Los empresarios creen que «es un castigo añadido»
La penalización a las grandes compañías colisiona con la estrategia del Gobierno Vasco de aumentar su tamaño
Manu Álvarez
Bilbao
Viernes, 14 de marzo 2025, 01:00
Los empresarios vascos se habían mostrado ya «muy decepcionados» después de que el catálogo de propuestas para la reforma fiscal –un total de 15 medidas ... concretas– fuese archivado en la papelera de los responsables políticos encargados de su redacción inicial. Todas las medidas menos una –el aumento de las deducciones para las inversiones en proyectos de descarbonización– habían caído en saco roto. Lo calificaron como «una oportunidad perdida». Ahora, tras el pacto de PNV y PSE con Podemos las empresas recibirán una vuelta de tuerca en su presión fiscal, con un castigo dirigido a las grandes. Y es precisamente así como lo definen ya en el entorno de las organizaciones empresariales vascas, como «un castigo añadido». La presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, hará pública este viernes su valoración sobre las medidas acordadas.
A falta de un texto articulado, lo cierto es que las referencias a «grandes empresas» –a efectos tributarios merecen esa consideración todas las que superen los 50 millones de euros anuales de facturación o tengan más de 250 empleados– apuntan a una clara penalización y por una doble vía. La primera es elevar del 15% al 19% el tipo efectivo mínimo que deben aplicar a sus beneficios tras haber realizado las deducciones que admite la normativa. La segunda vuelta de tuerca es la incorporación de concepto de «beneficios extraordinarios» como símil de ganar mucho más que en ejercicios precedentes, que acuñó el Gobierno central en el gravamen especial a las empresas energéticas y a la banca. En la recuperación tras varios años de crisis será un lastre.
Así, cuando las grandes empresas superen en un ejercicio el 35% del beneficio medio de los tres años anteriores verán convertido el Impuesto de Sociedades en un tributo progresivo –nunca lo ha sido hasta ahora– y pueden escalar del 24% que se aplica con carácter general hasta el 28%. Una medida que elimina la ligera ventaja que tenía hasta ahora la fiscalidad empresarial vasca, cuyo tipo del 24% es un punto inferior al que se aplica en el resto de España.
Desde sectores empresariales se apunta la «contradicción en el relato» que transmite este acuerdo para la fiscalidad con los planes industriales que han desarrollado hasta ahora los gobiernos de coalición de PNV y PSE. En todos, recuerdan –es probable que en el nuevo que está en elaboración vuelva a figurar–, la incentivación de fusiones para aumentar el tamaño de las empresas ha sido una constante. El bajo peso relativo de las grandes empresas en Euskadi frente a la enorme atomización de pymes es, según todos los estudios académicos, uno de los puntos débiles de la estructura industrial del País Vasco porque reduce la competitividad. Son las grades empresas las que actúan como tractoras y pueden abordar las inversiones en investigación y desarrollo. «Animar a aumentar el tamaño empresarial para luego penalizarlo es un contrasentido», señalan fuentes empresariales vascas.
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