Markel Olano: «Gipuzkoa tiene proyectos líderes para la UE y no se va a quedar atrás en absoluto»

-La Comisión Mixta del Concierto ha dado luz verde a un mayor endeudamiento de las diputaciones. ¿Cómo valora este acuerdo?

-Tiene dos lecturas muy positivas: el fuero y el huevo. El fuero es el reconocimiento directo de las diputaciones, de que somos administraciones diferentes a entidades municipales. Hasta ahora no se reconocía. Es un paso muy importante. Desde el punto de vista del huevo es fundamental. Recordemos los datos de una previsible caída de ingresos: 20% en 2020 y en 2021, o sea doscientos millones cada año aproximadamente. Nosotros hemos acudido al remanente, nos hemos apretado el cinturón 85 millones de euros y nos hemos endeudado todo lo que hemos podido. Con eso vamos a poder ir a unos Presupuestos en 2021, que es lo que más me preocupa, que van a ser parecidos a los de 2020.

-¿Teme que prenda en Gipuzkoa la inquietud por quedarse atrás en la presentación de los proyectos a los fondos de reconstrucción de la Unión Europea?

-Gipuzkoa no se va a quedar atrás en absoluto. Nosotros tenemos una gran confianza institucional en Gipuzkoa como territorio, en primer lugar por sus empresas, que en los últimos años han demostrado una capacidad de adaptación muy grande; tenemos un ecosistema de empresas, centros tecnológicos, de investigación, de formación profesional y universidades que hacen que Gipuzkoa sea un territorio muy avanzado en lo social y en lo económico. Eso nos da una gran capacidad para engancharnos a las estrategias y a los fondos europeos. Europa establece una salida en verde, una salida digital y una salida social, y esos tres factores tienen en Gipuzkoa una gran capacidad de desarrollo. Tiene que ser responsabilidad de la Diputación, de los ayuntamientos y de las empresas poner en marcha proyectos tractores.

-Es que a veces se traslada la imagen de que es el territorio de Bizkaia el que, al final, se jama la tostada...

-Eso ya se verá, entiendo que cada territorio es diferente y nosotros tenemos un ecosistema más de pequeña y mediana empresa. Pero también tenemos a un Grupo Mondragón que hace sus planteamientos. No tendría esa visión de un desequilibrio territorial, cosa que en un principio se ha podido producir, cuando Gipuzkoa merece tener sus proyectos singularizados y no subsumidos en otros. Esta semana vamos ya por el tercer borrador y así podemos cerrar la carpeta, no de un modo definitivo, con los proyectos... A partir de ahí a mediados de octubre vamos a concretar con el Gobierno Vasco la metodología de cómo vamos a trabajarlos. No podemos olvidar que el consejero Pedro Azpiazu ha creado una comisión técnica al respecto. Nosotros vamos a pedir al Gobierno Vasco y al consejero Azpiazu una bilateralidad, que Gipuzkoa tenga una interlocución con ellos para trabajar esos proyectos.

-¿Incluso se plantean ir directamente al Gobierno español?

-Sí, por supuesto que sí, nosotros no nos cerramos a eso. El primer término que tenemos que enfocar es el de Lakua, el Gobierno Vasco, que será el que presente los proyectos de la Comunidad Autónoma, incluidos los de las diputaciones y los territorios, al Gobierno español. Esa es la principal vía porque evidentemente la Comisión Europea dialoga fundamentalmente con los estados, y es el Estado el que va a trasladar los proyectos a Europa. Eso no significa que nosotros no vayamos a utilizar nuestra capacidad de relación tanto con el Gobierno español como, incluso, con la Unión Europea porque somos muy conscientes de que hay más de dos o de tres proyectos que tienen vocación de liderazgo a nivel europeo. Desplegaremos toda nuestra diplomacia posible para contactar con el Gobierno Vasco, en primera instancia, pero también con el Gobierno español y la UE. Por ejemplo, el proyecto Mubil, de electromovilidad, pretende ser en el sur de Europa una de las principales referencias. Son proyectos que pueden ser cruciales para la transformación industrial y social de Europa. O Elkarrekin Lanean, para dotar de un trabajo digno a las personas en riesgo de exclusión, eso ya era importante antes de la pandemia, pero después, más todavía. O Adinberri, dirigido a transformar el modelo de atención a las personas mayores. Somos muy conscientes de que en Gipuzkoa tenemos un modelo socioeconómico. La primera sería la pata social, somos un territorio con una fortísima vocación social, en los índices que miden la desigualdad estamos entre los países más avanzados de Europa, pero luego también necesitamos una economía competitiva para generar riqueza y luego repartir recursos. La ventaja que tiene Gipuzkoa es que muchos de los proyectos tractores y estratégicos se pusieron en marcha cuatro años antes de la pandemia. Ya los estábamos trabajando. Como decía Miró, la inspiración nos viene cuando estamos trabajando.

-¿Es optimista?

-Este proceso nos debe servir para adaptarnos mejor a la situación post-Covid. Por eso en Gipuzkoa me gusta hablar más de relanzamiento que de reconstrucción. Nuestro objetivo sigue siendo que Gipuzkoa sea uno de los territorios con menor desigualdad del mundo. No generaría excesivas expectativas con los fondos europeos, pero nos deben servir para ser más ambiciosos y acelerar las apuestas estratégicas europeas, porque hay proyectos que los vamos a hacer, con fondos o sin fondos. Son proyectos que tienen que pasar muchas cribas. Y los proyectos de país van a tener muchísima importancia para que la UE los vea de forma positiva. Si cada territorio o cada proyecto va de un modo individual va a ser mucho más difícil porque somos un territorio pequeño.

-La crisis sanitaria del Covid ha puesto el foco en las residencias de los mayores. ¿Cabe reflexionar sobre el actual modelo?

-El modelo de gestión y atención en Gipuzkoa es muy avanzado y cuenta con una sociedad civil muy potente. El 82% de las plazas de Gipuzkoa están gestionadas por entidades públicas o del tercer sector sin ánimo de lucro. Ese modelo ha demostrado que ha tenido capacidad de reacción. Huyo siempre de ser autocomplaciente pero la DYA, Cruz Roja o Gureak han reconocido que funciona la colaboración con la Diputación en la gestión de este tema. Tenemos que tender a que la persona mayor esté en su propio domicilio o como en su propio domicilio. Hasta 15.000 personas cobran ahora una subvención para contratar a asistentes personales o para ayudar a los familiares en esa tarea de ayuda a los dependientes. Hasta un 80% de personas mayores quieren quedarse en su domicilio.

-¿Cómo va la coalición con el PSE?

-Siempre parto de una premisa. Obras son amores. Partimos de la elaboración de un plan estratégico de gestión que ha tenido que adaptarse. Tanto desde la perspectiva de la gestión del Covid como en otras materias la relación es inmejorable, muy fluida, de una gran confianza, hay que decirse las cosas a la cara, cuando hay problemas nos lo decimos y los solucionamos. Es una relación magnífica.

- ¿Cómo define el momento político en España?

- Creo que la existencia histórica de las dos Españas se está haciendo muy visible en este momento, hay una polarización muy importante y en relación con el Covid eso traslada una imagen dantesca. No puedes tener esa actitud en esta situación. En este momento hay un Gobierno que está ejerciendo su responsabilidad con grandes dificultades pero nosotros desde Gipuzkoa y desde Euskadi, y atendiendo también al partido al que pertenezco, al PNV, tenemos vocación de servir y de estabilidad. Porque somos muy conscientes de que las alternativas serían mucho peores. Yo sí le veo viabilidad a la legislatura, entiendo que las fuerzas que en su momento provocaron el cambio son conscientes de que tienen que hacer su aportación. Creo que el Presupuesto va a salir con la mayoría de enero.

-¿Debe dimitir Pablo Iglesias?

- No soy capaz de valorar el caso Dina, pero si se produce un proceso judicial no soy partidario de tomar decisiones al comienzo, tiene que haber movimientos de más peso. Yo sería prudente.

- ¿Cree que el debate Monarquía-República ha prendido en la sociedad española?

-Yo ese debate lo observo con bastante lejanía, pero lo cierto es que se percibe una degradación de la imagen de la Monarquía, que es una institución del Estado.