La hermana de la presa

Esquerra Republicana eligió a Montserrat Bassa, hermana de la presa Dolors -condenada en el juicio del procés a 12 años de cárcel-, para echar un ... jarro de realismo independentista a Pedro Sánchez, que ayer tuvo que hacer la estatua en su escaño al escuchar duras acusaciones a su partido por quienes le han facilitado el pasaporte de su investidura. El presidente tragó saliva cuando la diputada de ERC le llamaba «verdugo» y «cómplice de la represión policial» de Cataluña, y como guinda clamaba desde la tribuna su desdén por la gobernabilidad de España. «Me importa un comino», remachó Bassa, que de esta manera recordaba crudamente al presidente que los republicanos tienen en sus manos el botón nuclear de la legislatura. Sánchez apretó la mandíbula y echó mano de su 'manual de resistencia'. Al dirigente socialista, que consiguió a la tercera intentona una investidura por 'foto-finish', no le cabe más remedio que aguantar estas arremetidas, que ayer tuvieron mucho de cosméticas, y otras más que seguro que vendrán en el futuro. Son muchas las piezas en el engranaje del que depende la gobernabilidad del gabinete de Sánchez, pero el factor catalán será clave para su futuro. En este sentido, el presidente tendrá que explicar más pronto que tarde, y con meridiana claridad, las intenciones, límites y objetivos con los que su gabinete afronta la mesa bilateral que en quinces días deberá inaugurar con la Generalitat de Torra. Y también aclarar en qué consistirá la anunciada consulta que ambas partes han convenido en promover a los catalanes y cuál será su formato jurídico. El diálogo entre las partes en litigio es siempre positivo y deseado, pero también la transparencia, sobre todo para acallar voces que ven en ese movimiento intenciones aviesas.