«El Gobierno mantiene el compromiso con las obras del TAV para 2023»
Jesús Loza. Delegado del Gobierno en Euskadi ·
«No hemos sabido convencer a Podemos de que nuestra voluntad era firme y de que apostábamos por un pacto de legislatura»Jesús Loza (Vitoria, 1952) tiene claro que el pacto de legislatura hubiera sido la mejor forma para poder iniciar una entente para un gobierno de ... progreso en España. El delegado del Gobierno central en Euskadi se apoya en el ejemplo vasco, que inició con esa fórmula, en 1984, su recorrido pactista. Como autocrítica reconoce que el PSOE «no ha sabido convencer a Podemos de que su voluntad de acuerdo era absolutamente firme». Loza repasa la actualidad y se detiene en los proyectos que el Ejecutivo vasco teme que se paralicen por el bloqueo español. De entrada, asegura que «el Gobierno mantiene el compromiso para culminar las obras del TAV en 2023».
-¿Con qué ánimo asiste a las consecuencias del fracaso de la investidura de Pedro Sánchez?
-Con el de continuar trabajando con el mismo espíritu que veníamos trabajando. El cambio que se produjo en junio de 2018 fue tremendamente positivo y vamos a seguir en esa misma dirección. Y ahora que se pone al País Vasco como ejemplo de acuerdo, se nos olvida que el pacto aquí comenzó con un acuerdo de legislatura en el año 84, por lo que creo que esa hubiera sido la mejor forma de iniciar una entente para un gobierno de progreso en España.
-¿Usted tampoco dormiría por la noche, como confesó Sánchez, si hubiera habido un acuerdo de coalición con Pablo Iglesias?
-A mí lo que me preocuparía es la inestabilidad que habría si, como pretende el señor Iglesias, hubiera dos gobiernos dentro de uno. En momentos de incertidumbre se necesitan gobiernos estables y fuertes como el que espero que lidere Sánchez tras el 10 de noviembre
-¿Ha acertado Sánchez con su estrategia?
-Ha sido lo correcta viendo lo que había a su alrededor: la actitud del PP, que no quería saber nada, la de Cs que no quería ni siquiera sentarse a dialogar y la cerrazón absoluta de Podemos. Ante ese bloqueo, lo que tampoco podía tener una lógica es que hubiera un gobierno en minoría con todos absteniéndose. Hacer una legislatura corta y no estable no era la mejor solución para el país.
-Ustedes responsabilizan a Unidas Podemos y ellos al PSOE.
-En todo divorcio la responsabilidad nunca es solo de una parte. Así como la actitud de Cs es totalmente incomprensible, la de Podemos no ha sido la mejor y tiene una enorme responsabilidad de que no tengamos un gobierno de progreso.
-¿Después de este «fracaso» con qué cara se sale ahora a la calle a pedir el voto a los ciudadanos?
-Con el orgullo del trabajo realizado durante estos quince meses. Sobre todo durante los nueve primeros se han hecho muchísimas cosas. Tenemos un bagaje muy importante desde el punto de vista social, pero también en el País Vasco en la mejora sustancial de las relaciones con el Gobierno Vasco y con el PNV. Se han desbloqueado las transferencias, los dos recursos de inconstitucionalidad que teníamos están resueltos, se han producido los primeros traspasos, las reuniones de la comisión mixta, se ha transferido la AP-1 en un primer paquete y dos líneas de ferrocarril, y se transfirió en abril la AP-68. Hay un calendario de transferencias pactado.
-Que está parado...
-Evidentemente, cuando se está en funciones... También el Gobierno Vasco estará en funciones en algún momento y pasará lo mismo.
-Haga alguna autocrítica. ¿Algo habrán hecho mal Pedro Sánchez, sino no existiría este bloqueo?
-Es evidente que no hemos sabido convencer a Podemos de que nuestra voluntad era absolutamente firme y que apostábamos por un pacto de legislatura que es una antesala para poder hacer luego otra cosa. Pero ¿qué autocrítica debe hacer Sánchez de que Rivera no se quiera sentar a hablar con él? La responsabilidad está en quien no quiere ni sentarse.
-El Gobierno Vasco teme que el bloqueo sume más retrasos en las obras del TAV.
-El TAV sigue avanzando por mucho que haya quien diga que no. Se sigue trabajando en los proyectos, se ha presentado el estudio informativo de la entrada a Bilbao y se ha presentado en plazo el de la entrada a Vitoria, lo que pasa que en este caso ha tenido 12.000 alegaciones y hay que contestar a todas y cada una de ellas. Lo que es la gestión ordinaria se sigue realizando con la máxima celeridad posible. Desde que vino el ministro en el mes de enero nos hemos puesto todos las pilas para cumplir plazos, se han licitado obras, se ha sacado a concurso toda la señalética de varios túneles, se han hecho las obras de la plataforma Atxondo-Abadiño... En la Administración no se ha parado en absoluto.
-¿Se mantiene la fecha de finalización de la obra en 2023, que ya estaba muy ajustada?
-El Gobierno mantiene el compromiso con las obras para 2023 como anunció el ministro de Fomento en Vitoria el pasado enero. No ha habido ningún cambio, estamos trabajando para ello. Todo el personal de Adif y de Fomento no ha dejado de trabajar. Que todo el mundo sepa que los funcionarios no han dejado de trabajar, al revés, les hemos instado a que todo lo que se vaya haciendo sea de la manera más ágil posible.
-Del calendario de 33 traspasos pendientes que se acordó en enero, solo se ha transferido la AP-68, ¿hay algo más que pueda materializarse ya?
-La última transferencia, la de la AP-68, se produjo en plena campaña electoral, pero con un gobierno habilitado y fue una expresión de voluntad de que se quiere cumplir todo lo pactado. Ahora hay un ejecutivo en funciones. Pero la voluntad de colaboración con el Gobierno Vasco ha sido clarísima desde el principio. Nada más llegar aquí me encontré con dos recursos de inconstitucionalidad y los dos se han resuelto satisfactoriamente. Se reunió la comisión mixta, se aprobó un calendario y sigue habiendo una relación estrecha y fluida a todos los niveles.
-El Ejecutivo Urkullu dice que no hay interlocución con Madrid en cuanto a transferencias desde que Batet dejó el Ministerio.
-Pero no es problema de hablar mucho sino de tomar decisiones,
-Pero tampoco se han tomado decisiones...
-Es que estamos en funciones.
-Ha mencionado varias veces al partido de Rivera, ¿es porque ve posible un acercamiento PSOE- Cs?
-Ahora de lo que se trata es de transmitir a los ciudadanos qué es lo que hemos hecho durante todo este tiempo. Todos salimos a ganar las elecciones y luego serán sus votos los que nos coloquen a cada uno en nuestro sitio. Sánchez ha sido muy claro sobre un acuerdo preferente con Unidas Podemos, pero habrá que ver qué nos dicen los ciudadanos.
-Parece casi imposible la unión de las izquierdas...
-Evidentemente, es mucho más difícil, es obvio que hace falta tiempo para ir limando las desconfianzas, pero imposible en absoluto. Imposible en política no hay nada o casi nada. Vamos a ver qué dicen los ciudadanos y si se abre un tiempo nuevo.
-¿Si dicen lo mismo que en abril?
-Espero que los ciudadanos nos pongan a todos en su sitio y todos seamos capaces de escucharles.
-¿Si gana Sánchez el 10-N a quién debería mirar primero? ¿A Cs?
-Mirará a los resultados y en función de ellos verá cuál es el panorama. La prioridad será hacer un gobierno de progreso y establecer un programa, no tanto mirar a quién, sino para qué.
-¿Con Cs se puede hacer un gobierno de progreso?
-Es más complicado. La clave de progreso o no progreso no está tanto en las siglas como en los programas.
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-¿No teme que sumen las derechas y puedan formar un gobierno?
-Hay cosas que nadie quiere y no es previsible, pero si los ciudadanos nos dicen eso, tendremos que hacer una reflexión sobre qué ha pasado. Pero no parece y vamos a tratar de que no sea así. No contemplo esa posibilidad, porque lo que nos dicen no solo las encuestas sino las sensaciones, es que eso no se va a producir.
-¿Se ha fiado demasiado Pedro Sánchez de los 'redondos' como le dijo Álvarez de Toledo?
-El presidente tiene una idea muy clara de lo que quiere, es una persona que siempre ha tenido recorridos complicados y siempre los ha afrontado él directamente, siempre ha liderado y lo va a seguir haciendo. No cabe ninguna duda de que las decisiones son del presidente.
-¿Con Iñigo Errejón como candidato habría más posibilidad de acercamiento que con Iglesias?
-No quiero hacer ningún tipo de especulación. Vamos a ver qué sucede.
-¿Citando a Rufián, la gente está «hasta los bemoles de los políticos»?
-Creo que la gente está decepcionada y nuestra obligación es tratar de revertirlo tratando de explicar todo lo que se ha hecho y todo lo que se puede hacer. Esa es una de las obligaciones que tenemos todos.
-¿Teme una desmovilización de la izquierda?
-La izquierda siempre ha tendido a desmovilizarse ante estas cuestiones, pero nuestra obligación es explicar todo lo que hemos hecho e ilusionar nuevamente a los ciudadanos.
-¿Este fracaso puede pasar factura a la unidad del PSOE?
-Entraríamos en la batalla del relato y no quiero entrar ahí.
-¿El PNV tiene también culpa del bloqueo, como afirmó Mendia?
-Si no ha habido un acuerdo, la responsabilidad es de todos, pero no creo que tengamos que entrar en una cuestión de responsabilidades, sino centrarnos en propuestas.
-¿No cree entonces que el PNV se haya puesto de perfil
-Con el PNV hemos tenido desde el Gobierno y como delegado en Euskadi una relación muy fluida y ha estado dispuesto a colaborar. Pero también hay que decir que el PNV tiene 6 escaños de 350, un gran valor conceptual, pero desde el punto de vista numérico es lo que es.
-¿Hay riesgo de erosión en la relación del PSE con el PNV?
-Espero que no, los puentes establecidos son sólidos.
-¿Qué la ha parecido que EH Bildu responda al lehendakari que su petición de hacer autocrítica sobre la violencia es «jugar al despiste»?
-Es el nudo gordiano que queda por desatar para que sea realidad la convivencia plena, para que hagamos real la no repetición, por lo tanto respeto absoluto a la petición del lehendakari. Arnaldo Otegi y toda la izquierda abertzale no es consciente de que si no hacemos autocrítica del pasado, tenemos el riesgo de que las cosas se repitan.
-¿Les ve haciendo esa autocrítica?
-Creo que no es fácil, pero cosas más difíciles hemos hecho en esta comunidad autónoma en estos últimos años y tenemos que seguir tratando de insistir a ese mundo que es lo que tenemos que conseguir si queremos construir de verdad la convivencia.
-¿Cómo lo van hacer?
-Sabemos que existen inercias, sabemos que existen problemas y que hay que dejar también tiempo al tiempo, pero lo que no podemos hacer es resignarnos a no seguir insistiendo de manera machacona. La autocrítica va a beneficiar al conjunto de la sociedad vasca, pero también a sus presos. Con esos que dicen que son tan importantes, lo que tienen que hacer, si de verdad les preocupan, es moverse juntos en esa dirección. Lo que no puede ser es que se diga que se quiere cumplir la legalidad penitenciaria, pero que los presos no puedan hacer autocrítica. No se pueden tocar las campanas y cantar en la procesión. Es una contradicción 'stricto sensu'. Tienen que ir primero asimilando y después hacer pedagogía igual que hicieron con su 'Zutik Euskal Herria' a la hora de la legalización. Entonces fueron herriko por herriko a explicar cuál era la situación. Habría que hacer un 'Zutik Euskal Herria II', desde el punto de vista pedagógico, para decir algo tan sencillo como que «matar estuvo mal».
-¿Quién tendría que hacer es recorrido herriko a herriko?
-Los dirigentes de ese mundo.
-¿Qué le parece que EH Bildu inste a los partidos «de ámbito español» a no utilizar a Euskal Herria en campaña electoral?
-Me parece absolutamente intolerable. En este país hemos vivido durante muchos años la intolerancia que ha llevado, por ejemplo, a que UCD desapareciera prácticamente y a que hayamos sufrido muchísimo los que hemos defendido la Constitución, el Estatuto y las libertades.
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