivencia enraíce en nuestro país, mostrando lo que ocurrió y garantizando la verdad, la justicia y el reconocimiento a las víctimas.

–¿Cómo definiría la figura de Gregorio Ordóñez?

–Alguna vez tuve la ocasión de saludarlo, siendo yo muy joven –Eider tenía 21 años cuando ETA mató al concejal popular–. El hecho de que estuviese, el día de su asesinato, comiendo con una vecina donostiarra a la que había ayudado a solucionar un problema que había planteado al Ayuntamiento, dice mucho de él. Dedicarse a la política en un contexto tan difícil, pese a todas las amenazas y la persecución vivida, es un ejercicio de generosidad máxima que como sociedad debemos reconocer y honrar públicamente.

–¿Dónde estaba usted el día del asesinato? Qué recuerda de aquellos días?

–Tenía 20 años y me encontraba en Francia, donde por aquel entonces me dedicaba a estudiar. Para entonces ya estaba afiliada al PNV; además de mi sentimiento abertzale, fue precisamente la violencia de ETA la que me empujó a involucrarme en la política. Participábamos en las concentraciones y en las movilizaciones contra el terrorismo, en favor de la paz. Me ha gustado que el documental refleje cómo, frente al terrorismo, fue gestándose un compromiso social cada vez más fuerte en contra de ETA.

Reflexión

«Con perspectiva, vemos hasta qué punto llegó el odio de ETA y quienes le amparaban»

–¿Debe la sociedad vasca avanzar en la convivencia? Cuáles deberían ser los siguientes pasos?

–Viendo aquellos hechos tan duros con la perspectiva que nos dan estos 30 años, el asesinato de Gregorio Ordóñez nos recuerda hasta qué punto llegó la sinrazón y el odio de ETA y de quienes amparaban la violencia. En un momento del documental, Ana Iríbar nos recuerda que, sin verdad, no hay descanso para las víctimas. Creo que a todas las víctimas les debemos verdad, justicia y reparación. Y hay que recordar estos casos, como les digo a mis hijos en casa.

–¿Y en ese ámbito queda trabajo por desempeñar?

–Ahí todavía nos queda por hacer, tanto en el caso de las víctimas del terrorismo de ETA, como en el caso de quienes sufrieron otras violencias de carácter político. La convivencia tiene que asentarse sobre esos valores y, afortunadamente, hemos avanzado mucho. Pero la verdad todavía sigue sin saberse en muchos casos.

–¿Qué se puede hacer desde instituciones como la suya para avanzar en la convivencia?

–Debemos apoyar y activar iniciativas que, precisamente, ayuden a que como sociedad no caigamos en la desmemoria y en el olvido. Y también generar espacios de encuentro y de diálogo que avancen en la convivencia, para que no volvamos a repetir los errores del pasado y una verdadera cultura democrática cale en la sociedad, sobre todo entre las personas jóvenes.

–¿Considera que desde la izquierda abertzale han dado pasos suficientes para la convivencia o aún tienen retos pendientes?

–Creo que le falta realizar una reflexión ética sobre su trayectoria y sobre el dolor que causó la violencia de ETA. Le queda recorrido por hacer, algo que se hace palpable en días como hoy, en los que no están.

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